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No hay dudas de que el concordiense Exequiel Ragone es hombre de armas llevar y que opta por los calibres mayores. Al menos tres antecedentes figuran en su poblado legajo, antes de que el último 17 de agosto la policía le encontrara en su casa cocaína lista para comercializar:

1) Desde 2016 cumple condena condicional de 3 años por portación de armamento de guerra, después de que la policía lo interceptara el 25 de Junio de 2015 a bordo de un Bora en Boulevard San Lorenzo, armado hasta los dientes y en yunta con los hermanos Monzón y Walter Nicolás Doronzoro, compañeros de militancia en la UOCRA.

2) Días antes de esa redada en la que le encontraron una pistola HI POWER calibre 9 milímetros, algunos testigos lo habían visto junto al "Nego" Monzón cuando este le disparó a Leandro Sebastián Pedroza un balazo "con orificio de entrada y salida en muslo izquierdo, lesión en escroto izquierdo y en prepucio" según detalló el informe médico.

3) Más recientemente, en enero de 2017, fue imputado por "homicidio en grado de tentativa" por los disparos contra José Jorge Ojeda en Barrio Los Pájaros, pero zafó porque los testigos no pudieron o no se animaron a reconocerlo. Ni siquiera el herido se atrevió a identificar a sus agresores.

Pero volvamos al presente. El 17 de agosto último la policía allanó su casa en Crisóstomo Gómez y Cortada 59, donde encontró 131 envoltorios de nylon que sumaban 86,3 gramos de cocaína, 30.905 pesos, una tijera y recortes de nylon para seguir fraccionando. Comenzó así un nuevo capítulo del peregrinar de Exequiel Ragone por los tribunales y el esfuerzo de su abogado Rafael Briceño -hasta ahora exitoso- por salvarlo de la cárcel.

El procedimiento policial también incluyó el allanamiento de otra vivienda cercana, la de su cuñada Romina Noemí Monzón, donde había otros 3 envoltorios con cocaína y 134 recortes de nylon listos para armar las pequeñas bolsitas.

El subcomisario Néstor Garzón, de la División Toxicología de la Policía de Entre Ríos, que investigó lo que ocurría en el barrio, no tiene dudas de que la venta de la cocaína se hacía rotando entre los domicilios de Ragone y Monzón, a los que agrega un tercero, el de Sebastián Andrés Sarmiento, aunque en este último no se encontró droga.
¿Por qué el juez Garrera Allende dejó en libertad a Ragone?

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Juez Pablo Garrera Allende Agrandar imagen
Juez Pablo Garrera Allende
Los antecedentes y la condena en suspenso que está cumpliendo hacían suponer que esta vez Ragone iba a tener que aguardar en la cárcel el avance de la investigación por la droga hallada en su casa. Pero el destino volvió a sonreírle cuando el Juez Pablo Garrera Allende, cuyo nombre suena para integrar la Sala de Casación de Concordia, rechazó el pedido de prisión preventiva que había presentado el Fiscal Martín Núñez.

Aunque no está dicha la última palabra. El Ministerio Público Fiscal apeló la decisión del magistrado y se espera que esta semana otro juez revise el caso y resuelva si Ragone sigue en libertad o va preso.

Garrera Allende hizo suyos todos los argumentos del defensor de Ragone, el experimentado abogado Rafael Briceño.

La exposición del juez en rechazo de la preventiva cerró con esta frase: "En virtud de que no se ha acreditado la probable participación de Ragone y Monzón en la venta de estupefacientes, la comercialización, narcomenudeo, que no hay peligro de fuga y tampoco de entorpecimiento, voy a disponer la inmediata libertad de los imputados".

Por extraño que parezca, los pequeños envoltorios en los que estaba dividida la cocaína (131), cada uno atado con el mismo piolín, no le parecieron al magistrado indicios suficientes de comercialización. ¿Acaso se puede suponer otra cosa?

"A lo que quiero llegar es que respecto del narcomenudeo, de la comercialización de los estupefacientes, no hay ninguna evidencia" insistió Garrera Allende, como si los trozos de nylon ya recortados, listos para seguir preparando las pequeñas bolsitas atadas con el rollo de piolín amarillo que también apareció en los allanamientos, no significaran nada de nada.

El fiscal Núñez contraatacó con firmeza y le hizo notar al magistrado que había elaborado toda su argumentación confundiendo la calificación legal propuesta por el Ministerio Público Fiscal. Fue un instante de evidente tensión entre ambos.

"Fundamento la apelación -dijo Núñez, enfático- en primer lugar en base a la errónea aplicación del derecho vigente en atención a que la calificación seleccionada por la Fiscalía no es el delito de comercialización de estupefacientes sino tenencia con fines de comercialización, entendiendo que su Señoría hace una errónea interpretación de las evidencias colectadas".

Antes, en otro pasaje de la audiencia, el Ministerio Público Fiscal había insistido en que tanto la cantidad de droga encontrada como la división en pequeños envoltorios y los elementos para el fraccionamiento impiden suponer que fuera cocaína para consumo personal.

Pero Núñez se reservó para el final otra carta para cuestionar la posición del juez. Le recordó a Garrera Allende que Ragone está cumpliendo una condena condicional de 3 años: "En relación al peligro de fuga, entiendo que se hace una errónea aplicación de los elementos ofrecidos en atención a que sobre él (Ragone) pesa una condena condicional y, sea cual fuera la calificación que se le otorgue, la condena en expectativa es de cumplimiento efectivo".

Además, Núñez insistió en que Ragone vaya a prisión preventiva porque -a su entender- su sola presencia en el barrio amedrentaría a testigos e impediría continuar con la investigación del caso. Máxime si se tiene en cuenta que los antecedentes del militante de la UOCRA no abonan la hipótesis de que se trate de un hombre pacífico. Baste recordar que acostumbra llevar encima una calibre 9 milímetros lista para usar.

Aunque, a decir verdad, la pistola tal vez no sea la única ni quizás tampoco la principal arma con la que Ragone se hace fuerte. La mayor protección la consigue gracias a su militancia en uno de los gremios más poderosos de la provincia y del país, que no sólo representa a dignos trabajadores de la construcción. También presta otros servicios. Allá por diciembre de 2013, en plena rebelión policial en Concordia, custodió con un grupo de fornidos afiliados al entonces gobernador Sergio Urribarri.

Pero todo ello, se supone, no debería volver a Exequiel Ragone inmune a la Justicia.
Fuente: El Entre Ríos

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