Su población, sin considerar el área rural, pasó de 485 personas en 1991 a 991, en 2001. En el censo de 2010, alcanzó los 1.566 habitantes.
¿Por qué esta población creció de manera exponencial mientras otros pueblos con sus mismas características no pudieron detener el éxodo rural?
Pero además hay otro punto sustancial: "la otra cualidad esencial es la innegociable identidad que tiene el vecino por su lugar de nacimiento y las ansias de desarrollo que nunca claudicó, aún en nuestras peores épocas de aislamiento”, enfatizó.
Hoy, el principal acceso a Colonia Elía ya no es un camino de tierra, que se tornaba intransitable con las inclemencias climáticas, sino la ruta de pavimento que los conecta en sus 13 kilómetros con la Autovía Gervasio Artigas.
La historia detrás de la cabeza del pueblo
Ramón Eduardo Barrera es su intendente. Nació el 15 de marzo de 1968 y es el cuarto de cinco hermanos, uno de ellos fallecido hace diez años.En el pueblo es conocida la historia. A los 12 años se inició en el oficio que actualmente ejerce en la actividad privada: panadero. A 50 metros de su hogar estaba la panadería que perteneció a Adrián “Pocho” Barbará. Al finalizar la primaria emigró hacia Concepción del Uruguay, mientras realizaba la secundaria en el turno noche.
Por falta de oportunidades, su vida transcurrió buscando el destino en Buenos Aires, luego regresó a Concepción del Uruguay donde trabajó en el comercio y más tarde en una empresa forestal.
Actualmente está casado con María, con quien tuvieron tres hijos (uno fallecido a los pocos meses de nacer), Antonella de 26 años y Jorge Rolando de 21 años.
El éxodo por falta de oportunidades fue parte de su destino, pero como él mismo lo reconoce: “Fue el destino de casi todos”.
Viviendo en Buenos Aires, Barrera recibe en 1996 la propuesta de su hermano de adquirir la panadería de Barbará y así no sólo volvió a su primer oficio sino definitivamente a su terruño.
“Me sigo levantando a las 4 de la mañana a cocinar el pan y por la tarde lo preparamos. Es un ritmo que no abandonamos ningún día de la semana”, expresó.
“Siempre me gustó la política y cuando volví a Colonia Elía uno de mis objetivos fue el de crear oportunidades para evitar el éxodo, especialmente de los más jóvenes.
¿Cómo llegó a hacerse cargo de la ciudad?
En aquellos años, Colonia Elía no tenía accesos adecuados, lo que acentuaba esa sensación de aislamiento. Ni siquiera contábamos con una sala de primeros auxilios”, rememora.
No había espacio para participar y para males la flamante gestión ya se presentaba con prácticas poco transparentes en el manejo de la cosa pública.
En el 2000 las irregularidades en Colonia Elía eran imposibles de ocultar. Se hizo una auditoría a fines de 2001, donde se detectaron muchas irregularidades. El gobierno provincial decidió pedirle la renuncia a Leuze y simultáneamente le ofrecieron a Barrera que se haga cargo de la intervención en Colonia Elía.
Manos a la obra
Al poco tiempo, un colaborador de él, el abogado Guillermo Grandi, trajo a Colonia Elía un escribano y deciden abrir las 16 viviendas para otorgarlas a sus legítimos propietarios. Luego se convocó a los vecinos para conformar una comisión con el objetivo de levantar el Centro de Salud.“El coraje de los vecinos me llena de orgullo. Porque ladrillo a ladrillo y con el aporte de cada familia, logramos terminar el Centro de Salud que hoy es una de las referencias más importantes para vivir en comunidad”, resaltó Barrera.
Pero, los problemas no terminaron ahí. Porque si bien habían podido terminar la construcción del Centro de Salud, el antiguo convenio con la Nación les reservaba otro obstáculo: para habilitarlo debía estar equipado. “Teníamos el edificio, pero nos faltaba todo el equipamiento y el mobiliario. Cuando en Concepción del Uruguay se construyó el nuevo hospital Justo José de Urquiza, nos cedieron mobiliarios y todos los elementos del viejo para nuestro Centro de Salud. Ese fue un gesto solidario que todos los día valoramos”, destacó.
Llegaron las elecciones de 2003 y Barrera se presentó a la consideración popular. No fue en la lista radical ni tampoco en la justicialista. Pero integró la llamada Lista 100 de Julio Solanas y así se consagró como el primer intendente elegido por la soberanía popular con el 60 por ciento de los votos, en una comunidad que tenía en ese entonces 1.463 habitantes.
En la actualidad, Colonia Elía duplicó en quince años su población con casi tres mil vecinos. Un dato que pocas comunidades pueden exhibir.
Barrera fue el primer presidente elegido de la Junta de Gobierno. Y con ese consenso del 68 por ciento, relanzaron la función con una legitimidad democrática que les permitió avanzar hacia otros objetivos colectivos e institucionales en beneficio del interés general.
“No teníamos recursos presupuestarios suficientes y si en el país había dificultades en el sector privado para generar fuentes de trabajo, en Colonia Elía esa realidad se vivía con una angustia casi insoportable”, comentó.
Caminando juntos hacia el Municipio
Los vecinos pusieron el hombro para hacer crecer a la comunidad. “En 2006 decidimos hacer valer nuestros derechos como comunidad e hicimos un proyecto para transformarnos como Municipio. Al principio no tuvimos el eco necesario en la Legislatura y todo quedó trabado. Así aparece en escena José Eduardo Lauritto, quien nos dio un impulso esencial", reconoció.
El 25 de noviembre de 2008, justo en el aniversario de la fundación del pueblo, el gobierno provincial los jerarquizó como Municipio de Segunda.
“A partir de entonces, accedimos a otro financiamiento y consolidamos la defensa del interés general; sin abandonar la participación de los vecinos a la hora de decidir aquellas acciones que nos hagan crecer como comunidad”, puso en valor el actual intendente que sabe que ya no tiene más chances de ser reelegido por la reforma de la Constitución de 2008.
¿Cómo se organizó ese nuevo Municipio?
“Teníamos que organizarlo y aprender a planificar mejor en términos generacionales. Para eso, contamos con la solidaridad de otros municipios del Departamento Uruguay, que nos enseñaron mucho en esto del manejo de la cosa pública; pero también tuvimos un acompañamiento de la oposición de manera responsable. Todos nos sentimos involucrados y entre todos fuimos resolviendo los problemas, siempre enfocados en mi perspectiva personal en derrotar al éxodo”, destacó.“Por eso sentimos que con el Departamento Uruguay y en especial con Concepción del Uruguay tenemos un sentimiento de gratitud, porque políticamente también rompíamos un aislamiento y nos posicionábamos en el centro de una escena que nos permitió crecer de manera consolidada”, expresó Barrera.
En la actualidad, la Municipalidad cuenta con 45 empleados de planta permanente y que sumados a los contratados temporales llega a un total de 65 empleados para atender los servicios de una comunidad de poco más de tres mil habitantes.
Hoy, cuenta con un Centro de Salud, dos instituciones educativas (primaria y secundaria) y el año pasado firmó un convenio con la Nación para otorgar el registro único de conducir.
Vivir aislados
“Estábamos conectados con Concepción del Uruguay y Gualeguaychú a través de la vieja Ruta Nacional 14 y en días de lluvia quedábamos aislado. Muchas veces sufrimos el aislamiento, con las consecuencias de vivir situaciones de emergencias de salud o saber que si llovía muchas veces los docentes no podían acceder a la escuela", lamentó y enfatizó que "hoy esta realidad ha cambiado de manera rotunda con la pavimentación de los 13 kilómetros del acceso a Colonia Elía a través de la Autovía Gervasio Artigas".
Y así como reconoce que el nuevo acceso transformó de manera positiva el ritmo diario de los pobladores y que el aislamiento ha quedado en el pasado, enfatiza: “Insisto con algo: más allá de la importancia de haber superado el aislamiento en materia de conexión vial, Colonia Elía siempre ha tenido vocación para superar ese aislamiento y sentirse integrado a un Departamento que entendemos es fundamental para pensar el futuro”.
Como ejemplo de la participación, aporta que el delito rural, especialmente el abigeato, era un flagelo que preocupaba a todos, especialmente a los productores ganaderos. “A mediados de 2016 colocamos con recursos propios las cámaras de video-vigilancia, que se consolidó con un compromiso de la Policía de Entre Ríos a través de la Brigada de Abigeato y hoy nos permite asegurar que esa clase de delitos ha disminuido a su mínima expresión”.
“Municipio y Provincia aportando elementos tecnológicos y humanos para que la ciudadanía se sienta más segura ha sido una alianza efectiva que prácticamente ha eliminado el delito rural”, expresa con orgullo.
Oportunidades
Ahora el Municipio quiere consolidar el perfil para que los jóvenes no emigren.“Estamos buscando nuevas alternativas. Esto es dar mejores condiciones de producción a nivel local y por otro lado buscar ampliar una oferta académica que permita abrazar el futuro con mayores esperanzas”, definió pero no se quedó en un mero diagnóstico.
“En el mientras tanto, la Municipalidad aporta durante el año académico universitario un colectivo para que nuestros jóvenes vayan a estudiar a las distintas universidades con asiento en Concepción del Uruguay.
Ese transporte está garantizado por parte del Municipio y las propias familias usuarias de este beneficio también colaboran con un aporte mínimo para sostener el servicio. Incluso para este año hemos recepcionado la petición de muchos padres de familia de ampliarlo hacia el sector del Nivel Medio, porque hay muchos adolescentes que han manifestado su vocación por continuar con una educación secundaria agraria que se dicta en Basavilbaso.
“Por otro lado estamos explorando con mucha firmeza vincular nuestro desarrollo con el ambiente. Y así como lo visualizamos con la obra de la Autovía Gervasio Artigas, también percibimos que nuestro futuro está ligado al río Uruguay, esa autovía que representa una columna vertebral que hace a nuestra identidad”, definió.
“En ese contexto venimos observando la lucha ambiental de Gualeguaychú y también el desarrollo portuario de Concepción del Uruguay, donde el protagonista debe ser el río Uruguay. Y ese concepto ambiental lo extendemos hacia otros desarrollos que por el momento son incipientes pero en crecimiento: por ejemplo, el turismo rural”, destacó.
Por eso hemos pensado, estamos analizando y estudiando que se declare la zona de Campichuelo como sitio Ramsar.
Para ello convocaremos a jornadas de estudio donde estarán presentes todas las instancias del Estado y las supranacionales como la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru), las universidades y, claro está, las organizaciones de la sociedad civil con sus entidades productivas y de defensa del ambiente”.
Para Barrera la alianza con el ambiente es la clave para consolidar un desarrollo en términos generacionales y está convencido que Colonia Elía puede continuar creciendo sin lesionar el carácter de paraíso terrenal que permite construir una tierra prometida.
