La Red de Alerta nuclea a varias organizaciones no gubernamentales que atienden distintas problemáticas en sus ciudades de origen, como ser la prostitución y la violencia, donde la mujer es la principal víctima. Su responsable en Entre Ríos es Silvina Calveyra, que días atrás aseguró en radio Máxima y volvió a ratificar a ElDía que en Gualeguaychú existe una zona roja.
Calveyra indicó que todo ello se produce por las características de Gualeguaychú, porque está ubicada "en la ruta de la riqueza, muy cerca con Buenos Aires, con pasos de fronteras que son puntos calientes y álgidos, y con muchas ausencias de controles, donde además hay presencia de casinos".
"Desde el 2008 en nuestra provincia había alrededor de 2000 mujeres que estaban siendo explotadas sexual y comercialmente. Se cerraron 52 prostíbulos de 108. Luego supuestamente se cerraron todos, y hoy nos encontramos con que estos lugares se siguen reabriendo bajo otras características como pizzerías, bares, verdulerías", aseguró.
"Verificamos un lugar en Gualeguaychú que nos llamó la atención porque en otras oportunidades que hemos pasado hemos visto mujeres que están siendo explotadas sexual y comercialmente. Pero esta vez nos asombró más porque vimos mayor cantidad y no estaban solas. Es decir, también hay que empezar a erradicar estos mitos de que lo hacen porque les gusta. Siempre hay un proxeneta atrás o un tercero que las está explotando", puntualizó la entrevistada.
Ese lugar al que hace mención Calveyra es en la zona de la vieja Terminal de micros, en el radio de una manzana encontró mujeres, con las cuales dialogó, que le confirmaron "que no tienen salida laboral, que no tienen para darle de comer muchas veces a sus hijos".
Molesta y dolida
Las declaraciones de Calveyra en la radio llegaron a los oídos de mujeres que desde hace muchos años trabajan con esta problemática, como ser el caso de Mevia "Meyi" Carrazza, que desde hace más de dos décadas está al frente del Centro de Estudios e Investigación de la Mujer (CEIM).
Carrazza no desconoció la existencia de la prostitución en Gualeguaychú, pero opinó que "al desembarcar con una declaración de esta naturaleza hay que tener una idea de qué organizaciones están atendiendo esta problemática, es bueno recurrir a ellas y preguntar qué evaluaciones hacen, sobre todo una organización como la nuestra que ha atravesado cualquier coyuntura política-cultural y que sigue trabajando en la prevención y la asistencia".
Claramente enojada, "Meyi" recordó los comienzos del CEIM hace 23 años, cuando en solo dos cuadras de calle San Martín, desde Agüado hasta Rocamora, "había 29 mujeres ejerciendo la prostitución e ingresando a un hotel que se llamaba Panambí. Ahí había maltratos, golpes y una verdadera explotación de la mujer, porque los 'fiolos' se paraban en la esquina controlándolas".
En esa época, y durante algunos años más, los vecinos habían naturalizado de tal forma las peleas entre las prostitutas y sus proxenetas en la calle y a plena luz del día, que se sentaban en la vereda a ver el espectáculo.
"La zona roja se acabó cuando la mujer accedió a los celulares y agendaron a sus clientes", aseguró categóricamente Carrazza. Recordó que en aquellos años, donde había un número más importantes de trabajadoras en la calle, se realizaban denuncias colectivas, pero no para terminar con la prostitución, sino para que se fueran de la zona porque se desvalorizaban las propiedades.
"El error de estas declaraciones de Calveyra fue la de no haberse acercado nunca a nuestra organización. Lo que pasa es que cuando hay tiempos electorales a todo el mundo le preocupa la trata, la prostitución y el aborto, después nadie mas habla de nada, pero nosotros seguimos luchando y trabajando", comentó "Meyi", y agregó: "Esto hubiera tenido mas seriedad si Calveyra hubiera hecho la denuncia ante Fiscalía o contar lo que pasa en Paraná".
Carrazza tampoco desconoció la realidad que atraviesa Gualeguaychú con respecto a la prostitución. Más allá de que no existan zonas rojas, "hay departamentos que concentran esta actividad, pero uno no puede ir y tocarles la puerta y decir que no lo hagan más, el tema es que las edades para el ejercicio de la prostitución se han acortado y hay menores involucrados y los padres detrás cobrando".
Claudia Fiorotto, integrante de 'Las Juanitas', un grupo abocado a solucionar la problemática de las mujeres frente a la violencia de género, señaló a ElDía que en su opinión "no hay una zona roja liberada en Gualeguaychú".
Fiorotto aclaró que el tema de la prostitución no es un tema que se trate dentro de Las Juanitas, pero reconoció que la trata de personas y la prostitución es una problemática social que está enmarcada dentro de la violencia de género.
La entrevistada opinó que son muy pocas personas las que se ocupan sobre estos flagelos en Gualeguaychú y desde el Estado "hay una ausencia absoluta sobre el tema". "No soy de frecuentar la noche por eso no puedo hablar con exactitud, pero hay ONG's que han logrado mucho, como ser la ordenanza del cierre de los prostíbulos en la ciudad", agregó, destacando los trabajos hechos por "Meyi" Carrazza y la jueza María Angélica Pivas.
"Que hay convivencia entre las autoridades es cierto porque sino este flagelo ya se hubiera terminado", finalizó.