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Todos hablan de las encuestas, los medios de comunicación, los analistas políticos, los equipos de campaña, los consultores políticos, y también el ciudadano de a pie, todos decimos conocer alguna encuesta, o nos llega por algún grupo de red social, o nos dan algún dato disperso.

Las encuestas desde hace años viendo siendo protagonistas de la política, aunque en realidad en ningún momento del año se dejan de hacer sondeos, y en esto todos podemos ser testigos, porque alguna vez nos habrá tocado contestar alguna encuesta telefónica o personal.

¿Quién gana?, ¿Cuándo es la diferencia?, ¿Cuántos lo conocen?, ¿Qué imagen tiene?, son algunas de las tantas preguntas que los sondeos tratan de responder, acompañadas de una batería de preguntas que permitan combinar diferentes variables, para un análisis científico de los mismos.

Porque justamente un detalle de las encuestas, sí alguien pudo ver una en su totalidad, no es el resultado final, sino como se construye el mismo, logrando desmenuzar cada detalles, y aquí juegan un rol capital los analistas y consultores, politólogos, sociólogos, y expertos en comunicación y estrategia política, porque los números sueltos, son sólo eso, y el micro clima te puede nublar la razón, empujando más el deseo, que la objetividad.

Recordando que Nélida Archenti dice que “el sondeo o encuesta ha sido definido como un método científico de recolección de datos, a través de la utilización de cuestionarios estandarizados, administrados por entrevistadores especialmente entrenados o distribuidos para su autoadministración a una muestra” (Cfr. Metodología de las ciencias sociales. Emece. Pág. 203) , como se puede observar no es soplar y hacer botella como reza el dicho popular, sino que implica un trabajo metódico, profesional y por sobre todo científico.

Incluso la socióloga antes citada explica que “La base estadística de la encuesta convirtió a esta técnica en una de las más potentes para establecer ciertas predicciones basadas en datos empíricos, al demostrar que pequeñas muestras probabilísticas correctamente seleccionadas podían proporcionar algún grado de representatividad respecto de actitudes, opiniones y comportamiento de grandes poblaciones” (Cfr. Ídem Pág. 204) , esto nos muestra la foto, que muchos desean saber, desde los sectores de poder para predecir el futuro económico, hacer inversiones, dejar de hacerlas, así como los medios de comunicación y desde ya los protagonistas.

Como toda foto de la realidad, puede variar al otro día del sondeo, más en la vida dinámica y tormentosa que tiene la política, máxime cuando se focaliza la estrategia en ensuciar y criticar al otro, tratando de esta forma de mellar en su imagen, aunque muchas veces se logra el efecto contrario, instalando en la agenda al contrincante, y visualizando como la opción a elegir.

Es verdad que desde hace tiempo, al menos a nivel provincial y local, es muy difícil que se publiquen las encuestas, salvo algún dato concreto, el primer motivo más que razonable es el costo que tiene un sondeo, y el nivel de sensibilidad de la información, por eso resulta hasta cómico cuando se trata de instalar algunos resultados muy alejados de la realidad.

Pensemos que las consultoras, viven del prestigio y de la seriedad que infunden, por eso es tan vital “… la coherencia del cuestionario, la validez de los indicadores, la significación de la muestra, la coherencia de los libros de códigos y la idoneidad de los encestadores” (Cfr. Ídem Pág. 205), siendo realmente muy difícil de tomar como dato científico aquellas encuestas que proliferan en redes sociales, las cuales generalmente están militadas y encerrados en el microclima, es usual que manden dentro de los grupos de redes sociales el pedido de votar por fulano o mengano, con lo que se termina ensuciando la buena predisposición de quien quiso encuestar por redes sociales.

Un trabajo simple pero que uno debe hacer, es googlear quien hizo la encuesta, porque se llega hasta el ridículo de inventar consultores, con la falsa creencia que por instalar un resultado en el mundillo este se replicará al resto de la sociedad, más aún cuando los adversarios cuentan con varios muestreos.

Las encuestas son una forma de empoderamiento de la ciudadanía, porque muestra un reflejo del humor social, las preferencias, dudas, miedos y expectativas, está en cada equipo de trabajo saber separar la paja del trigo, evitar caer en la tentación de vender una falsa victoria, porque se corre el riesgo de no mirar la realidad, y que esta se transforme en un destino inmodificable, y las derrotas siempre tienen sabor amargo.

Las encuestas son una herramienta más, pero deben ser bien usadas, la mentira como construcción de poder en el mundo de las redes sociales, en la sociedad en red como denomina Manuel Castells tiene una vida efímera, salvo que sigamos encerrados en una habitación con nuestros egos y aplaudidores.

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