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Desde enero en diferentes partes del mundo está aconteciendo algo inusual, estrellas nuevas que aparecen como si fueran moviéndose en fila. Lo primero que uno piensa al verlos es que son aviones, pero luego se razona que no, ya que no pueden volar tan cerca uno a otro. El segundo pensamiento va hacia la vida extraterrestre. Llegó la invasión de los ovnis como tantas películas lo predijeron. Sin embargo, no es tan poco el caso.

Se trata de los satélites lanzados por Elon Musk, creador de Tesla y de la compañía Space X que produce estos artefactos espaciales, desde Florida, Estados Unidos el pasado 6 de enero. En Argentina se los pudo observar el 18 de febrero y en Uruguay este fin de semana. Gracias a internet, la duda sobre de qué se trataban fue rápidamente dilucidada.

¿Cuál es el fin de estos satélites cuya línea se conoce como Starlink? Según el sitio oficial de la compañía con ellos se busca crear una red global de "internet de banda ancha y alta velocidad a los lugares donde el acceso ha sido difícil, caro o totalmente ausente". Hoy, la compañía ya cuenta con la autorización de Estados Unidos para lanzar 12.000 satélites en varias órbitas diferentes, y ha solicitado el lanzamiento de hasta 30.000 más.

No es la primera vez que se pudo observar a estos satélites, sino que ya en 2019 habían sido avistados en nuestro país. De hecho, se trata del tercer lote de los enviados por la empresa del multimillonario sudafricano.

Como es de esperar, semejante suceso a despertado dudas entre varios grupos, en especial, a la Unión Astronómica Internacional (UAI) que advirtió sobre el impacto de estos nuevos objetivos espaciales en la astronomía: “El progreso tecnológico solo es posible gracias a los avances en paralelo del conocimiento científico. Los satélites no funcionarían ni se comunicarían adecuadamente sin las contribuciones esenciales de la astronomía y la física. Es de interés para todos preservar y apoyar el progreso de la ciencia”.

Cuando en 2002, hace 17 años, se fundó esta compañía de transporte aeroespacial seguramente pocos imaginarían que lograría tener hoy a satélites en orbita recorriendo el mundo. Y mucho menos que estos podrían lograr dar internet en regiones que no tienen acceso a esta o que es muy caro tenerlo. Sin embargo, hoy están ahí, girando a lo largo de la tierra.

Es importante notar que muchos cuestionan el fin altruista detrás de esta iniciativa y los riesgos de esta no está muy claros. No solo es la ciencia astronómica la que ha expresado su preocupación, sino que además no está claro sino puede ser que estos generen interferencias con las señales de radio.

Todas estas preocupaciones y advertencias deben ser revisadas por los organismos internacionales correspondientes para velar por la seguridad de todos nosotros.

Lo que es claro, es que el mundo está cambiando a pasos agigantados y los progresos tecnológicos hoy permiten rodear al planeta de una red de internet global. Estamos avanzando rápidamente, ¿cómo hacemos para no perdernos el tren? Esa una pregunta para que todos los habitantes y en especial los gobiernos de los países menos desarrollados tengamos en cuenta. Todavía no sabemos o no somos realmente conscientes del costo de quedarnos de bajo.

Mientras tanto, si ven una especie de anillo de estrellas no te asustes. Una invasión no es.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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