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Julio Grondona y su conocido anillo
Julio Grondona y su conocido anillo
Julio Grondona y su conocido anillo
Existe un cierto ensañamiento en la manera como se presenta toda la información vinculada con Julio Humberto Grondona, en los hechos un presidente vitalicio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y que llegó a ser Vicepresidente 1° de la Federación Internacional de Fútbol Asociativo ( FIFA), que es casi como, al pensar de muchos, una de las cumbres del mundo.

Una afirmación cuestionable, pero que da una idea de hasta donde supo llegar quien, en sus inicios, no fuera más que un modesto ferretero de Sarandí. De allí que no sea al menos totalmente desencaminado el juicio aquél de un compatriota que se mueve en otro ámbito de nuestra sociedad, quien en una ocasión dijera que “no quiero ni pensar hasta dónde podría haber escalado Grondona, si hubiera canalizado su empeñosa capacidad en el campo de la política, en lugar de hacerlo en el del fútbol profesional”.

Se hacía presente de esta manera una verdad a medias, ya que no es posible llegar a suponerse, siendo la vida tan azarosa como lo es en ese ámbito, si hubiera llegado a brillar hasta un encumbramiento similar. Pero verdad a medias, al fin, ya que los entreveros que se dan entre los miembros de la dirigencia futbolística, y eso a todos sus niveles, no tienen mucha diferencia de lo que suele suceder con harto frecuencia, hasta convertirse casi allí también, algo natural, en el ámbito de este deporte espectáculo.

Mientras tanto, hasta puede llegar a suponerse que era un aprendiz aventajado en el campo de lo que denominaremos como “la filosofía existencial”, ya que de ello encontramos un indicio en la inscripción que ostentaba un anillo que ya casi se había vuelto uno con el dedo de una de sus manos, y en el que se podía ver grabado, a modo de sentencia rectora, a un “todo pasa”, que en un sentido distinto al de la frase, y ya en otro contexto, le “terminó pasando”, pero cuando ya se encontraba en el más allá.

Mientras tanto, ese axioma le sirvió para templar sus nervios, y evitar caer en la desmesura a la que al fin llegó, al menos en el caso de que se haga de su accionar una interpretación benévola, deteniéndose cuando, para hacerlo, tan solo le era necesario dar solo un paso más.

De allí que en una sagaz nota periodística, publicada de esto hace unos años, pudiera señalarse que “a Grondona no le interesaba ese cargo porque desde la vicepresidencia ya tenía todo lo que podía pretender”.

Ya que con lo que en ese momento contaba era “un poder colosal, desmesurado, que ni siquiera él llegaba a dimensionar: al viejo líder de la AFA no le interesaban los 15 mil dólares mensuales de sueldo, ni el bono anual de 300 mil, ni los 500 dólares diarios de viáticos, sino la estructura que había construido para firmar y negociar ingresos por derechos televisivos y sponsors, y a la vez conducir e incidir en las 211 federaciones que conforman la multinacional más rentable del mundo: la FIFA.”

Y de allí en más ese periodista pasa a ser más preciso, cuando venía a ocuparse “de esa estructura discrecional, que quedó expuesta cuando la FIFA eligió a Rusia y Qatar para organizar los mundiales de 2018 y 2022, y que lleva a ahora y con anterioridad, todo ello después de su muerte, que su nombre y apellido aparezca mencionado en los portales de todo el mundo en el marco del Fifagate, cuando en otra noticia periodística se pasa a confirmar lo ya sabido.

El escándalo de los sobornos en el mundo del fútbol conocido, como ya señalamos, “FIFAgate” sigue vivo y, esta vez, expuso por completo al ex presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El banco suizo “Julius Baer” admitió ante la Justicia de Estados Unidos que “lavó al menos US$ 25 millones para Grondona provenientes del pago de sobornos que recibió a cambio de los derechos de televisión de las Copas del Mundo de 2018, 2022, 2026 y 2030, como así también otros torneos”, según surge de la documentación que el Departamento de Justicia presentó ante una Corte Federal de Nueva York.

Y que a ello añade que “la entidad suiza también reconoció que tras la muerte de Grondona en julio de 2014, quien había dejado tres hijos (Liliana, Julio y Humberto), también desarrolló operaciones de lavado en la Confederación Helvética (Suiza) y Estados Unidos para tres herederos del otrora mandamás del fútbol argentino”. A lo que, como si esto fuera poco, como al pasar, hizo más que salpicar al Presidente y el Tesorero de Conmebol.

En todo lo cual no puede decirse que encontramos nada que pueda extrañarnos, aunque no nos parece que resulten aplicables las palabras de un falso aprendiz de biólogo –tan de moda en estos tiempos- que intentó explicar el verdadero “caso” que nos ocupa, y que puede ilustrarse con tantos otros ejemplos de situaciones que se dan en nuestro medio, afirmando, muy suelto de cuerpo, sin hesitación alguna y a pesar de ser un delirio, que lo que sucede es “una falla genética que aqueja a muchos entre nosotros”.

No vamos a entrar en una discusión acerca de ese planteo, pero en cambio no podemos dejar de preguntarnos acerca del porqué de este tipos de anomalías –que nada tienen de fallas genéticas-, que de una manera casi invariable venimos a tener noticias, por lo que “se destapa” en otros países.

A lo que cabría agregar que da la impresión que entre nosotros se da una falencia –la que viene a ser como “una mancha más al tigre”- en materia de control o de fiscalización de entidades deportivas en todos sus niveles, hacen posible que esporádicamente salgan a la luz esta clase de “turbiedades” que lamentablemente, cabe suponer que son más habituales de lo que podemos imaginar.

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