Se detalló, además, que el bebé no presentaba ningún signo de violencia. “En el hospital se dijo de todo hasta que había sido picado por algún insecto ponzoñoso o por un ofidio venenoso”, comentaron.
Cabe recordar que el pequeño había sido trasladado en una ambulancia del servicio 107 a la Sala de Emergencias del barrio Capricornio, en el noroeste de la ciudad. Allí, los profesionales trataron de reanimarlo, practicándole maniobras de resucitación. No lo lograron, por lo que resolvieron derivarlo al hospital Masvernat, a donde llegó sin vida.
Una vez concluido el estudio forense, el cuerpo del pequeño fue entregado a su familia. El velorio se llevó a cabo en su domicilio del barrio Capricornio.