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Luego de tres años y medio de aquel día en que los ciudadanos británicos votaron en un 52% a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el éxodo se formaliza. Nuestro país protagonista de hoy: la nación anglosajona.

El 23 de junio con un referéndum a favor de la salida de la UE se generaba una división entre los británicos. Los que estaban a favor de “liberarse” del acuerdo con sus pares europeos, por un lado, y los que estaban en contra por otro, quienes lo consideraban un “error histórico” y una “tragedia”.

Esta fractura de la sociedad obligó durante los últimos años a que sus gobernantes buscarán una salida que sea lo menos traumática posible. No sólo en término económicos, sino también sociales. Si bien una mayoría decidió la ruptura, hubo una amplia minoría (casi la mitad de la población) que no se encontraba a favor. Consensuar el éxodo le costó dos primeros ministros, David Cameron y Theresa May, y la convocatoria de tres elecciones generales en cuatro años. La crisis institucional no esalgo usual en esta nación, por lo que, se vio en todo el mundo que la situación era, y es todavía hoy, grave.

Dado los estragos del divorcio, lo que en un primer momento pareció que iba a ser un 31 de enero repleto de festejos, terminó siendo algo más cauteloso y cuidado. De hecho, el Primer Ministro Boris Johnson no dio un discurso eufórico celebrando el fin delacuerdo, sino que se mostró más bien conciliador y con la cabeza en lo que vendrá: “La tarea de este Gobierno —mi tarea— es volver a unir a este país, y llevarlo hacia adelante. Y lo más importante que debo decir esta noche es que esto no es un final sino un principio”.

Es que ahora el foco parecería estar en recomponer a la sociedad, reunir las partes que se separaron, y lograr que no haya más efectos colaterales (como podría serlo la posible separación de Escocia e Irlanda del Norte que no estaban a favor del Brexit).

A su vez, a partir del último día de enero, comenzó una etapa de transición, es decir, de negociación entre la UE y Gran Bretaña para definir como continuará su relación. Seguramente, se hablará mucho de esto en los próximos meses, y serán arduas las negociaciones.

Llegar hasta acá le costó mucho a Gran Bretaña y a Europa en general. Muchos imaginaban que la película no terminaría de esta forma y que se podría dar marcha atrás. Sin embargo, el divorcio fue definitivo y lo decidido el 23 de junio de 2016 terminó haciéndose realidad.

Quizás la pregunta que muchos nos hacemos desde afuera es si realmente esto es lo que querían los británicos, la separación. El voto afirmativo parecería indicar que sí, pero todo lo que siguió posteriormente a esta votación no indicaría lo mismo. O quizás podemos creer que hubo desinformación cuando se votó. O quizás no la hubo. Quizás simplemente todos ya sabían que eso iba a pasar y sólo nosotros desde el otro lado y ajenos a esta sociedad creímos que no.

No fue el brexit lo que generó las divisiones, sino que estas ya existían. Es cierto, las acentúo, pero parecer ser que es más un síntoma que la enfermedad en sí misma.

Las divisiones no eran nuevas, sino que ya existían, y así como antes y después del referéndum, a pesar de ellas, la gente se puede unir. Así lo cuenta Allison McCann, reportera y editora gráfica del New York Times en español, en su artículo “El brexit desde una cancha de fútbol”, donde relata su visión sobre lo que pasa en este país desde su lugar como jugadora de un equipo de futbol femenino: “A primera vista, nuestro equipo es una fotografía instantánea del Reino Unido, con muchas de sus divisiones. Hay jugadoras a favor y en contra del brexit. Hay inmigrantes de diferentes lugares del mundo, europeas trasplantadas y futbolistas de todas partes del país”.

El fútbol, según relata esta periodista, les dio a todas sus integrantes un sentido de pertenencia, un punto en común, y es por esto, por lo que comparten, que sus diferencias políticas y sociales no afecta su relación.

Volver a encontrar el punto en común puede entonces que sea lo que recomponga las relaciones en esta nación. Y para empezar a verlo seguramente era necesaria la fecha simbólica del divorcio.

La división de bienes comienza ahora, pero la sociedad, como en un matrimonio que termina, puede empezar a vivir de nuevo. Aunque no será inmediato, seguramente pasará, aunque cueste bastante.
Fuente: El Entre Ríos (eidición impresa).

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