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Foto: Entre Ríos Ahora
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El juicio oral y público que tiene al exdiputado provincial y secretario general de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), José Ángel Allende, como imputado por amenazas coactivas contra el periodista Martín Carboni, comenzó este martes. Este miércoles, desde las 9, se escucharán los alegatos finales.

El debate se desarrolló en el Salón de Audiencias Nº 1 de los Tribunales de Paraná, presidido por el vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones Gustavo Pimentel y el fiscal Álvaro Piérola, en representación del Ministerio Público Fiscal.

Allende está acusado por el fiscal Álvaro Piérola del delito de amenazas coactivas por sus dichos contra el periodista Martín Carboni, de NoticiaUno.com. Según la acusación fiscal, “el 30 de mayo de 2017, entre las 8 y las 10 de la mañana, en una entrevista en Radio La Voz, Allende efectuó expresiones claramente intimidatorias hacia Carboni y su trabajo periodístico, aludiendo al crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas”.

“‘Vos viste que a Yabrán no lo matan, porque Yabrán no se suicida porque él lo mató a Cabezas. Yabrán se suicida porque los alcahuetes de Yabrán, queriendo quedar bien, lo apretaron a Cabezas y se les fue la mano y lo mataron. Acá no sea que le pase al gobernador que algunos alcahuetes que tiene alrededor tomen ese tipo de actitud y lo terminen perjudicando’”, dijo Allende en esa conversación radial.

En su alegato de apertura, Piérola planteó que “se probará cómo el destino de esa amenaza fue cercenar la tarea periodística de Carboni y que no continúe las investigaciones que estaba haciendo” sobre contrataciones irregulares en el Ministerio de Salud.

En tanto, el defensor Maximiliano Rusconi –que actúa junto a Leopoldo Lambruschini– sostuvo que “no habrá ninguna duda de que la tesis acusatoria no podrá ser acreditada y que nuestro defendido debe ser absuelto”, ya que “el Ministerio Público Fiscal no podrá demostrar la hipótesis sobre la cual basa su acusación porque el hecho por el cual se lo trajo a juicio no sucedió”.

“Fue una nota sacada de contexto, tergiversada en su contenido y llevada a un terreno inexistente”, planteó y mencionó que “si bien había un contexto de cierto hostigamiento hacia Allende porque ya venían publicándose noticias sobre él en el portal de noticias Análisis, nunca hubo de su parte una acción para coartar la libertad de expresión”.

Reconoció que la alusión al caso Cabezas “no fue una frase feliz”, pero consideró que “no tuvo ningún contenido amenazante”. “No hay ninguna amenaza e incluso el propio Carboni no ha podido definir ningún segmento de esa frase en que se haya sentido amenazado, y mucho menos tiene ningún contenido coactivo. Por eso entendemos que este caso no debió haber llegado a esta instancia. Está claro que no hubo amenaza ni contra Carboni ni contra ningún periodista en particular”, planteó.

Y agregó: “La imputación es absolutamente indefinida y por eso vamos a solicitar la absolución”.

Tras los alegatos de apertura, los abogados de Allende plantearon una serie de cuestiones previas. La primera de ellas fue la prescripción de la acción penal y el consecuente sobreseimiento de Allende, en función del tiempo que pasó desde el inicio del proceso, lo que fue rechazado por el fiscal quien recordó que “el hecho ocurre siendo funcionario público y no era cualquier funcionario porque fue diputado desde 1999, fue cinco veces legislador, fue presidente de la Cámara de Diputados entre 2011 y 2015, y también secretario general de UPCN”. También mencionó que en otro momento de la causa se amparó en sus fueros parlamentarios lo que hizo que el proceso se aplazara.

Luego de un cuarto intermedio, Pimentel rechazó el pedido por considerar que no ha transcurrido el tiempo de prescripción y se dio continuidad al debate.

El segundo planteo de la defensa tuvo que ver con la incorporación de prueba, dado que la defensa anterior de Allende no lo hizo, y propuso como tal:

- mails de Adriana Sattler, esposa de Allende, pidiendo al medio un derecho a réplica.

- publicación periodística de Análisis Digital a efectos de dar contexto a la entrevista radial.

- pericia informática judicial sobre un mensaje de texto que Allende envió a Carboni el día de los hechos, teniendo en cuenta que el teléfono desde el cual Allende lo envió está en desuso.

- declaración testimonial de Sattler a efectos de interrogarla cobre la conversación que mantuvo con Carboni.

Ante esto, Pierola calificó la pericia de “medida dilatoria” y pidió escuchar primero el testimonio de la víctima para conocer sus aportes al respecto, y en caso de no satisfacer a la defensa decidir la pertinencia de los mails, mensajes de texto y declaración de Sattler. A lo cual adhirió el magistrado.
Testimonio de la víctima
Con posterioridad se reprodujo el audio de la entrevista radical en cuestión y se procedió a la declaración de la víctima que se presentó con una carpeta con notas periodísticas, los mails y mensajes de texto intercambiados con Allende y su esposa, Adriana Sattler, lo que puso en tensión a los abogados defensores. Finalmente, se le permitió tener dichos papeles a modo de “ayuda memoria”.

Carboni comenzó su relato reseñando su trayectoria periodística y las investigaciones relacionadas al Ministerio de Salud que en 2016 y 2017 desembocaron en la causa judicial. “El ataque, la amenaza fue a un trabajador de la prensa, no a un multimedio”, planteó el periodista, quien luego recordó “una situación violenta ocurrida en el hospital de Villaguay donde personas de UPCN, en vehículos identificados con el gremio, se dirigieron al hospital para increpar al director, encerrarlo en su despacho y presionarlo para que cumpla una resolución de Ariel De la Rosa”, por entonces ministro de Salud de la provincia.

En este punto, a poco más de 5 minutos de declaración, Rusconi solicitó que se retirara el periodista del salón y planteó que “se están relatando hechos anteriores y dando un caudal informativo que nada tiene que ver con el hecho juzgado”. En tanto, Piérola dijo “no entender el nerviosismo que genera el relato del testigo”. “Este es su momento, hay que escuchar a la víctima, dejemos que el testigo hable”, pidió. A lo cual accedió el juez Pimentel.

En continuidad del testimonio, Carboni contó que “mientras se recibía todo el tiempo información sobre la injerencia de UPCN en el Ministerio de Salud”, en marzo de 2017 se publica en su portal “la noticia de que la esposa de Allende, Adriana Sattler era funcionaria del Ministerio de Salud y manejaba millones de pesos para infraestructura. Dicha publicación, dijo Carboni, motivó “el llamado de Allende ese mismo día diciendo que Sattler no era funcionaria y que le estábamos pegando al pedo (sic)”, por lo cual se le ofreció el derecho a réplica.

Al día siguiente, jueves 23 de marzo de 2017, por mail Sattler hizo llegar su disconformidad con la publicación aclarando que no era más funcionaria de Salud y envía dos fotos con el decreto de su renuncia. Esto dio lugar a una nueva publicación del medio de Carboni en la que se informa la postura de Sattler pero “se agrega la propia investigación que daba cuenta que en los hechos, después de su renuncia, Sattler seguía como funcionaria participando en reuniones de gabinete, actos oficiales, publicaciones oficiales”.

Todo esto derivó en otra investigación periodística sobre contrataciones irregulares en el Ministerio de Salud, que incluso recaló en una causa judicial. Y con posterioridad se produjo la entrevista radial con la expresión de Allende a la que Carboni definió de “frase poco alegre, temeraria”.

“Revivir esto es desagradable, me hace volver a sentir la sensación de amenaza”, dijo el periodista y admitió que su primera sensación al escuchar la referencia al asesinato de Cabezas fue “de shock” y luego de “terror”. Contó las modificaciones que ocasionó el hecho en la vida cotidiana de sus hijos y su familia en general, del estrés familiar que se vivió. “Fue una situación angustiante y dolorosa, porque nuestros padres lo vivieron con mucha preocupación. Fue una situación compleja”, afirmó, y dijo que en lo personal se “recluyó porque tenía temor”.
La declaración del imputado
Antes de finalizar la primera audiencia del juicio en su contra, Allende accedió a prestar declaración pero por consejo de sus abogados no respondió preguntas. Dijo sentirse “sorprendido y conmovido” porque lo que se está planteando en el debate “le haya causado tanto dolor a una persona con la cual tenía una relación que respetaba y respeto”. “Teníamos algo en común, que teníamos hijos en la misma escuela, y además yo participaba siempre en sus programas de televisión. Teníamos una relación, sin llegar a ser amigos, mucho más cercana que el simple conocimiento por ser yo un funcionario público y él un periodista”, aseveró el ex legislador.

Seguidamente, recordó la entrevista detalladamente, punto por punto, y contextualizó sus dichos en la disputa salarial que se produjo en 2017. “El gobierno pretendía cerrar con un porcentaje menor al que se había otorgado a los docentes y durante la semana previa al cierre de las paritarias, el ministro de Gobierno, Mauro Urribarri, me fue a visitar y me decía: ‘Arreglá, Ruso. Arreglá paritaria, porque vas a perder al ministro’, en referencia al ministro de Salud, Ariel de la Rosa. Le contesté que si la discusión paritaria hacía que perdamos un ministro, perderemos un ministro, lo que no vamos a perder son los afiliados. Esa visita se repitió durante tres veces en una semana”, recordó.

Al respecto, explicó: “Las operaciones de prensa no las hacen los periodistas, las hace el gobierno para debilitar a un gremio que estaba negociando en paritarias. Pero en ningún momento hablé de un periodista o de un medio, aunque sabemos que hay un medio que se ha dedicado durante muchísimos años a atacarme, que es Análisis. A Carboni lo conocía porque era papá de un chico que iba a la escuela con mi hijo y yo iba a su programa de televisión”.

“Cuando sucedió la nota de mi señora, ella me pidió que hable con Carboni pensando que era mi amigo. No éramos amigos pero sí nos conocíamos. E incluso cuando De la Rosa fue candidato a intendente yo le dije que arme un equipo de prensa y le propuse que lo pusiera a Carboni como jefe de prensa”, relató Allende.

Por otra parte, planteó: “Entre los que cobraban contratos no estaba mi señora y tampoco manejaba millones de pesos como se dijo en la publicación, solamente manejaba una cuadrilla de operarios para hacer obras menores en hospitales y centros de salud, con fondos de las cooperadoras”.

Asimismo, recordó el incidente con delegados de UPCN en el Hospital Santa Rosa, de Villaguay, que terminó con denuncia judicial y juicio, en el que todos resultaron absueltos. “Fue otra operación del gobierno de la provincia, y eso quedó totalmente demostrado cuando la Justicia absolvió a todos los dirigentes”, señaló.

En ese contexto también hizo referencia a los episodios acaecidos en la Colonia de Salud Mental de Diamante. “Quiero defender a los compañeros. Fueron a Diamante a defender a una trabajadora que habían echado sin facultades para hacerlo. Tuvieron que reincorporarla. Si hubo excesos de los compañeros, los condenamos. Pero tampoco podemos dejar pasar por alto que en Diamante, cuando fueron los compañeros a defender a esa empleada, a Carina Domínguez la estaban esperando los fiscales para detenerla cuando se bajó del auto. La tuvieron presa durante dos días sin poder ver a los hijos. Y salió totalmente absuelta”.

“Es horrible la frase que dije”, reconoció Allende pero se defendió: “Fue fruto de todo ese momento que estábamos viviendo y de todas las operaciones que había. Cabezas soy yo en el ejemplo que hice”.

Y explicitó que cuando aludió al caso Cabezas quiso referirse a “los alcahuetes” del gobernador. “Estoy convencido que quien operaba para mellar la paritaria y debilitarme a mí en la paritaria era (Edgardo) Kueider (entonces secretario general de la Gobernación y hoy senador). Por eso hablé de alcahuetes del gobernador. Son los que me querían debilitar, y en realidad perjudicaban al gobernador”, refirió.

“Nunca pensé que esa entrevista podía derivar en esto. No sé de qué defenderme. No he agredido a nadie. Si alguna duda cabe, le mandé mensaje a Carboni después de esa entrevista para ponerme a su disposición. No tengo nada de qué arrepentirme. La escuché 100 veces a la entrevista y no digo en ningún momento ‘te va a pasar lo de Cabezas’, que eso sí sería una amenaza. Dije que ‘no sea que le pase lo de Yabrán al gobernador’, porque algunos alcahuetes que quisieron ayudarlo, lo perjudicaron”, explicó.

“Vine hoy confundido y me voy más confundido pero también con mucho dolor. No me entra en la cabeza que esa persona que compartía conmigo me convirtiera en asesino. Porque lo que pasaba en Salud era un problema de Carboni y De la Rosa. Ni siquiera yo le digitaba la gente que contrataba De la Rosa, y la prueba está en que su jefe de prensa era (Hugo) Remedi, que trabajaba en la Revista Análisis, donde yo era un abonado y gente de tapa por años. No puedo creer cómo un fiscal haya tomado como que yo amenazo que le puede pasar lo de Cabezas”, concluyó.
Fuente: Análisis Digital

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