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En la zona rural de Villaguay, estos dos entrerrianos fueron formando su familia, entrelazando amor y sacrificio. Carlos, de oficio alambrador y hoy artesano en cueros, no había tomado su Comunión y por eso el casamiento por Iglesia era una cuenta pendiente. Bernabela, ama de casa por entero y abuela en cada instante, soñaba cada tanto con entrar a la Iglesia mientras su amor la esperaba en el altar.

A días de cumplir 50 años de casados por civil, Carlos le hizo a Bernabela una profunda manifestación de su amor: fue a la Iglesia, habló con el cura del pueblo, hizo el curso preparatorio y tomó su Primera Comunión. Entonces todo estuvo listo para dar el Sí ante Dios.

El domingo pasado, Villaguay se vistió de fiesta. Todos los vecinos fueron testigos. Carlos, el hijo mayor llevó a Bernabela hasta el altar donde la esperaba el novio, acompañado de su hija Yolanda. Él de impecable indumentaria campestre: bombacha, alpargatas y camisa blanca. Ella con el vestido que imaginó tanto tiempo. El Sí fue dicho desde lo profundo del corazón. Hubo intercambio de alianzas, lágrimas incontenibles y reencuentros. Y luego, asado y vals... para celebrar tantos sentimientos.

Ahora, la vida de Carlos y Bernabela sigue como siempre, como cada uno de los días de estos últimos 50 años... eso sí... con la marcha nupcial como melodía inolvidable para una historia de amor de película.
Fuente: El Once

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