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No solo ignoramos cómo será la vida en comunidad en el futuro, sino que apenas conocemos de cambios que se están dando actualmente en esa dirección. Este es el caso, por ejemplo, de la ciudad de Mineápolis en el Estado de Minesota de la Unión Americana. Donde el ayuntamiento de esa ciudad acaba de aprobar normas vinculadas al uso del suelo, por las que se prohíbe la construcción de viviendas unifamiliares en “toda la ciudad”.

Esa decisión provocó esperables resistencias, pero al final se hizo valer la postura de científicos sociales, a quienes se los vio coincidir ampliamente en que las prohibiciones de viviendas multifamiliares son malas para la asequibilidad de la vivienda; malas para la desigualdad social y racial, y malas para el medio ambiente.

A pesar de ser una ciudad de 425.000 habitantes, Minneápolis hasta ahora había prohibido dúplex, triplex y edificios de apartamentos más grandes, en el 70 por ciento de su tierra residencial, o sea que para los edificios de viviendas unifamiliares se destinaba el 30 por ciento restante de la superficie de la ciudad. Para hacerse una ida de la profundidad de la reforma, cabe señalar que en la ciudad de Nueva York, solo el 15 por ciento de la tierra residencial se reserva para viviendas unifamiliares.

En abono de esta posición se señala que una zonificación unifamiliar en la materia aumenta artificialmente los precios y perjudica el medio ambiente. Al prohibir la construcción de dúplex, tríplex y otras unidades multifamiliares, la zonificación unifamiliar restringe artificialmente el suministro de viviendas, lo que eleva su precio.

La explicación de esa circunstancia es obvia, ya que cuando se cuenta con una demanda que es muy alta y no se cuenta con la oferta para seguirla, los precios suben. Y por añadidura, sube también el precio de los alquileres.

Esa situación provoca un fenómeno conocido, ya que al elevado precio de los terrenos urbanos, hace que se produzca un incremento correlativo de los precios de las viviendas, algo que obliga a las familias a mudarse más y más lejos para encontrar casas que puedan pagar.

De donde una zonificación unifamiliar lleva a que circulen más automóviles en las rutas, a efectuar desplazamientos más largos, lo que lleva a la generación de más gases de efecto invernadero.

Además, se informa que en el plan Minneapolis 2040, la autorización exclusiva de la construcción de edificios de viviendas plurifamiliares, no contempla esa sola reforma, sino que ella es parte de un paquete. Ya que entre ellas se incluye un incremento en la densidad de las viviendas cerca de las paradas de tránsito al permitir la construcción de nuevos edificios únicamente de tres a seis pisos, a la vez que se contempla la eliminación de los requisitos mínimos de estacionamiento fuera de la vía pública; dado que el no poder hacerlo hace que la construcción de viviendas de bajo costo sea económicamente inviable.

Por otra parte, las reglas de "zonificación inclusiva" previstas requieren nuevos desarrollos de apartamentos para reservar el 10 por ciento de las unidades para hogares de ingresos moderados; y $ 25 millones en fondos públicos adicionales para viviendas subsidiadas.

A la vez, como detalle no precisamente a señalar, se destaca que la renovación de las autoridades, llevó a que su composición acusara una menor edad promedio en sus integrantes y vino a dar un golpe de gracia a quienes se oponían a una reforma de esta naturaleza.

La reforma además de los jóvenes contó entre sus defensores a los sindicatos que centran tradicionalmente sus objetivos en los salarios y beneficios para los miembros; así una rama del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios, se convirtió en una parte clave de la coalición para la reforma de zonificación en Minneapolis.

Partiendo de las formas en que la zonificación unifamiliar elevó la posibilidad de contar con una vivienda propia fuera del alcance de la gente trabajadora, el sindicato llevó a casa la idea de que las estrictas reglas locales de uso de la tierra tienen consecuencias en el mundo real. Los miembros del sindicato explicaron que debido a que la ciudad se había vuelto inasequible, tuvieron que mudarse a los suburbios y tomar dos autobuses para ir a trabajar, lo cual fue una gran dificultad.

Los defensores reconocieron más ampliamente que el lenguaje es muy importante en los debates de políticas. La “organización paraguas” que impulsa las reformas de Minneapolis 2040 se llamó a sí misma "Vecinos para más vecinos", un nombre que evoca brillantemente la humanidad compartida de aquellos que quieren ser incluidos en barrios exclusivos.

Por otra parte al incluir a la reforma a toda la ciudad, se evitó la polémica de la discriminación por barrios, ya que viene a abordarse no como un asunto del vecindario, pero como algo que afecta la vida de toda la comunidad.

Por otra parte, una idea de este tipo ya tiene antecedentes en los Estados Unidos. Es así como se señala que en julio, un grupo bipartidista de legisladores en Oregón aprobó una prohibición estatal de la zonificación unifamiliar en ciudades con una población de al menos 10,000 residentes, superando la oposición de la Liga de las Ciudades de Oregón.

Indudablemente, a quienes vivimos en viviendas unifamiliares, como sucede en nuestros núcleos urbanos, nos cuesta concebir un cambio de vida en un factor tan esencial.

Pero a la vez, debe tenerse en cuenta que programas de este tipo, a pesar de su radicalidad extrema, no van a provocar un cambio inmediato en la conformación de las ciudades. Ello así por cuanto lo que queda prohibido es la construcción de aquí en más de viviendas unifamiliares, lo que no significa la demolición de las ya existentes.

Como se ve nos encontramos ante un problema de planificación urbana que está presente en todas partes, y que no solo es nuestro. Y es de esos que exige de programas razonables, ya que de otra manera lo único que se hará es aumentar la naturaleza caótica de la situación que se vive en muchas partes, donde a la voracidad que exhiben muchas veces propietarios de terrenos baldíos, se agrega el hecho de que la política –por decirlo de alguna manera- en esta materia se deja de una manera pública o encubierta en manos de los llamados “desarrolladores urbanos privados”.

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