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Los viajes en avión de los Moyano, bajo la lupa
Los viajes en avión de los Moyano, bajo la lupa
Los viajes en avión de los Moyano, bajo la lupa
Lo primero es lo que se lee en cualquier medio noticioso: Emilio Monzó, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, limitó a 8 los pasajes aéreos sin nombre que los diputados reciben mensualmente y sólo podrán usarlos quienes sean identificados en una lista creada y certificada con anterioridad. Se agrega que se busca así desterrar un toma y daca de tickets aéreos que, según conocedores de los quehaceres parlamentarios, supo derivar en la venta ilegal de los tramos más solicitados. Y es por eso que desde ayer de los 20 pasajes que recibe cada mes un diputado, 12 seguirán estando a su nombre y serán intransferibles y los otros 8 sólo podrán ser usados por los integrantes de una lista que el diputado debe presentar cada año y que sólo puede ser modificada al año calendario siguiente. Los diputados sólo tendrán 8 pasajes para ceder a sus empleados y deberán identificarlos.

Pero podrán canjear los que no usen y engrosar sus dietas.

Pero no termina aquí ese módico ajuste de Monzó. Es que, por otra resolución, dispuso la cantidad de pasajes que mensualmente podrá recibir cada bloque (aparte de los que recibe cada diputado), dependiendo de su número de integrantes.

Lo segundo: mientras tanto a la hora de hablar de pasajes y viajes en avión, la mirada no puede ponerse tan solo en nuestros diputados nacionales, ni en los senadores, con los que al parecer la vicepresidenta de la Nación Gabriela Michetti como presidente del Senado, ha sido mucho más generosa al momento del recorte de esas prebendas. Ya que no se les puede dar otro nombre al hecho de su mal ver a los legisladores “cambalacheando pasajes” por dinero contante y sonante o a los bloques que integran “saludando con sombrero ajeno” distribuyendo pasajes vaya a saber a quién, si a un paniaguado o a alguien que realmente los necesite.

Es que se ha conocido, aunque no ha hecho tanto ruido como hacen los camiones en las rutas, la información acerca de la investigación que se estaría llevando a cabo acerca de setenta y siete vuelos en aviones privados de lujo que habrían llevado a cabo Hugo y Pablo Moyano en los últimos tres años. Viajes que se habrían hecho algunos dentro de nuestro país, y otros para y de algunos de los países limítrofes. Viajes cuya realización, según da cuenta el diario digital Infobae, coincidirían en lugar y tiempo con partidos que jugara Independiente.

El mismo medio afirma que los Moyano contratan los viajes a través de un intermediario, una maniobra utilizada para esconder el verdadero origen de los fondos. Y los valores reales.

A lo que se añade que desagregando los vuelos de padre e hijo, son veinticinco los que en los tres años efectuó el primero, a un costo total figurado de 125.000 dólares, mientras que los de su hijo habrían sido cincuenta y dos, y esta vez a un costo de 300.000 dólares.

Se debe mientras tanto destacar que el caso de los legisladores y de los sindicalistas no debe ser evaluado de la misma manera. Es que en el primer caso lo que está en juego es la manera en que se gestionan –cabría decir, se malgestionan- fondos públicos; mientras que en el segundo en principio nos encontramos ante operaciones “entre privados” lo que hace que la cuestión pase, no por el número de viajes o su oportunidad, sino por el origen de los fondos con los que se hicieron.

Máxime cuando se trata de sindicalistas que se molestan cuando alguien trata de inmiscuirse con su patrimonio.

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