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Estaba frío, llovía, era un día gris de invierno en la ciudad que duerme y espera, pero Jeremías Jara estaba firme, esperando la nota, en realidad al entrevistado si es que aceptaba. Tenía una hora para hacer la entrevista, desgrabarla, darle su toque personal, enviarla al editor, recibir alguna corrección -porque de eso se trata- , el editor debe justificar su trabajo y buscar siempre algún error.

Era joven, terminando la carrera de periodismo, algo que lo apasiona desde que recuerda escuchar la radio en la casa de su abuela, la AM, y leer el diario vespertino, y el ritual que era limpiarse las manos para sacarse la tinta de encima.

Corrió para tomar el colectivo que lo lleva al diario, buscó entre sus bolsillos la tarjeta para pagar, pero se dió cuenta que no tenía crédito, y lo que es peor aún tampoco tiene un cobre, se dispuso a bajar del cole, pero el chofer que lo conoce le dijo, “no hay drama la próxima me lo devolves” y pasó su tarjeta.

Se bajó apresurado esquivando los charcos que dejó la lluvia, mientras abrió la puerta, le temblaron las manos - un poco por frío y otro tanto de nerviosismo-, revisó su celular, pero se quedó sin datos, así que una vez adentro y usando el wifi del medio pudo contestar los mensajes.

Estornuda, una y otra vez, mientras tipea lo más rápido posible, escucha con los auriculares esta entrevista con sabor a nada, pero la orden era entrevistar al personaje de turno, se sentía engripado, mira la hora son las 22, le quedaba poco, terminó la nota, envió el e-mail y aviso por WhatsApp que ya estaba, una vez dado el ok se imprimía, o no, ya que eso no era injerencia de él.

Se sentía mal, tal vez fiebre, la cuestión que no le quedaba otra que ir al hospital, en base a su posible patología la espera era de 5 horas, pensaba en silencio lo lindo que sería tener una obra social, poder pagarse una prepaga. Pero esto se veía tan lejos, demasiado quizás.

Durmió en la guardia del hospital pensó en una nota sobre las peripecias de las guardias, para cuando sonó el celular, era la jefa, dueña del medio que le decía que debía cubrir los dos turnos hoy, él le explicó que necesitaba el día para estudiar, porque rendía su última materia, además que tenía un principio de neumonía o algo así, ya que estaba entredormido cuando el médico lo atendió. Pero la directiva fue clara, sino iba que no vaya más, “sabes cómo es esto”, fue la frase que sonó como una patada en el medio de la boca del estómago.

Jeremías no tuvo opción, él quería algún día ser como ella, la admiraba, devoraba sus columnas, incluso imitaba algunos tics como poner los lentes tipo bincha, o siempre llevar en uno de los oídos un auricular, porque estaba escuchando alguna radio o al menos parecía eso.

Sentía bronca, contenía las ganas de llorar, el necesitaba el día de estudio, de verdad porque toda la semana estuvo de un lado para el otro, era un pasante eterno, pero confiado que una vez que tuviese título seguro le pagarían más, podría tener una obra social, aguinaldo, tal vez tarjeta de crédito, pagarse sus gastos, porque aún seguía visitando regularmente a sus padres para zafar del almuerzo o la cena, la opción buscar publicidad y quedarse con el 20%, lo demás iba al medio, no había margen a negociar.

Pasaron los años, Jeremías Jara hoy conduce ese medio y otros, podríamos decir que él es el medio, al punto que el grupo multimedios se llama JEREMIAS JARA, ósea él era su propio producto.

Está sentado frente al ordenador, sigue usando un auricular como lo hacía su mentora, se sigue poniendo los lentes como vincha, mira por la ventana como las olas del río van y vienen, los monitores de su oficina sintonizan varios canales, además de varias computadoras al mismo tiempo, es un panóptico moderno.

Tenía que escribir su última editorial, un resumen de sus años en el medio era la idea, pensaba a todos los que quería agradecer, y la hoja en blanco le indicaba que debía empezar, se retiraba, aunque joven pero su éxito personal lo convocaba a otra función y en otro lugar, siguiendo sueños.

El resumen de su carrera y la actualidad del periodismo le parecía un buen título, entonces empezó a googlear, marcar revistas, notas, que le sirvan de fuente, también escribirse con viejos colegas, para ver que percepción tenían estos, y la realidad era más dura de lo que pensaba, destacó los siguientes párrafos...

“Hoy los periodistas no necesitamos disfrazarnos de nada para tener la experiencia de vivir con el sueldo mínimo” https://www.nytimes.com/es/2017/05/13/la-miseria-del-mejor-oficio-del-mundo/

La adjunta al director de ‘El Mundo’, Victoria Prego, quien recibió el Premio de Honor 2013 de la Asociación de Prensa de Madrid (APM) dijo “ganan una miseria, trabajan en situaciones penosas y “los tienen como peones de brega, y eso no es un periodista”.

http://www.clasesdeperiodismo.com/2014/01/29/los-jovenes-periodistas-ganan-una-miseria/
De los que perdieron su trabajo muy pocos consiguieron encontrar otro", explica Stamatis Nikolópulos, presidente de la Unión de Periodistas de Atenas (ESIEA, por sus siglas en griego) http://www.canalsur.es/periodistas-en-grecia-50-de-paro-sueldos-de-miseria-y-retrasos-en-el-pago/1144490.html

“El 98% de los medios que te llaman, cuando les decís que cobrás, te dicen ah, muchas gracias, chau. Y llaman a otro para encontrarlo gratis”, tuiteó el periodista Alejo Schapire desde París. Cuando le pregunté si eso hacían los argentinos respondió: “todos“. Por eso, el primer derecho, aunque suene básico, es cobrar por la tarea, como cualquier profesional. https://www.derechoenzapatillas.org/2015/derechos-laborales-de-los-periodistas/
FOPEA considera que las condiciones laborales adecuadas son fundamentales para realizar un periodismo de calidad, ético y al servicio de los objetivos centrales de la profesión y entre ellas, tener un empleo y poder ejercerlo libremente es la principal. http://www.fopea.org/fopea-expresa-su-preocupacion-por-la-constante-perdida-de-fuentes-de-trabajo-en-el-ambito-publico-y-privado-en-medios-de-comunicacion/amp/
Desde el Sindicato Entrerriano de Trabajadores de Prensa y Comunicación (SETPyC-adherido a FATPREN) enviamos nuestra solidaridad a los 354 compañeros y campañeras trabajadores de la Agencia Estatal Télam que fueron despedidos, repudiamos enérgicamente la medida y exigimos al gobierno de Mauricio Macri que revea la medida https://www.facebook.com/photo.php?fbid=901765913350330&set=pcb.901766283350293&type=3

Empezó Jeremías a revisar el convenio colectivo de trabajo, como la escala salarial de este año para los trabajadores (http://fatpren.org.ar/salarios/ y http://fatpren.org.ar/convenios/ ), miraba las noticias de los despidos del diario, y su pregunta en un grupo de wassp de viejos periodistas fue clara: ¿De qué viven ustedes?, “doy clases”, “hago promos o conduzco eventos”, “hago alguna que otra colaboración en diarios de afuera”, “trabajo en el estado”, “armamos una cooperativa” “soy monotributista y armo productos para ir juntando pauta”, “en realidad tengo otro trabajo, y hago esto cuando puedo”…. Y eran pocos muy pocos los que daban a entender que vivían de esto.

Miraba desde el primer piso, apoyado en la baranda a los jóvenes periodistas, a la colorada que él amaba en silencio pero nunca se atrevió siquiera a decírselo, tal vez porque él aún seguía casado, o tal vez por miedo al rechazo. Al joven de pelo largo, que lo recordaba a él, siempre tan entusiasta, innovador, ,atrevido, y tantos más que se los veía concentrados, sin siquiera levantar el rostro de los monitores. Él sabía que muchos de ellos apenas lograban vivir, que no tenían lo mínimo, pero que era inviable financieramente el medio, que a él le convenía dar conferencias, publicar un libro al año y con eso le bastaba, pero eso sería cerrar para siempre JEREMIAS JARA, y la lucha por la verdad, pero la crisis era total, la gente no pagaba por la noticia, como si fuese un servicio público gratuito, y el 80% de las pautas iban a las redes sociales, donde primero achica el sector privado es en publicidad, y el estado maneja la pauta conforme a criterios pocos profesionales, y él siempre se mantuvo critico al poder.

Cuando el espejo nos devuelve la cara más oscura que podemos imaginar, ante una crisis selvática, donde la explotación no tiene fin, y la dignidad se pierde junto a la búsqueda de la verdad, y la explotación de pobres contra pobres, de periodistas a periodistas, de amigos a amigos, así empezaba la última editorial de aquel soñador.

Se miraba en el espejo y pensaba que hace 5 días hizo un informe lapidario sobre los trabajadores en negro de la empresa Mecánica y asociados, pensaba…., se sentía hipócrita, pero al mismo tiempo sabía que no tenía otra opción, y eso le dolía, sin darse cuenta las lágrimas brotaban de su rostro, justo en ese momento que saboreaba con sus labios lo salado de aquella lagrima silenciosa le llega un mensaje, era de Mateo su primogénito, “Papá quiero que seas el primero en saberlo – las pulsaciones de Jeremías corrían a la par de un fórmula uno- me acabo de recibir de la MBA (maestría en administración de empresas) y …. me termino de anotar en la facultad de periodismo, porque quiero terminar lo que empezaste…. terminaba el mensaje. (Jeremías lloraba de felicidad y tristeza, pero más que nada no se animaba preguntar sobre la tarea inconclusa) tímidamente le pone varios emoticones y Mateo le dice….”Papá sos un desastre como administrador, lo tuyo es el periodismo, mañana arranco como CFO en tus medios (Director de Finanzas) decile a los muchachos que nos juntamos a las 9, que arrancamos con darles de alta en la afip, vamos a poder” y Jeremías se sentía nuevamente joven, porque la miseria de los periodistas estará ahí hasta que nos atrevamos a combatirla, sino nada tiene sentido…..(seguí las historias de Jeremías Jara todos los domingos de 22 a 24 por Oíd Mortales Radio 88.9 )
Fuente: El Entre Ríos

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