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Acerca de Poder Ciudadano

Viene a cuento, que comience haciendo referencia a lo que es Poder Ciudadano, una organización no gubernamental, de la que lo mejor que puede decirse es que toma muy en serio ajustarse en su accionar, a sus estrictas reglas de procedimiento, al momento de emprender la búsqueda y cumplimiento de sus objetivos. Y como forma de profundizar esa caracterización, nada mejor que hacer referencia a la forma como se describen a sí mismos.

Por Rocinante

De esa manera se debe señalar que Poder Ciudadano se define como una fundación apartidaria y sin fines de lucro, que nació en 1989, como iniciativa de un grupo de ciudadanos preocupados por la defensa de los derechos cívicos en nuestro país.

Que desde sus orígenes tuvo en cuenta para su integración, el criterio de igualdad de género, la diversidad en las inclinaciones político-partidarias y de clases sociales de sus miembros. Al mismo tiempo que compartían una base de valores comunes, al considerar que en esa pluralidad se podía construir un pensamiento cívico que comprometiera a los participantes más allá del voto, dejando de lado las diferencias para fortalecer el verdadero valor de la democracia. Mientras que diferencias ideológicas entre los fundadores e integrantes refuerzan su condición de apartidarios.

Su objetivo es promover la participación ciudadana y concientizar a la población sobre los problemas de interés público que requieren del compromiso y de la participación de todos. Poniendo el acento en el trabajo por el buen gobierno del Estado, la transparencia en el manejo de la cosa pública y el compromiso por vigorizar las instituciones de la democracia.

Para concluir este repaso, debo añadir que desde 1993 es el Capítulo Argentino de Transparency International, organización que lidera la lucha contra la corrupción a nivel global.
Como si nuestros problemas fueran pocos, ahora aparece el de los Cuadernillos
Y fue precisamente por una investigación realizada en función de la base de datos de Poder Ciudadano, que se desató una cuestión, que como tantas otras que explotan en estos días, ha permanecido oculta a medias, por el arribo del coronavirus a nuestro territorio.

La información que esa organización hizo pública estaba referida a la inversión de la suma de más de 400 millones de pesos que el gobierno nacional efectuó, en los meses de marzo y abril de este año, aplicados a la impresión de 18 millones de cuadernillos para alumnos de escuelas estatales y que se entregó en su mayor parte, en los barrios periféricos de las grandes ciudades; todo ello dentro del programa “Seguimos Educando”.

La información al respecto, difundida por fuentes que no son las oficiales, señala que no se trata de un texto meramente académico y mucho menos inocente. Junto con diversas temáticas vinculadas con las áreas de enseñanza, se incorporaron –según esas fuente- textos y actividades con claro sentido ideológico y partidario.

Es así como al respecto se ha señalado que a los alumnos de 2° y 3° grados se les pide que lean una nota del diario Página 12 en la que se destaca un proyecto de ley de la legisladora porteña Lucía Cámpora (sobrina nieta del expresidente y miembro de la agrupación juvenil La Cámpora) por el que se exige a empresas de transporte de la ciudad autónoma, garantizar el uso de determinados dispositivos para los trabajadores.

Las mismas fuentes agregan que a los escolares de 4° y 5° grados se les pide prestar atención a un decreto del presidente Alberto Fernández, referido al sector privado y el goce de haberes, mientras que a los más grandes se les muestra una nota del diario Clarín sobre una decisión judicial que ordena al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta restablecer la provisión de insumos médicos a trabajadores de la salud.

Los alumnos de 6° y 7° grados se encontraron, además, con un texto del diario La Unión, de Lomas de Zamora, que enumera una serie de obras públicas dispuestas por el gobierno nacional con motivo de la pandemia; y que incluye declaraciones del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, acerca de la construcción de quince hospitales modulares para enfrentar la actual coyuntura, a la vez que las acciones en materia de legislación laboral del primer gobierno peronista.

También, en otra parte, esas mismas fuentes aluden al hecho que luego de analizar y proponer actividades sobre las noticias falsas (fake news) y el impacto del uso de Internet en el periodismo, para la materia de lengua, el tercer cuadernillo para los alumnos de primero y segundo año del secundario presenta en el área de ciencias sociales un texto sobre el primer gobierno peronista (1946/1952), al que describe como "una alianza política entre la clase trabajadora y algunos sectores de empresarios nacionales con intereses económicos y políticos locales, es decir, dispuestos a invertir sus ganancias en el desarrollo industrial del país y a generar empleo".

Se destaca asimismo que en esos mismos cuadernillos se hace referencia al avance de las leyes laborales, como el establecimiento de jubilaciones y aguinaldos en todas las ramas de la industria, la indemnización por despido y vacaciones pagas, durante el gobierno del primer peronismo.

Además de que, con el título "El Estado presente" -una frase recurrente en los últimos meses- el texto enseña a los chicos que comienzan el secundario que "en algunos momentos de la historia el Estado asume un rol protagónico e interviene para garantizar mejores condiciones de vida para la sociedad".

Sin olvidar que con la mención que "el Estado Nacional también se encarga de proveer de reactivos a las provincias para que puedan hacer los tests y determinar diagnósticos sin necesidad de enviar las muestras al Instituto Malbrán de Buenos Aires. Del mismo modo, compra y distribuye los respiradores y elementos de protección", cierra el artículo publicado en el cuadernillo dentro de la materia Ciencias Sociales.

Entretanto, como la política se infiltra en todas partes, no es extraño que desde fuentes no solo opositoras, sino también independientes se criticara con mucha contundencia esa acción educativa, por encontrarla teñida de un partidismo, que vendría a transgredir el carácter laico de la enseñanza pública; dado que el de laico, es un concepto que va más allá de la neutralidad religiosa, para extenderse a todo lo que tenga una connotación de propaganda política partidista.

Es así como esa postura, queda definida en la forma como un diario capitalino hace una referencia al tema, señalando que utilizar bibliografía escolar para aleccionar a quienes el Estado tiene la obligación de educar resulta hoy triplemente grave: por el deleznable hecho en sí del adoctrinamiento, por asignar para ello recursos del Estado y por aprovechar la profunda crisis sanitaria para volver a poner descaradamente en práctica tan perversa estrategia.
Tratando de ir de menor a mayor en el enfoque de conflicto abierto por la edición de los Cuadernillos
Ante el conflicto acallado, desatado por la cuestión que me ocupa, lo primero que considero señalar, es la imprudente magnitud de la inversión en estos tiempos de penuria. Con el agregado que no sería descabellada la suposición de que las empresas editoras de libros de textos escolares, cuentan en la actualidad con una cantidad de ese tipo de libros sin vender, dado lo cual se podría haber matado dos pájaros de un tiro, al adquirirlos de empresas muchas de las cuales por las circunstancias conocidas se encuentran al borde de la quiebra, y de esa manera estar en condiciones de ejemplares de esos libros que a su contenido de mayor calidad, unen el hecho que de esa manera se hubiera evitado la situación conflictiva que me ocupa.

A lo que se debería agregar la circunstancia, que de ser la denunciada una intención de adoctrinar a los escolares, a estar a los párrafos a que se ha hecho referencia de los cuadernillos, nos encontraríamos ante una manera de extrema torpeza en el intento, si se tiene en cuenta el carácter soporífero de algunos de ellos.

A lo que se debería agregar la circunstancia que al margen de cuál era la verdadera intención de este experimento, resulta lamentable que atento a la existencia de una parte significativa de la población sensibilizada por el temor de que los que han vuelto, no lo hayan hecho convertidos en mejores, y que siga pesando entre ellos la desafortunada frase “vamos por todo”, lo que cabe exigir de quienes ocupan funciones de gobierno sean cuidadosos y eviten incurrir en torpezas que no sirve para otra cosa que lastimar los labios de la llamada grieta.
Una distinción importante: no es lo mismo educar que adoctrinar
Dado lo que dejo expuesto, lejos está de resultar inútil ocuparme de la diferencia que existe entre el educar y el adoctrinar. Y para hacerlo, debo señalar que no creo estar en mejores condiciones en cuanto precisión y claridad que la del autor del texto que paso a transcribir.

El adoctrinamiento es en cierto grado inevitable en la enseñanza padre-hijo, pues los seres humanos son animales sociales que inevitablemente se ven afectados por el contexto en el que se desarrollan, sin embargo, esto puede ser mitigado por prácticas que favorezcan el libre pensamiento y el uso de la razón crítica. Siendo esta la principal diferencia entre el adoctrinamiento y la educación. El adoctrinamiento, a diferencia de la educación, nunca pretende convertir al sujeto en un individuo autónomo con juicio propio, sino que el adoctrinamiento se caracteriza por la fe ciega y la ausencia de pensamiento crítico. En casos extremos el adoctrinamiento incluso puede ir acompañado de técnicas de lavado de cerebro.

En tanto, de lo expuesto surge que el objetivo máximo de todo proceso educativo, está en lograr que todos los que egresan del sistema, estén en condiciones por el conjunto de habilidades adquiridas en ese proceso de pensar por sí mismo. O sea, el logro por parte de los educandos de la adquisición de las herramientas que hacen posible el pensamiento crítico.

Entendiendo por este, tal como lo destaca otro autor, como el proceso mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia para llegar de forma efectiva a la postura más razonable y justificada sobre un tema. Lo cual, según otros especialistas, significa que, al momento de pensar se hace necesario cumplir una serie de pasos, entre los que se encuentran el reconocer y evitar los prejuicios cognitivos; identificar y caracterizar argumentos; evaluar las fuentes de información; y, finalmente, evaluar los argumentos. Algo que muchas veces todos (entre los que me incluyo) estamos lejos de hacer, con las perversas consecuencias, de esa manera, inevitables.

Es que resulta imposible la edificación de una sociedad abierta, siguiendo la terminología que impuso un pensador alemán, ante la carencia de la capacidad de recurrir al pensamiento crítico, por parte de quienes la componen.

De todo lo cual se desprende que este tipo de pensamiento es todo lo opuesto a la pretensión de implantar en sociedades cerradas, o sea las totalitarias, o las autoritarias que en su andar se aproximan al molde de aquellas, el denominado pensamiento único. O sea, el que se hace presente cuando en ese tipo de sociedades, cuando se lo utiliza al pensamiento exteriorizado en argumentos, tal como se ha dicho, como fórmula retórica para descalificar las ideas del oponente ideológico, con independencia de su orientación, sugiriendo que el así tachado es «cerrado de espíritu», frente a la «apertura» de quien aplica el calificativo. Dicho de una manera más contundente, quien no piensa como yo lo hago, es portador de un pensamiento cuando no perverso al menos enfermo.
Fuente: El Entre Ríos

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