Al principio, su lucha comenzó como algo aislado en Suecia, donde inició una huelga estudiantil los días viernes en reclamo al gobierno para que tomaran medidas en post del clima. Hoy, esa iniciativa ha alcanzado escala global y movilizaron a millones durante las últimas semanas para reclamar por políticas ambientales.
No es casual que sean los más jóvenes los que empiecen este movimiento, todo lo contrario. Somos la primera generación que está viviendo con las consecuencias del cambio climático y parecería que la última que puede hacer algo para evitar que la situación llegue a niveles extremos.
¿Un tema de grupo de ambientalistas? ¿Una moda? ¿Un movimiento impulsado por una joven que impulsa el capitalismo verde como afirman sus detractores? Excusas, sí, no son más que excusas para no hacernos cargo de la tarea que nos toca vivir: hacernos cargo de la protección del planeta.
Hace pocas semanas el Amazonas ardió y se armó una polémica mundial sobre quién debía proteger este llamado pulmón del mundo. Y en estos días se celebró la Cumbre de Acción Climática en la ONU, donde participaron diferentes especialistas y gobiernos del mundo para tratar, una vez más, la cuestión de clima. Un asunto que tiene protocolos firmados pero que no han sido suficientes para generar los cambios que el planeta, y nosotros como parte de él, necesitamos para sobrevivir.
De igual manera, los medios de comunicación buscan nuevas formas de ejemplificar lo que está pasando. Un ejemplo es de la revista The Economist que dedicó su edición de la semana pasada al llamado “asunto del clima” (“The climate issue”). En la misma mostró una foto de cómo el planeta se fue calentando, con una línea del tiempo que va de menos a más, mostrando gráficamente cómo fue subiendo la temperatura global.
El tema está instalado desde hace varios años, con un sinfín de campañas que buscaron generar impacto para que se tomen medidas. Hoy, es una joven la que encabeza el pedido de acción, aunque no debería serlo ya que su rol en este momento de la vida es otro, el de cualquier chica de 16 años. Ella misma lo dijo: “No debería estar aquí. Debería estar en el colegio al otro lado del océano”.
Diferentes actores globales buscan que lo veamos. ¿Nos haremos cargo? Sino continuaremos igual y seremos recordados como la última generación que pudo hacer algo y no lo hizo. Esperemos que no sea el caso. Esperemos que las “Gretas” de este mundo movilicen a todos para que los cambios se sucedan.
