Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Por Matias Enriquez*, especial para El Entre Ríos.

Lo compartió una tía que envió el mensaje al grupo familiar de WhatsApp en el que hay una madre o un padre. Como quien no quiere la cosa, a esa madre o padre el mensaje le generó cierta confusión y angustia y acudió al bienintencionado e inexorable axioma del “Por las dudas (se lo mandó a los chicos para que sepan)”. El mensaje llegó al grupo familiar pocos minutos después con una aclaración: “Capaz no es verdad pero mejor prevenir que curar”. Ese mismo mensaje siguió la cadena porque los hijos lo enviaron a los diferentes grupos de amigos y éstos a otros tantos grupos más (laborales, el grupo de fútbol, etc.). Para ese entonces, la mentira se había esparcido como fuego en el bosque y no parecía haber suficientes dotaciones de bomberos para apagar el incendio.
Desinformación y pandemia
A principios de la década pasada, el ejemplo podría parecer absurdo. Hoy ya no lo es. La desinformación ha llegado hace tiempo, pero ha aprovechado la incertidumbre sobre la pandemia y las vacunas para cumplir con la profecía que la consultora tecnológica Gartner viene pronosticando hace años respecto a que “la mitad de las noticias del 2002 serán falsas”. Bajarle el precio a la influencia y manipulación que la desinformación tiene en nosotros es, indudablemente, un peligro que tenemos que evitar. Más aún en tiempos donde aparecen nuevas variantes del coronavirus. Y también, nuevas variantes de desinformación.
Alfabetizar en medios
Frente a este tsunami que es la desinformación pareciera que no queda más remedio que hacerle frente de manera individual o con acciones colectivas concretas, pero siempre desde el innegociable reconocimiento de la libertad de expresión como un derecho esencial que no debe ser afectado. Desde allí, la alfabetización mediática o informativa parece ser la mejor alternativa para afrontar esta “infodemia”. Eso sí, para poder romper con esa barrera que las sociedades han construido frente a las teorías desinformativas y a algunas agencias que se dedican a la verificación de datos, se deberá ser creativo, original y criterioso para que ese mensaje evangelizador llegue a buen destino.
Una campaña contra las mentiras
Esa originalidad de la que hablamos pareciera ser el caso de los recientes videos de la campaña “Te lo explico en español”, impulsada por LatamChequea y liderada por Chequeado para brindar información confiable sobre la vacunación y que cuenta con la participación de Pablo Granados como la cara pública de la campaña audiovisual. Allí, el famoso humorista combate imprecisiones del debate público que giran en torno a la vacunación, desde los potenciales efectos secundarios de las vacunas hasta las teorías conspiranoicas que circulan respecto del rápido desarrollo de la vacuna, con su característica dosis de humor y sarcasmo. En una de sus piezas audiovisuales, el propio Granados también brinda una recomendación que bien podría ser una primera alerta para todos nosotros (y nuestros familiares) cuando nos llegan algunos contenidos que coquetean con el ridículo: “No te creas todas las boludeces que te llegan”.
Enfocarse en los adultos mayores
Precisamente, en el marco de dicha campaña de LatamChequea que reúne a 23 organizaciones de Latinoamérica, se están difundiendo audios, videos y notas desmintiendo la información falsa que circula sobre las vacunas. En ese marco, el equipo de Proyecto Desconfío, nacido en Entre Ríos, está trabajando en la adaptación de algunas piezas para adultos mayores. Este grupo etario “tiene una tendencia siete veces mayor a compartir noticias falsas”, como indica el informe 2020 de la revista científica Science Advances. Esta acción que impulsa Proyecto Desconfío ya cuenta con medidas coordinadas, por ejemplo, con el área de Adultos Mayores del Municipio de Concepción del Uruguay. Las acciones apuntan a “evitar que la gente mayor no caiga en algunas inexactitudes o falsedades, sobre todo con un foco importante en las estafas telefónicas, que han sido una modalidad delictiva muy frecuente en este último tiempo”, tal como sostiene el investigador de Proyecto Desconfío, Adrián Pino. Que sea el equipo de Desconfío el que encabece dicha tarea no es un dato menor, teniendo en cuenta que fue ese equipo el que produjo la primera investigación durante todo el año 2020 que medía el impacto de la desinformación en WhatsApp en los adultos mayores. La iniciativa representó toda una novedad no solo a nivel nacional sino también a nivel internacional por su abordaje desde un plano cualitativo con entrevistas en profundidad con los más afectados por la desinformación.
La información como antídoto
La importancia de la eficacia de este tipo de campañas es trascendental para continuar generando confianza sobre la vacunación, la cual, junto a la toma de medidas individuales (uso del barbijo, distanciamiento, etc.) parecen ser las únicas herramientas para empezar a ponerle fin a esta pandemia que tantos estragos hizo (y continúa haciendo) en la salud, la economía, la política y tantas otras esferas más de nuestra vida. El brindar información confiable sobre la vacunación, constatada con la comunidad científica en su conjunto y verificada con las diversas fuentes nacionales e internacionales, resultará indispensable para que se divise en el horizonte una normalidad más propia de las décadas pasadas y más ajena a estos extraños tiempos que corren.

(*) El autor es periodista y columnista de Perfil.com en temas de desinformación.

Enviá tu comentario