El miércoles, el juez de la Corte Suprema de Nueva York James Burke condenó a Weinstein a 23 años de prisión por los casos de Miriam Haley, una exasistente de producción de televisión que aseguró que Weinstein la forzó a tener sexo oral en su apartamento de Nueva York en 2006; y de Jessica Mann, una exactriz que afirma que la violó en una habitación de hotel en Manhattan en 2013.
El movimiento en repudio al accionar del mega poderoso productor se desarrolló en 2017 a partir de que el The New York Times, reconocido diario estadounidense, y The New Yorker, reconocida revista también de USA, publicaran unas investigaciones periodísticas en las que se detallaban los abusos que había cometido. Entre las mujeres involucradas había importantes actrices de reconocimiento mundial.
El destape fue clave para que muchas mujeres se animaran a contar lo que les había pasado. Luego de muchos años de permanecer calladas, ya sea por miedo a que no les creyeran, a que hubiera represalias, o por vergüenza de contar que habían sido abusadas, las mujeres salieron a hablar. Y lo hicieron con fuerza.
El hecho de que el escándalo haya ocurrido en Hollywood, no sólo le dio un impulso internacional, sino que además les demostró a miles de mujeres, comunes y corrientes, que no estaban solas. No eran las únicas, y, por tanto, no estaban solas.
El 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Mientras algunas mujeres preferían ser “saludadas” en este día, otras manifestaron que no querían que nadie lo hiciera. Dadas las circunstancias actuales, tenemos que conmemorar el día, pero no es un día de festejo. Ojalá un día sí lo sea, pero todavía estamos lejos.
Esta condena llega justo en un momento en donde la mujer está en el centro y el camino que se está recorriendo por terminar con la desigualdad y la violencia de género está candente. Todavía falta mucho aún por alcanzar, muchísimo. Por eso es importante recordar cada uno de los hitos que dieron lugar a este movimiento, que trasciende fronteras.
El MeToo fue uno de ellos. Realmente puso un tema sobre la mesa, un tema sobre el que no se hablaba. Y le dio coraje a un montón de mujeres para que se animarán a hablar. El Ni Una Menos en nuestro país tuvo un efecto similar. Todavía no hemos logrado avanzar lo suficiente como para considerar que estamos mejor, pero es importante que continúe la lucha, es fundamental que el impulso original no solo se mantenga, sino que se multiplique.
Sigamos entonces con ese ímpetu inicial, sigamos entonces luchando. Hoy, una condena para la persona que desencadenó un movimiento nos recuerda lo que el 2017 nos destapó. Esperemos que sea mucho más que eso. Cada paso que se da en camino hacia lograr una mejor sociedad es fundamental. Cada paso es lo que nos llevará a lograrlo. Faltan muchos todavía. Esperemos que cada vez los demos más rápido y en mayor cantidad. Las mujeres de este mundo lo andamos necesitando.
