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Eugenia recuperó su cámara y conoció a Mili.
Eugenia recuperó su cámara y conoció a Mili.
Eugenia recuperó su cámara y conoció a Mili.
Eugenia vive en Mar del Plata. Allí formó su familia junto a Adrián, el de la foto que se hizo viral cuando se inició una búsqueda que alcanzó infinitos recovecos en el plano virtual.

Milagros vive en Concordia, Entre Ríos. Allí recorre su camino junto a los suyos, haciendo lo que más le gusta: la fotografía, la naturaleza y el deseo de mantener vivas sus raíces vascas.

¿Por qué habrían de tener algo en común? ¿Qué motivos tendría una para viajar 800 kilómetros para encontrar a la otra? ¿A dónde habría de ocurrir esa reunión? ¿Qué otras conexiones podrían establecerse entre ambas? ¿Existen las casualidades o lo suyo es la suma de causalidades?

A continuación, el relato de un encuentro que empezó como una búsqueda casi a ciegas en redes sociales y terminó con un abrazo real, sin pantallas o followers en el medio. Porque sí, los Milagros existen y estas dos mujeres están para contarlo. Domingo 26 de febrero, 21:06
- “Hola, es mi tía”.

Viernes 16 de marzo, 12:04
- “Hola, acá estamos. Recién nos encontramos”.

11 días, 14 horas y 58 minutos pasaron desde aquel tuit de apenas 4 palabras hasta este mensaje de WhatsApp donde confirmaba lo que Eugenia había dicho poco después de conocer el hallazgo de Milagros. Sí, este viernes al mediodía tuvo lugar el primer encuentro entre ambas.

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Recorrieron San Carlos y revivieron las historias que allí se esconden, con Saint de Exupéry incluido. Agrandar imagen
Recorrieron San Carlos y revivieron las historias que allí se esconden, con Saint de Exupéry incluido.
Un establecimiento rural ubicado a la vera de la Ruta Nacional A015 fue el escenario de ese primer contacto cara a cara entre Milagros, la joven que rescató una cámara de fotografía semienterrada en los Estos del Iberá, cuya tarjeta de memoria estaba intacta (atesora fotos capturadas entre 2014 y 2016); y Eugenia, protagonista de las historias que guarda esa cámara.

“Recién nos encontramos con Euge. Te cuento cómo fue la mano: nos contactó la empresa Sony porque finalmente pasó eso, increíble. Lo hizo para mandar una cámara a Euge y una a mí. Además, filmaron el encuentro”, destacó la concordiense María Milagros Castañeda.

Contó que a su nueva amiga “le emocionó ver fotos de su perrita, de cachorra; a sus sobrinas pequeñas y a su pareja surfeando en distintos viajes”, reveló.

“Ahora ya estamos juntas, nos vamos a ir pasear. Contentas realmente”, dijo este viernes en el inicio de los recorridos por distintos puntos de Concordia que continuó este sábado. Visitaron termas, playas como por ejemplo “Los Sauces”, el castillo San Carlos y otros puntos a bordo del bus turístico, además de haber estado en el establecimiento donde las entrevistó Sony.

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Regalo: cada una recibió una cámara como esta, gracias a la empresa que fabricó la cámara encontrada. Agrandar imagen
Regalo: cada una recibió una cámara como esta, gracias a la empresa que fabricó la cámara encontrada.
“Lo de Sony fue súper inesperado”, aseguró “Mili” y destacó: “que Euge pueda recuperar su antigua cámara y, a la vez, irse de acá con una nueva para seguir fotografiando me hizo muy feliz. Le gusta la fotografía y quiere que le enseñe a usarla”, comentó la profesora de fotografía de “Revelarte Estudio”.

Ella también recibió un obsequio de la misma empresa. “La cámara que enviaron para mí también claro que fue un regalazo que no imaginaba. La búsqueda que emprendí fue genuina y, con haberlos encontrado, el objetivo estaba más que cumplido, pero por supuesto que mayor mimo para alguien q ama la fotografía que recibir algo así. No tengo palabras”, confió en el diálogo con El Entre Ríos.

Deteniéndose en el episodio de la viuda de Naín narrado en el Evangelio de Lucas (7, 11-17), el Pontífice subrayó como «la palabra de Dios» del día hablase de «un encuentro. Hay un encuentro entre la gente, un encuentro entre la gente que estaba en la calle». Y esta, comentó es «una cosa no habitual». Precisamente, «cuando nosotros vamos por la calle cada uno piensa en sí mismo: ve pero no mira; oye pero no escucha»; es decir, cada uno va por su propia dirección. Y la consecuencia es que «las personas se cruzan entre ellas pero no se encuentran». Porque, quiso aclarar despejando todo tipo de equívoco, «el encuentro es otra cosa».

(Papa Francisco, “Por una cultura del Encuentro”, martes 13 de septiembre de 2016).

En efecto, como dice el Sumo Pontífice, el encuentro es otra cosa como la que vivieron las dos mujeres cuyas historias se entrecruzaron por ese objetivo encontrado en el Parque Nacional ubicado en Corrientes. “La sensación es como si nos conociéramos de siempre. Tenemos muchas cosas en común y es súper agradable y cómodo compartir con ella”, ponderó Castañeda.

“Creo que el vínculo seguirá porque nos encontramos hoy y estamos hablando y organizando próximos encuentros, con fotografía incluida”, anticipó. Y reveló algunos detalles más. Eugenia pudo transitar por algunas huellas que dejó su papá, que se había criado en Concordia. Por ejemplo, este sábado fue hasta la Catedral “San Antonio de Padua”, se fotografía y compartió con los suyos imágenes del lugar donde su padre había recibido la primera comunión.

Además, ambas encontraron otra coincidencia más: el apellido de la mujer radicada en Mar del Plata es el mismo que el de una parte de la familia de la entrerriana. No hubo tiempo de indagar más en el pasado de ambas, pero al menos saben que también ahí tienen historias para construir juntas. El encuentro parece que apenas empezó, tras esa cámara rescatada del barro donde la pronunciada sequía dejó sin agua a una parte de los Esteros del Iberá.

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Fuente: El Entre Ríos.

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