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En su Conferencia Anual, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) presentó los resultados de la medición de Libertad de Expresión que se realiza con el Índice Chapultepec. El estudio realizado entre mayo de 2019 y abril de 2020 muestra a la Argentina en el segundo lugar del ranking, precedido por Chile. El informe alerta de las amenazas que representa el cambio de Gobierno en nuestro país.
Gobiernos limitan la libertad de expresión
El Índice de Chapultepec es un indicador que mide a nivel del continente americano el estado de la libertad de expresión y prensa. Fue desarrollado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Venezuela y mide diferentes dimensiones sobre libertad de prensa en 22 países de la región. Los datos para América no son nada alentadores. Este barómetro que mide cómo los aspectos legales, judiciales y la violencia contra periodistas repercute en materia de ciudadanía informada y el ejercicio periodístico, muestra algunas conclusiones muy claras del cuadro de situación que se vive en los países de la región.

De los 22 países relevados, en 19 de ellos hay una clara intromisión de los Poderes Ejecutivos en la libertad de expresión. A excepción de Chile, Perú y Paraguay, en el resto de los países “el Ejecutivo aparece como el entorno más influyente en las situaciones desfavorables a la Libertad de Expresión”, expresa el documento de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El Índice clasifica factores que intervinieron sobre la libertad de prensa, agrupados en cuatro dimensiones: Ciudadanía informada y con Libertad de Expresión, Ejercicio del Periodismo, Violencia e Impunidad, y Control de Medios. El promedio global obtenido por los 22 países en la investigación fue de 51,42 puntos (sobre 100), lo que refleja una restricción parcial de la Libertad de Expresión y Prensa en el continente.

Ninguno de los países analizados promedió el puntaje necesario para ubicarse en la franja de Libertad de Expresión Plena, (81 puntos o más, de 100 posibles). Ahora bien, a partir de los resultados, en los siguientes países se percibe una baja restricción a la Libertad de Expresión y Prensa: Chile, Argentina, Costa Rica, Uruguay, Canadá, Perú, Paraguay y Jamaica, 8 de los 22 que integran la investigación.
Ranking de Países
Chile lidera el ranking de Libertad de expresión en la región, con 80 puntos sobre 100.
En el otro extremo de la escala está Venezuela, con apenas 3,8 puntos sobre 100. El reporte advierte que en el país caribeño, “el Poder Ejecutivo domina la actuación institucional, fomentando la descalificación de los medios y la persecución, no solo a los periodistas, sino a los ciudadanos que quieran expresarse libremente por las redes sociales (prácticamente los únicos medios que quedan a disposición de la población). El control y la presión de parte del gobierno hacia los medios de comunicación adversos al Ejecutivo ha obligado que muchos cierren sus puertas a consecuencia de acciones directas e indirectas en contra de su sostenibilidad”, reseña el informe que difundió la SIP.

Argentina ocupa el segundo lugar en libertad de Expresión, seguido por Costa Rica, Uruguay y Canadá con indicadores muy parecidos para todas las categorías que son evaluadas por el índice de Chapultepec. En las últimas posiciones del ranking aparece, Bolivia que ocupa el puesto 18, con un puntaje de 39,8 centrada especialmente en la mala reputación de las prácticas del Gobierno durante la administración de Evo Morales. Algo parecido ocurre con Brasil, con un desempeño desfavorable en el ejercicio de la Libertad de Expresión y Prensa, con 37,2 puntos. En este caso, la actuación de Jair Bolsonaro como máximo representante “se percibe como la mayor amenaza, no solo a la Libertad de Expresión, sino a otros derechos inherentes a toda democracia”, se lee en el reporte oficial. Nicaragua, Cuba y Venezuela son los países peor calificados en el Índice, que los considera países “sin libertad de expresión”.
El caso argentino
El resultado positivo de Argentina que ocupa el segundo lugar del ranking de Libertad de Expresión,, con 77,2 puntos está centrado en los avances que se atribuyen al Gobierno de Mauricio Macri. El informe de la SIP destaca que las conclusiones del barómetro de Libertad de Expresión atribuyen la buena calificación de Argentina a “las relaciones constructivas de los diferentes entornos del gobierno con los medios de comunicación. Esta estrategia impulsada por el máximo representante del Poder Ejecutivo (Mauricio Macri) permitió el trabajo de los periodistas con mayor libertad, lo que se reflejó en el puntaje obtenido”.

Sin embargo, con la asunción de Alberto Fernández, los observadores señalan que con el cambio de gobierno hubo “un ligero cambio de estrategia de los distintos órganos del Estado hacia los representantes de la prensa”. En esa senda, advierten que “La pandemia también afectó considerablemente el ejercicio del periodismo en el país”. Y especialmente que “El (nuevo) Poder Ejecutivo ha presentado un proyecto de reforma que podría encender las alarmas de la región, ante un probable desmejoramiento en la posición alcanzada en esta edición del Índice”, en alusión a la controvertida “cláusula Parrilli” que finalmente quedó sin efecto en el marco de la reforma judicial. El estudio finalizado en abril de 2020 no tuvo en consideración la creación del observatorio oficial NODIO, que causó un fuerte rechazo de las entidades periodísticas de Argentina.
Monitorear los marcos regulatorios
La nueva herramienta que la SIP lanzó durante su 76º Asamblea General permite contar con un indicador que habilita la posibilidad de comparar el estado de la libertad de expresión en la región. Por ahora, los resultados no resultan muy alentadores, ya que se observan varias limitantes a la libertad de expresión, que van desde acciones judiciales o intromisiones de los Gobiernos hasta la creación de Agencias oficiales destinadas a perseguir a la prensa. El caso más notorio de Venezuela deja a la vista el impacto que tiene en una sociedad la imposición de límites a la libertad de expresión. El éxodo de más de 3 millones de venezolanos alcanza para dimensionar la magnitud de los efectos sobre las democracias. Las alertas principales están centradas en el seguimiento de las iniciativas legislativas que buscan establecer marcos regulatorios para redes sociales, y que en muchos casos ponen en riesgo la libertad de expresión.
Un índice para impulsar mejoras
El flamante presidente de la SIP, Jorge Canahuati, dijo que "no hay sorpresas, pero sí la ratificación de que el clima general de libertad de prensa en un país no es ajeno a los avatares políticos y está íntimamente ligado a la influencia abusiva del Poder Ejecutivo y la falta de independencia de la Justicia". El nuevo presidente de la Entidad que reúne a las entidades periodísticas del continente remarcó que "nuestra visión fue construir un parámetro para que cada país pueda verse y analizarse a sí mismo y, sobre todo, que los poderes públicos puedan adoptar políticas para mejorar cada año sobre la base de los señalamientos que el Índice hace para cada nación en materia de desafíos, debilidades, fortalezas y oportunidades". Habrá que estar atentos para ver si los Gobiernos toman debida nota de este estado de cosas.
Fuente: El Entre Ríos

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