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Una vecina de Paysandú, la ciudad uruguaya vecina a Colón, contó al Diario El Telégrafo la situación que está viviendo a raíz de la aparición de un enjambre de langostas en su casa, donde tiene árboles frutales.

“El sábado salí al patio donde tengo árboles frutales porque desde lejos veía como miles de insectos. Me acerqué para ver y eran langostas de diferentes tipos. Ante la desesperación pensé qué hacer, porque al mover un gajo empezaron a saltar para todos lados. Me fui a buscar veneno que usamos para matar insectos, moscas, mosquitos y cuando volví ya el árbol estaba prácticamente sin hojas”, dijo.

Al ser profesora de Biología, “sé que la langosta es un animal que se va alimentando y desovando, por lo que le puse el veneno que tenía y se armó como una nube. Las que quedaron con más veneno cayeron y las otras formaron una nube encima de la casa como si estuviese lloviendo. El hecho es que ese veneno no las mataba”, comentó.

“Algunas de las que estaban caídas se repusieron y treparon el muro del vecino. Me asomé a ver y en el patio de al lado había miles y de las grandes que son las que desovan. Me comuniqué con la Intendencia porque las langostas son plaga nacional. Me pasaron un interno al Corralón y me dijeron que la llamada la iba a tener que hacer el lunes porque no había nadie. Pero se trataba de una emergencia, porque eran miles de langostas que en menos de cinco minutos me comieron el árbol y además estaban desovando entonces creo que no ameritaba esperar.

Además el Ministerio de Ganadería está pidiendo que ante la presencia de una plaga se denuncie, porque apareció una especie de escarabajo que está afectando el ganado y otra nueva que afecta los cítricos”, comentó.

Asimismo, recordó que hace años, “cuando hubo la pandemia de langosta pasó que comen lo que encuentran y solo las sacás prendiendo fuego”. Ayer “llamé cien veces al Cecoed para contarle que estoy haciendo guardia prácticamente para que no pasen, porque ahora me pelaron una rosa y un duraznero, nadie me atendió. Como a las 16 las ahuyenté para que volaran y se fueron para el terreno del vecino, donde también tiene árboles frutales. La idea es prevenir lo que el día de mañana puede ser un desastre”, mencionó, a la espera de alguna respuesta.
Fuente: El Telégrafo

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