Se inició en Francia el juicio del atentado terrorista contra Charlie Hebdo, reconocida satírica revista de Francia que fue atacada por dos integrantes del grupo terrorista Al-Qaeda en la Península arábiga (la rama de Al Qaeda en Yemen) el 7 de enero de 2015. El motivo del ataque: repudiar las publicaciones de las caricaturas de Mahoma de la última edición del semanario. No era la primera vez que esta revista ironizaba con líderes religiosos, pero esta vez tuvo que pagar con vidas su derecho a la libertad de expresión.
El ataque terrorista fue perpetrado por dos hombres, quienes ingresaron a las oficinas del semanario y dispararon hasta 50 tiros matando a 12 personas e hiriendo a otros 11. Tras este ataque, otras cinco personas murieron y 11 más resultaron heridas por una serie de atentados consecuentes. Hoy, los 14 acusados (hay tres que se encuentran prófugos) están siendo sometidos a juicio por esta masacre. Del otro lado, escuchan sus víctimas quienes quieren obtener respuestas quizás para encontrarle algo de sentido a algo tan traumático y doloroso como un atentado.
Este juicio es además importante para todos aquellos que se encuentran a favor de la libertad de expresión. Puede que las sátiras de esta revista no nos gusten, y puede ser que no las queramos ver. Ahora, ¿podemos prohibirlas o reprimirlas con tiros? Desde nuestra Constitución defendemos el derecho a la libertad de expresión y a la prohibición a la censura previa. Esto quiere decir que si una publicación me genera un prejuicio o pone información que no es correcta o de alguna manera me ultraja tengo derecho a exigir una compensación e incluso ejercer mi derecho a réplica. Pero no puedo evitar su publicación.
Quizás Charlie Hebdo nos parezca lejano, algo que sucedió en Francia, pero no lo es. Porque en cada nación donde se ataque a la libertad de expresión, somos todos responsables de condenar que eso suceda. La posibilidad de expresar nuestras ideas es un derecho esencial que nadie nos puede quitar. En ese sentido, llevándolo posiblemente a un extremo, el presidente del país en cuestión hablo del derecho a “blasfemar”: “En nuestro país desde el inicio de la Tercera República (...) hay en Francia una libertad de blasfemar que está ligada a la libertad de conciencia. Y desde donde yo estoy, estoy ahí para proteger esas libertades”.
El juicio por este atentado contará con declaraciones de 144 testigos y 14 expertos. Esperemos que de a partir de todos estos testimonios se llegue a un veredicto del que salga justicia para los que fueron asesinados y sus familia y todas las víctimas del atentado, y también para nuestro derecho a la libertad de expresión. Hasta el próximo destino.
Agustina Quiroga
