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Humo, viento y mucha basura.
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El diario convertido en basura. Así quedan muchos de los desechos domiciliarios de Concordia. Agrandar imagen
El diario convertido en basura. Así quedan muchos de los desechos domiciliarios de Concordia.
Lunes 15 de julio de 2019. Eso dice el diario que está tirado en una de las calles internas de campo El Abasto, el mayor basural a cielo abierto de Concordia. La foto fue tomada apenas 7 días después de que ese papel impreso en tinta negra fuese novedad. Las noticias, tiradas en El Abasto.

Lo que no es novedad es encontrar residuos recientemente arrojados, en pleno camino, como quien no quiere la cosa. Ahí nomás. Precisamente, unos 500 metros antes de donde quedó ese “Sol” tirado, están las viviendas que alojaba a otro sol: esa pequeña gurisa de 11 años que fue aplastada por un camión que estaba descargando la basura.

Viernes 19 de julio de 2019. Otra vez un diario, dos, tres, la mayoría de los medios de Concordia e incluso en la provincia. Esta vez fue al revés: El Abasto fue la noticia que contó el diario. “Niña de 11 años murió aplastada por un camión que descargaba basura cerca del Campo del Abasto”, publicó El Entre Ríos refiriéndose a lo que había ocurrido alrededor de las 21 del jueves último. Y entonces volvemos a esta a semana. Es martes. Poco más de 96 horas pasaron de esa fatalidad. Duele, más que el frío que durante la mañana hacía frente a dos antenas de telefonía celular: “una es de Personal y la otra de Movistar, o eso me dijeron”, indica la tía de Alejandra, la gurisa fallecida. Es la primera en recibir a El Entre Ríos, en ese grupo de viviendas que en su mayoría son de costales de madera.

Literalmente, para los que residen en el Departamento Concordia, ese grupo de casas está dentro del basural. Es que para entrar a “El Abasto” se doble a la derecha cuando se transita de este a oeste por avenida Presidente Illia, que allí sigue reconociéndose con el nombre de “Ruta 4”. Al doblar se accede por calle José Lescano. Lo que le sigue es un largo camino de tierra, campo y más campo, en su mayoría copado por el nylon que envuelve los residuos domiciliarios.
La inmensidad del basural: campo El Abasto de Concordia
Técnicamente, no están dentro de “El Abasto”. Y es hasta oportuno, entonces, el cartel que luce clavado en un árbol: “Prohibido pasar, propiedad privada”. Lo mismo usó un funcionario municipal el viernes cuando habló con Oíd Mortales Radio: “fue una lamentable muerte que sucedió cerca de campo El Abasto, en un domicilio particular”, se ocupó de aclarar Martín Armanazqui, coordinador de la Unidad de Desarrollo Ambiental (UDAAPA).

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El cartel que indica que allí hay una propiedad privada, justo donde hace unos días ocurrió la fatalidad. Agrandar imagen
El cartel que indica que allí hay una propiedad privada, justo donde hace unos días ocurrió la fatalidad.
“No ocurrió en el predio municipal, sino en cercanías. Aparentemente era un terreno privado”, remarcó en otro tramo de la misma entrevista telefónica. “Está muy mal, realmente no está en condiciones de recordar o hablar de lo que pasó ese día”, explicó hasta disculparse, y refiriéndose a su hija, la abuela de la niña que falleció cuando la caja del camión la golpeó en la cabeza, cayó y una de las ruedas la aplastó. La señora también se quiebra en su alocución, tanto como quien la escucha que se mantiene atónico, congelado, aún más por lo que recibe de respuesta que por el propio viento que hiela hasta los huesos.

“Estoy tratando de sacarla un poco de ahí, es muy difícil”, alcanzó a decir después. Su tía vuelve a saludar, antes de la despedida final. Ahí no había nada más que hacer.

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Un camión recolector de residuos pasa frente a donde vivía Alejandra. Agrandar imagen
Un camión recolector de residuos pasa frente a donde vivía Alejandra.
La soledad del lugar, apenas alterado por el tránsito de algún que otro carro y los camiones recolectores de residuos, es notable como también lo es el permanente olor a quemado y el humo que sobresale entre antenas de alta tensión y basura. Un camión atmosférico, de esos que popularmente se los conoce como “caqueros”, descarga en un bajo.

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Restos de lo que fueron piezas de autos de carrera, a la vera de otra calle del basural. Agrandar imagen
Restos de lo que fueron piezas de autos de carrera, a la vera de otra calle del basural.

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Decenas de neumáticos, también forman parte del desolador paisaje de El Abasto. Agrandar imagen
Decenas de neumáticos, también forman parte del desolador paisaje de El Abasto.

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Piezas plásticas de viejos televisores, tirados ahí como los podés ver. Agrandar imagen
Piezas plásticas de viejos televisores, tirados ahí como los podés ver.
Televisores, neumáticos y hasta 3 capots de autos de carrera pueden verse arrojado entre los senderos que tiene el predio municipal. A pocos metros de ahí, un par de teros revolotean y le ponen un poco de ruido a tanto silencio. El vacío es inmenso. Ese mismo que la familia vecina al Abasto tiene desde que su sol se apagó entre la bruma y el humo de una noche de invierno fatal.
Fuente: El Entre Ríos.

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