La norma, aprobada el 5 de julio, propone “que se intensifiquen las acciones y los máximos esfuerzos de fortalecer la familia, promover el empleo y la capacitación laboral”. “Fortalecer estrategias a nivel comunitario para la captación temprana de embarazadas y el adecuado seguimiento del embarazo y la atención del parto, según los lineamientos establecidos por el plan operativo para la reducción de la mortalidad materno-infantil, de la mujer y de los adolescentes, garantizando el acceso equitativo a los insumos y recursos necesarios para el cuidado y crianza de los niños desde su nacimiento durante los primeros meses de vida, así como también para un adecuado puerperio”, dice el artículo 3° de la ordenanza.
En el artículo 4° se plantea el interés por brindar “la especial atención a la embarazada adolescentes y su seguimiento”.
El texto aprobado por los concejales plantea también la idea de “fortalecer el rol de la Atención Primaria de la Salud, situándolo como eje fundamental en la promoción de programas y acciones de prevención que tiendan a proteger en forma íntegra los derechos de la mujer embarazada y el niño por nacer”.
Concordia, otra ciudad que busca ser “pro vida”
El proyecto para declarar a Concordia como “pro vida y pro familia”, presentado por los tres credos religiosos –judío, católico y evangelista– fue rechazado el 14 de junio pasado por los concejales concordienses por 6 votos contra 5.
Sin embargo, este miércoles 18, el intendente Enrique Cresto y el viceintendente Armando Gay, reunidos con representantes de la Red de Familias Entrerrianas y de los credos religiosos, adhirieron, mediante un decreto, al Pacto San Antonio de Padua. Este pacto que defiende la vida desde la concepción.
