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Mario Moine se alejó de la vida política y de los medios después de perder, en 2003 y ante Julio Solanas, una elección interna del peronismo en la que se presentó como precandidato a intendente. "Mi idea era volver a ser intendente de Paraná y después gobernador. Esa es la verdad. Perdí por poco margen y esa misma noche, aunque no lo dije, decidí acompañar el proceso hasta que Julio llegara a la Intendencia y luego retirarme", confía, 13 años después, en diálogo con Luciana Dalmagro, de El Diario.

Moine es hombre surgido de las filas del cristianismo e integrante de una familia emblemática del empresariado local, que llegó a gobernar primero Paraná, luego la provincia, y después fue convencional en la reforma constitucional de 1994.

Hoy tiene 67 años y administra, junto a su familia, un hotel en la ciudad de Santa Fe, adquirido tras la venta de los supermercados Los Hermanitos al grupo Exxel, en 1998, en 10 millones de dólares, de los cuales 1 millón fue compartido con los empleados. "Vimos con mis hermanos que se venían las cadenas, ya le habían comprado a Emilio Abud, y no íbamos a poder competir con firmas con una facturación de 2.000 millones de dólares al año, mientras nosotros facturábamos 40 millones", explica.

La decisión de invertir en un hotel fuera de la provincia despertó algunas críticas hacia Moine. "No fue una decisión personal, porque somos seis. Nos hubiese gustado trabajar en Paraná, pero entendimos que no podíamos competir con el Mayorazgo. Y en Santa Fe no había un hotel acorde a la importancia de la ciudad", argumenta. "Más importante es que, aunque a alguno se le ocurrió, no quisimos sacar la plata del país. Yo había sido Estado y me iba a dar vergüenza que se supiera que los Moine se habían llevado la plata afuera. No me parecía ético. Eso le dije a mis hermanos", recuerda.

Hoy Mario Armando Moine es el único de los hermanos que sigue trabajando. Viaja a diario a Santa Fe junto a hijos y sobrinos, que administran la empresa. La preocupación por estos días es la suba en las tarifas de luz que, cuenta indignado, elevaron la boleta del hotel de 50.000 a 100.000 pesos. A la par, sigue de cerca las alternativas de la política local. Días atrás generó alguna polémica cuestionando públicamente la decisión del gobernador Gustavo Bordet de conducir el Partido Justicialista.

Peronismo


"Presidí el partido siendo gobernador y fue un error. Por eso salí a opinar al respecto, aunque creo que me equivoqué al referirme a Bordet específicamente. Tendría que haber hablado desde mi experiencia. Es muy importante la existencia del partido porque desde su seno sale un gobernante. A la vez, debe ser su contralor. Si el gobernador controla el partido, nadie le va a decir nada, ni le van a advertir si se está equivocando, ni le van a llamar la atención si hay problemas de corrupción. Así, aparecen las voces excluyentes a las que nadie se atreve a cuestionarles nada y los errores no se corrigen", grafica.

-¿Cómo ve al justicialismo entrerriano?

- Fui con mucha alegría a votar en la interna, pero tengo claro que los grandes partidos políticos, específicamente el peronismo y el radicalismo, se han diluido. No existen y no tienen vida interna.

-¿A qué lo atribuye?

-A que todo se concentra en las personas. Tanto que algunos compañeros importantes de mi partido y también hombres relevantes del radicalismo, cuando no se les han dado las circunstancias, se fueron por afuera, armaron otros partidos, dieron la pelea electoral y, si por ahí no les fue bien, volvieron. Luego hay amenazas de tomar medidas que nunca se toman y así muchos jefes políticos comienzan a hacer una suerte de representación de sí mismos.

-¿Hubiera preferido la realización de internas?

-Sí, aunque hubiera sido necesario en este caso un proceso mucho más largo, quizás de un año. Yo a todos los cargos que ocupé llegué a través de elecciones. Para ser candidato a gobernador competí nada menos que con Augusto Alasino, un hombre muy importante dentro del peronismo, también muy inteligente, y además con inserción nacional. Le gané porque cometió un error elemental y se fue a Rusia en plena campaña, no sé por qué razón. En esos 20 días, yo le aré la provincia y ahí hicimos la diferencia. También competí en internas con Jorge Busti para presidir el partido. Creo que es muy importante que haya internas.

-¿A qué dirigentes les ve futuro? ¿Prefiere a alguno?

-Mi deseo era que en la trilogía -y en ese orden- Bordet – Bahl – Solanas, entre ellos encontraran un proyecto y que lo fueran representando en el tiempo que creyeran conveniente. Lo incluyo a Solanas, aunque tiene unos cuantos años, por su experiencia y trayectoria. Es un compañero al que siempre he valorado, más allá de que fue quien me jubiló de la política, cuando me ganó en 2003. Después apareció una nueva generación de buenos dirigentes y se dio una renovación positiva. Bordet y Bahl son lo mejor que puede ofrecer el peronismo, que pocas veces presentó una fórmula con tanta experiencia. No me gustó que en el proceso electoral fueran muy dependientes del entonces gobernador. Cuando querés gobernar una provincia, tenés que mostrar rápidamente que tenés personalidad y proyecto. Otro dirigente que me gusta es Fernando Quinodoz y me alegró que volviera al peronismo. Lo imagino con diferentes responsabilidades en el justicialismo en los próximos años.

Autonomía


-¿Lo sigue viendo a Bordet dependiente de Urribarri?

-No, para nada. Pareció al principio y mucha gente opinaba que iba a estar muy subordinado a decisiones de Urribarri, pero ahora lo veo muy bien plantado.

-Hay quienes cuestionan su vínculo con el gobierno nacional. ¿Usted cómo lo ve?

-Lo que está haciendo me parece bien. Hay que estar en su lugar. El 70 % de los ingresos de la provincia depende de la coparticipación, por lo que sí o sí uno está dependiendo. Mucho más en el caso de Entre Ríos, con el endeudamiento que tiene y con un déficit de caja de entre 300 y 400 millones todos los meses. Me gusta cómo se ha movido ante cada problema que ha tenido la provincia, que fueron muchos en estos cuatro meses muy intensos, y veo bien que se muestre dialoguista.

-¿Qué le pareció su reacción ante el voto negativo de los diputados nacionales al acuerdo con los fondos buitre?

-Sin dudas fue un traspié, pero considero que el error fue de los diputados. En imagen, a Bordet le generó en ese momento un daño, pero rápidamente fue subsanado con los votos a favor en el Senado. Me gustó cuando se plantó y fue claro con lo de "la estudiantina". Mostró personalidad.

-¿Imagina al peronismo gobernando la provincia por un período más o podría haber un cambio?

-Si Macri hace un buen gobierno y va por la reelección, el candidato que lleve Cambiemos va a tener mucha fuerza. Pero si uno se guía por lo que ha hecho Bordet en estos meses, da la impresión de que va a ser un buen gobernador y eso lo posiciona.

-¿Cómo ve al gobierno de Macri?

-Ha tomado decisiones claras y viene siendo muy ejecutivo. Pusieron en muchos lugares, como por ejemplo en Aerolíneas, a gente preparada para conducir administrativamente. No soy de los que critican que haya muchos funcionarios con ese perfil. Me parece bueno desde el punto de vista de la administración, pero noto que falta política. Los únicos que hacen política son Marcos Peña y Rogelio Frigerio.

-Frigerio suena como posible candidato a gobernador de Entre Ríos?

-No me gustaría. Además, me da la impresión de que podría aspirar a la Gobernación de Buenos Aires o a la jefatura de gobierno porteña. No tiene nada que venir a hacer a Entre Ríos, por más que conozca la provincia. A mí, sinceramente, esa idea me choca porque es una persona ajena. Volviendo al gobierno de Macri, hay algunos que parecen un elefante en un bazar.

-¿Por ejemplo?

-Aranguren. Le falta política, porque si todavía una parte importante de los trabajadores no han recibido incrementos salariales y el costo del nivel de vida viene subiendo, gatillar en marzo la energía y luego gas y transporte es una barbaridad. Habría que haber ligado los incrementos, que eran necesarios, a los aumentos salariales. Todo esto se está haciendo con los sueldos del año pasado. Coincido con Massa cuando dijo que entraron al quirófano con una motosierra.

-¿Alguna medida en particular le gustó?

-Terminar con el cepo porque se había generado una distorsión muy grande en la economía. También que se le haya devuelto al campo lo que le corresponde. En otro orden, y ante las novedades de esta semana, me pareció bien que saliera Macri rápido a aclarar lo de las empresas en Panamá, aunque si le encuentran una cuenta no declarada, debe renunciar. Espero que no.

-¿Y a nivel nacional cómo ve el peronismo?

-Discuto con muchos compañeros porque a mí me parece que, tal como pasó en su momento con el menemismo, el kirchnerismo ya fue. Son etapas. Lo que queda es el peronismo.

Sobre gustos


-¿Cómo se informa?

-Entro a Internet cuatro o cinco veces por día y busco primero información económica. Después, lo político, tanto nacional como provincial.

-¿Qué le gusta en televisión?

-Veo muchos documentales.

-¿Un libro?

-La mujer rota, de Simone de Beauvoir. Lo leí a los 27 años y me impactó.

-¿Cuál es el último que leyó?

-El de María O'Donnell sobre el secuestro de los hermanos Born.

-¿A qué figuras de la historia admira?

-Mahatma Gandhi, Martin Luther King y la figura de Cristo por sobre todas las cosas, como filosofía de vida.

-¿Un político contemporáneo?

-Raúl Alfonsín, por su decencia.

-¿Quién es su referente?

-Monseñor Karlic. Nunca conocí a un hombre que amara tanto al hombre como él. Creo que no fue Papa porque le faltó conducción, pero no me hubiese sorprendido.

-¿Alguna asignatura pendiente?

-Tengo cinco hijos y me hubiera gustado tener siete u ocho. Llevo muy adentro la paternidad.

El arte de gobernar y la 8706


Mario Moine asegura que siente el peso de haber sido gobernador. "Es un cargo que genera un honor profundo y yo cuando salgo cuido mi imagen. Desde cómo ando vestido, hasta cómo me comporto. No podés ser un loquito suelto. El título de ex gobernador no se pierde y uno debe tener cierto cuidado de esa investidura, en todos los aspectos. En mi empresa, por ejemplo, no puede pasar que vaya una inspección y encuentren al personal en negro o que se paga fuera de término o menos de lo que corresponde. Uno tiene una responsabilidad hasta el final de sus días", sostiene.

Sobre Urribarri no quiere opinar. "Para no ser injusto, por el nivel de denuncias tan fuerte que está teniendo, dejo mi parecer en espera hasta que se aclare si estas denuncias son ciertas o infundadas. Está en juego todo, incluso la decencia de quien presidió la provincia durante ocho años y también de su familia. Eso condiciona cualquier opinión", justifica.

Respecto a Busti, asegura que fue "la bandera del peronismo entrerriano durante 20 años" y dice que le tiene respeto y cariño. Considera que "no pocos compañeros han sido muy ingratos e irrespetuosos con él" y lo califica como "un animal político". "Tuvimos diferencias en 1999 y a través de los medios nos dijimos cualquier cosa. En 2002 fui a charlar a su departamento y le pedí que llamara a su esposa. Le dije a Cristina Cremer que ese día volvía a entrar a su casa y que nunca más iba a ver en un medio una opinión hiriente o descalificadora de mi parte hacia Busti. Que si tenía algo para decirle lo iba a hacer personalmente. Me dio vergüenza. Éramos un ex gobernador y un gobernador y nos desvalorizamos", rememora.

Reconoce Moine que él no llegó "con la experiencia política necesaria" al cargo de gobernador. "No tuve fallas administrativas, pero sí fallas políticas", admite. Y se anima a hablar de los cuestionamientos que enfrentará quizás para siempre por los despidos de la ley 8.706 y por la firma del pacto fiscal, por el cual Entre Ríos perdió fondos genuinos que hoy están siendo reclamados.

"Yo me negué a firmar el pacto fiscal y por eso me peleé con Domingo Cavallo. Fui a hablar con Eduardo Duhalde, gobernador de Buenos Aires, para decirle que no podíamos suscribir eso. 'Mirá Moine –me dijo- si yo me planto se produce una crisis política'. Claro que él ya tenía arreglados los 500 millones del Fondo de Reparación Histórica. Salí solo por los medios explicando mi postura hasta que me llamó enojado José Luis Manzano. Me dijo que yo era el único que se oponía, que la ley iba a salir igual, que hiciera lo que quisiera. Ya a esa altura no me atendía nadie en Nación, ni un director. Hay gente que ni sabe lo que pasó hace 20 años, pero yo no entregué nada, sino que me opuse en soledad. Firmé porque mi negativa no iba a servir para nada. Enseguida se declararon de interés nacional los proyectos del puente Victoria – Rosario y de la autovía 14, llamamos a licitación y cuando me fui ambas obras estaban a punto de ser adjudicadas. Así son las cosas", relata.

Respecto a la ley 8.706, recuerda que el gobierno nacional estaba despidiendo gente y que recibió un llamado de Gustavo Beliz, que fue contundente: "Plata no hay. Si querés que te ayudemos, tené en cuenta que te sobran 10.000 empleados". Moine reconoce que fue un error, pero asegura que no le dejaron margen. "Los gobernadores de Santa Cruz y Tucumán, Néstor Kirchner y Ramón Ortega, hicieron un acuerdo con los gremios y no hubo despidos, pero bajaron los sueldos un 15 %", acota, al tiempo que expone: "Cuando llega fin de mes y tenés que pagarle los sueldos a 45.000 empleados, necesitás cincuenta millones y tenés dos, es desesperante. Igual, me golpeé la cabeza contra la pared y no conseguí nada", admite.

Cierra la charla pidiendo prudencia en torno a las denuncias contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. "Me duele lo que está pasando porque la voté y porque fue la jefa de Estado. Por eso debemos esperar a que la Justicia actúe y las cosas se comprueben o no, antes de cargar las tintas. Nos hace mal como país. Macri dijo que no le gustaba que Bonadío la hubiese citado a Cristina. Eso es porque, visto desde el punto de vista político, si Cristina llega a quedar detenida el día de su declaración puede generarse una crisis con consecuencias inesperadas. Hay que tener presente que fue la primera vez que un presidente dejó el poder con una movilización de 50.000 personas despidiéndola y eso pasó hace cuatro meses. No estoy en su defensa, pero pido que seamos cuidadosos porque todo esto puede dar lugar a un evento político de una proporción difícil de medir", concluye.

Por El Diario llegué a ser gobernador"


"Yo llegué a ser gobernador gracias a EL DIARIO de Paraná", sorprende Moine. Y cuenta que al término de su segundo año como intendente, "cuando la gestión ya estaba siendo vista como una buena Intendencia", un día mientras se subía a su auto se dijo a sí mismo: "Tato, estás para gobernador". "En ese entonces, uno generaba su propio crecimiento político. A mí no se me hubiera ocurrido ir a preguntarle a Busti si podía jugar o no. Dije en una entrevista que me hicieron en EL DIARIO, que encima salió excepcionalmente en las primeras páginas, antes reservadas para las noticias nacionales, que tenía vocación de gobernador. Esa nota impactó y después se materializó mi candidatura", evoca.

"EL DIARIO fue trascendente en mi vida política, pero también en nuestra vida comercial. En 1964 teníamos un almacén en calle Tucumán y mi papá publicaba un aviso de una columna por tres centímetros con las ofertas de lechuga, queso y otros productos. Era muchísima la gente que venía en busca de la oferta. Fue esa publicidad muy importante para Los Hermanitos desde que éramos un almacén de barrio y lo siguió siendo después", relata.
Fuente: El Diario

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