No es casual que en las últimas semanas hayamos visto desatada una ola masiva de protestas en contra de la discriminación racial en Estados Unidos. Hubo un hecho detonante, la muerte de George Floyd, pero el contexto actual de personas encerradas, de una economía en crisis y de un aparente sentimiento común de ansiedad, generó una explosión social.
No es algo nuevo la discriminación racial ni tampoco la oposición efervescente hacia ella. Pero parece haberse dado el cóctel explosivo perfecto para que explotara con todas sus fuerzas. La pregunta ahora que muchos se hacen es si habrá sido suficiente para poner fin a un reclamo de años y años que por distintos motivos no logra terminar de resolverse.
#BlackLiveMatters es el hashtag que identifica este movimiento, que nació tras la absolución de George Zimmerman por la muerte en 2013 del adolescente afroamericano Trayvon Martin a causa de un disparo. Hoy, esta lucha se ha replicado en diferentes partes del mundo y ha sido respaldada por importantes figuras de renombre. Una de estas fue Venus Williams, quien a través de su cuenta de Instagram hizo de forma contundente su descargo, explicando cómo el racismo está instalado en todos los niveles de la sociedad y a la vez su alegría de que hoy se los esté escuchando: “Sigan hablando. Hablen hoy, mañana, el mes que viene, el año que viene, todos y cada uno de los días hasta que todo sea igual para los afroamericanos. Estoy tan feliz, tan aliviada, como afroamericana, de ser finalmente escuchada. Rezo por aquellos que han perdido sus vidas y por sus familias para que América pueda finalmente despertar y actuar".
Ponernos en los zapatos del otro es uno de los más grandes desafíos que supone el tomar un rol activo en contra de la discriminación, porque requiere entender realmente qué es lo que le pasa a otra persona cuando por ejemplo escucha que se utiliza en conversaciones diarias bromas o comentarios que atacan a un grupo determinado. Puede parecernos un trivial comentario, pero con este se lastima y hasta que no tomemos consciencia de ello no habrán cambiado las cosas.
En el medio de esta pandemia global, el mundo se sienta a reflexionar sobre una lucha histórica que hace eco en todo el planeta: la discriminación es un mal que no hemos logrado erradicar. Incluso en los países más avanzados.
George Floyd generó que se levantaran miles de personas en Estados Unidos a decir ¡Basta! No es necesario que maten a alguien para que nos pongamos en los zapatos del otro. Hoy, ya contamos con esa posibilidad. ¿Te sumás?
