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Este jueves a la hora 18, en el aula magna de la Universidad Tecnológica Nacional –sede Concepción del Uruguay- el escritor Elbio Woeffray presenta su libro "Entre Ríos, el Estado al que le robaron la luz".

Uno de los ejes de la nueva obra es la energía eléctrica. El ingeniero, docente, investigador y escritor nacido en Colón, integra una familia de siete generaciones (dos en Suiza y cinco en Argentina) vinculadas al rubro.

“Creo que a los entrerrianos nos mandaron a dormir la siesta un rato”, comenta al explicar el juego de palabras que da origen al título.

“Si me preguntan desde cuándo, creo que desde que muere Justo José de Urquiza. Ese intento fallido de (Ricardo) López Jordan de intentar llevar adelante la provincia y la declaración de guerra de Sarmiento a Entre Ríos que nadie la cuenta, pero en la que murieron 16 mil gauchos peleando por defenderla”, dijo por Radio 12.

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“Digo que desde entonces nos apagaron la luz, porque Entre Ríos era la segunda provincia después de Buenos Aires y nunca más pudo levantar la cabeza. Estuvimos 100 años aislados, sin puentes que nos relacionaran con el resto de la Argentina, prácticamente sin caminos ni infraestructura”.

“En los últimos 30 años, el 10% de la población se fue a vivir a Buenos Aires. Prácticamente no se desarrollaron industrias ni ningún tipo de inversión en el último siglo”.

Para Woeffray, “todo este tiempo de letargo nos costó carísimo. Hoy somos la decimocuarta provincia de la Argentina. Si nos comparamos con quienes conforman la región centro, Córdoba y Santa Fe nos llevan absoluta ventaja”.

Como hipótesis, menciona que esto nos sucedió “porque tuvimos la osadía de enfrentarnos tres veces a Buenos Aires”.

“El primer motivo fue Artigas, que creemos que es un patriota uruguayo y sin embargo fue nuestro conductor por un periodo de casi 10 años, cuando estábamos junto a los hermanos uruguayos en La Liga de los Pueblos Libres. A Entre Ríos no lo dejaron enviar diputados a la Asamblea del Año XIII ni al Congreso de Tucumán”.

“El segundo motivo fue Ramírez, que se enojó con el Congreso de Tucumán porque querían elegir un rey para gobernar Argentina y triunfó sobre el Directorio en la Batalla de Cepeda. Pero cometió un error garrafal: atar los caballos en Plaza de Mayo. Eso los porteños nunca nos lo perdonaron”.

“Y tercero, cuando Urquiza se harta de que nos pasen factura los porteños, los tumba en la Batalla de Caseros”.

“Le mojamos la oreja tres veces al poder central. Entonces cuando vino la revancha, nos durmieron”, sintetiza.

“Para terminar de dormirnos, nos adoctrinaron. Nos enseñaron una historia que no es la real, donde Sarmiento es un niñito que nunca faltó a la escuela, pero nunca nos contaron que vivía a dos cuadras, que en San Juan no llueve nunca y que su tío era el director”.
Concordia: de la “niña mimada” a la segunda ciudad más pobre
La otra cuestión que aborda "Entre Ríos, el Estado al que le robaron la luz" es Salto Grande. Y lo hace desde un relato que tiene como protagonista a otro colonense al quien Woeffray menciona como “un visionario absolutamente olvidado”.

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“Bernardino Horne, vivió frente a la plaza San Martín de Colón, fue diputado nacional, ministro de Agricultura de la Nación durante el gobierno de Arturo Frondizi y considerado en Latinoamérica el Padre de la legislación agraria. En 1930 tuvo la visión de que los rápidos de Salto Grande se transformaran en una represa para solucionar cuatro problemas graves: primero, permitir que haya navegación río arriba, que desde la época de los jesuitas no se podía hacer; segundo, regar toda la zona del norte de Entre Ríos, carente de agua; tercero, tener una fuente de energía barata para desarrollar industrias en esa región; y cuarto, controlar las crecientes”.

De los objetivos de Horne, solo se cumple el último. “Del resto no se hizo nada”, indica el ingeniero.

“Desde 1930 en que Horne hace esta legislación y promueve esta represa, la idea la toma la Nación y la lleva adelante desde los años ’60-’70, culminándola en los ’80, pero la hace con la intencionalidad de usar la energía para llevar a Buenos Aires, olvidando completamente el sentido que tenía”.

“La única línea que sale de Salto Grande capaz de llevar energía la hacen hasta Buenos Aires, ni siquiera llevaron a Concordia que está al lado”, fundamenta.

“En los 40 años que tiene la represa, esa energía sirvió para desarrollar el AMBA, no pagándonos nada a nosotros para que sea barata y todas las industrias se establezcan allá”.

Como síntesis de esto, indica: “El 35% de la población del país está nucleada en uno o dos partidos del Gran Buenos Aires. Ese ‘monstruo’ lo creamos con entrerrianos que se fueron de acá y energía regalada por nosotros. Entonces el famoso ‘derrame’ que tenía que producir la represa, no existió”.

Como agravante, menciona la situación de la ciudad que está a los pies de la represa: “Concordia, que iba a ser ‘la niña mimada’ del proyecto, porque se iba a beneficiar con esto e iba a ser la ciudad más privilegiada de la Argentina, hoy es la segunda más pobre del país y no es la primera solo por detalles”.
Reclamo de propiedad para acceder a “una tarifa justa”
Durante la entrevista en el programa “Lo vi en las redes”, Elbio Woeffray hace hincapié en la necesidad de que Entre Ríos reclame la propiedad de la represa.

“En 1994 cuando se reforma la Constitución Nacional, se devuelve a las provincias el uso de sus recursos natural (Art. 124 y 125), o sea que desde el punto de vista jurídico, tenemos derecho a reclamar la propiedad”.

“Pero más allá de eso, si no la reclamamos, no tenemos derecho a reclamar una tarifa justa”.

A lo largo de estos años, “fueron pocos intentos de reclamo, pero hubo algunos importantes, como el del senador (Héctor) Maya que logró que se apruebe la ley en el Congreso, pero el presidente Menem la vetó. Hace otro intento junto con el senador (Augusto) Alasino y logran otra ley –hasta ahora vigente- que no restituye el proceso de Salto Grande, pero nos da el concepto de regalía”.

“Las regalías son migajas, así que no solucionan nada”, dice sin embargo. “El costo que paga la provincia de Entre Ríos, es en promedio 36-40 dólares el MW/h; a la central eléctrica de Salto Grande, le pagan 1 dólar. O sea lo que se recibe es el 10% de 1 dólar”.

“Este despojo, a nuestra provincia le costó en 40 años 3 mil millones de dólares; hoy seríamos Alemania”.

Siguiendo la idea, compara: “Una provincia similar a Entre Ríos, como es Santa Cruz, por no haber tenido la posibilidad de estar integrada al sistema nacional, durante 27 años todo el país le pagó un arancel compensatorio, le subsidiamos la energía eléctrica. El monto de eso son otros 3 mil millones de dólares”.

“Hay gente a la que le subsidiamos la vida y a nosotros nos apagaron la luz y nos mandaron a dormir”, concluye.

“Los caudillos Ramírez, Urquiza y López Jordan, no merecen que los dejemos dormir el sueño de los justos, desentendiéndonos de una tierra por la que dieron la vida”, opina el docente.

“Como entrerrianos, lo menos que podemos hacer es interesarnos por el tema. Ya no hay necesidad de pelear con lanza, trabuco y fajón, pero tampoco agachar la cabeza”.
Fuente: El Entre Ríos – Radio 12

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