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No puede existir duda que en nuestro país la “cuestión alimentaria” se bifurca en otras dos, una primera vinculada con “el problema del hambre” y otra vinculada con la “salud alimentaria”. Se trata esta última de aquella que atiende a mejorar y aumentar su calidad, y busca lograr una “alimentación sana” para las personas a quienes no les falta comida, y aun en aquéllos que padecen la tragedia de la alimentación insuficiente, o su ausencia hasta grados extremos.

El problema del hambre entre nosotros –su “geografía”- es sin duda el más acuciante, y al cual no solo debe atender el gobierno, sino la sociedad toda. Ya que ese es en realidad un problema de todos, frente al cual nadie debería hacerse el desentendido. Comportamiento, este último, que vuelven doblemente encomiables los esfuerzos desinteresados de personas y organizaciones a las que se las ve cargar dentro de sus limitaciones, dar el pan de cada día, o la porción de aquél a su alcance a los que padecen hambre.

Aunque no se trata tan solo de “llenar la panza” de nadie, sino que la meta ineludible es llegar a hacerlo con una dieta equilibrada desde el punto de vista nutricional, exigencia esta última que no siempre se la tiene en cuenta, y que cuando ello ocurre, se enfrenta con la limitante de la falta de recursos suficientes para satisfacerla.

Pero los que tienen la panza llena, al menos en una gran proporción, no significa que estén bien alimentados, y consecuencia de ello se hacen presentes en los grandes números de la población dos fenómenos preocupantes, cuales son la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, en las cuales una dieta incorrecta actúa como concausa.

De allí que las cuestiones que al principio hemos considerado se bifurcan y entrelazan, ya que no solo se trata de contar con comida, sino que esta permita acceder a una dieta equilibrada. Y con respecto a este último tópico, se hace presente una falencia nuestra en diversidad de casos y situaciones, cual es la de una educación deficiente. Eso lleva a la necesidad de que coloquemos a la educación alimentaria, en el lugar importante que se le debe asignar, y al que no siempre cuidamos de hacerlo.

A la vez, una forma de iniciar un proceso educativo, por el cual aprendamos a optar por una alimentación cuya ingesta sea beneficiosa, a la vez que lo hagamos a través de un “sistema de rotulado frontal alimentario”.

Es por eso que en lo que sigue, y sin que ello signifique una pretensión de estar llevando a cabo una profundización en el tema, nos remitimos a un informe del Ministerio de salud de la Nación, de junio de 2020, que bajo el título de “Evaluación del desempeño del Etiquetado Frontal de Advertencia, frente a otros modelos”, previó un minucioso estudio del tema.

Es así como en el mismo se destaca que el etiquetado frontal de advertencia es “una herramienta clave para garantizar el derecho a la salud y a la información de la población, ya que permite tomar elecciones más saludables, contribuyendo a la prevención de obesidad y enfermedades crónicas y al fortalecimiento del sistema inmunológico”.

Y que de esa manera, contar con una ley de Promoción de Alimentación Saludable busca prevenir la malnutrición a través de la exhibición de alertas por medio de etiquetas sobre los niveles de grasas totales, grasas saturadas, altos niveles de azúcares en los alimentos y bebidas.

Algo que logra mediante un sistema de etiquetado que proporciona información directa al emplear sellos en forma de octágono con texto en la etiqueta frontal del envase. Informa a los consumidores cuándo un producto contiene cantidades altas o excesivas de nutrientes críticos.

Teniendo en cuenta el batifondo que se produjo en la Cámara de Diputados de la Nación, ante la convocatoria a una sesión del cuerpo –la que no pudo llevarse a cabo, como es sabido, por la negativa terminante del oficialismo de incluir en la agenda de esa sesión, otro proyecto de la oposición que reclamaba se tratara- debería, en tanto, tenerse en claro que esa aparente expresión de “dinamismo preelectoral” no es otra cosa que una sobreactuación censurable.

Corroborando lo expuesto, se encuentra una nota del periodista Nahuel Lang que hizo circular la Agencia de Noticias Tierra Viva el 24 de junio de este año, en la que se señala que desde hace siete meses en la Cámara de Diputados espera la sanción el proyecto de ley sobre “Promoción de la Alimentación Saludable”. Mientras tanto, hay que recalcar que el informe del Ministerio de Salud al que más arriba hemos hecho referencia es de junio del año pasado, y que un proyecto del Poder Ejecutivo nacional individualizado como de “Régimen etiquetado frontal y publicidad de alimentos y bebidas destinadas al consumo humano”, ingresó al Congreso el 9 de noviembre de 2018.

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