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Tras analizar la transición y la herencia del anterior gobierno en la materia, el licenciado Guido Bonnot revela que comienza su gestión proyectando nuevos marcos regulatorios a nivel local.

-¿Cómo fue la transición, de un gobierno municipal a otro, en Ambiente?

-Tuvimos reuniones breves antes del traspaso, en las cuales se empezó a hablar sobre las principales actividades, cómo se manejaba el área y la cuestión presupuestaria.

Más allá de que antes había estado seis años en el área, aparecieron algunas cuestiones nuevas y el personal también cambió. En ese sentido, la parte de zoonosis y de administración están bien.

Considero que se ha avanzado mucho trabajando en relación a normativas provinciales, a partir de que se delegaron ciertas responsabilidades en los municipios. Acá, por ejemplo, Ambiente emite certificados de aptitud ambiental, algo que en otros municipios no se está haciendo.

-A grandes rasgos, ¿qué dejó hace cuatro años y con qué se encontró al asumir nuevamente el cargo?

-En gestión de residuos, me encuentro con una suerte de estancamiento.

Por ejemplo, hace cuatro años dejamos habilitados 32 contenedores y esa cantidad solamente creció en dos unidades, porque ahora hay 34. Tampoco hubo un mantenimiento periódico de ellos y otros directamente están sin ploteo o con partes a restaurar.

Por otro lado, la disposición final de residuos ha tenido una suerte de abandono. En ese sentido, considero que no hubo responsabilidad de la gestión anterior de tomar las riendas del tema. Tal vez no fue una cuestión prioritaria para ellos como sí ha sido y es para nosotros.

Realmente nos preocupa y estamos analizando soluciones al alcance en el vertedero de ramas ubicado cerca del cementerio. Puede sonar mal, pero la única solución hoy para hacer lugar es quemar y para eso debemos pedirle autorización a la provincia, aunque no generaría un gran perjuicio más que un poco de humo. Otra alternativa sería utilizar una chipiadora adaptada a la estructura de una municipalidad para triturar las ramas, porque la que hay no funciona para ese propósito.

El gran problema de Villa Elisa, en lo ambiental, es básicamente la basura.

-¿Y cómo está funcionando, en ese sentido, el predio de disposición final ubicado en colonia La Matilde?

-También encontramos una desorganización importante porque no se le dio continuidad al trabajo iniciado en 2015. Nosotros nos fuimos con una cava vacía e impermeabilizada y ahora nos encontramos con una a su punto de saturación y otra a medio construir al lado.

La verdad, no me preocupa tanto este predio como sí me preocupa el de las ramas, porque está dentro de la ciudad y totalmente desbordado.

Y en el caso del exvertedero, ubicado en la prolongación de Boulevard Schroeder, me preocupa que haya gente tan desconsiderada y sin compromiso que siga llevando basura a un lugar que está clausurado.

Lo mismo con algunos puntos limpios, en los que nos hemos encontrado hasta con residuos patológicos cuando en realidad está bien claro qué se puedo depositar. Por eso, estamos iniciando la gestión trabajando en una ordenanza sobre la generación de residuos patológicos y otra marco sobre la generación de residuos en cuanto a las responsabilidades del vecino.

-En la gestión anterior, se prohibió mediante ordenanza el uso de bolsas plásticas. ¿En qué medida se está cumpliendo y haciendo cumplir?

-A esa ordenanza todavía no la estudié y tengo mis cuestiones encontradas porque no hay contralor. No sé si es tan necesario prohibir, sino dejarlo a criterio de cada comerciante y concientizar sobre el tema.

El gran porcentaje de basura inorgánica que llega al vertedero es plástica por la cantidad de envoltorios que se usan. Entonces, prohibir el uso de bolsas estilo camiseta, cuando hasta en la modernidad termina siendo algo necesario, y después usar plástico para todo el resto, es discutible.

-Respecto a las pulverizaciones con fitosanitarios, ¿cuál es la situación a nivel local en cuanto al cumplimiento de las normativas vigentes?

-Si bien la sociedad está dividida, desde Ambiente tenemos una postura totalmente neutra, o sea que nunca se tomará parte por una u otra posición, sino que nos limitamos a hacer cumplir las normativas vigentes.

Hay una estructura de control, recetas agronómicas y registro de aplicadores, muy bien organizada. Y los productores cumplen su parte en solicitar la autorización para las pulverizaciones dentro del ejido.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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