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Entender el mercado de capitales o el mundo financiero en general es difícil. Como en todas las actividades de la vida, abundan allí expertos o especialistas, que suelen prever mejor que el común de las personas lo que ocurrirá con el valor de los títulos (acciones) de las empresas que se colocan en el mercado bursátil. Eso no quita que haya inversores minoristas, aficionados, amateurs y gente con otras profesiones que deciden insertar su dinero en este mundo.

Para explicar lo sucedido durante los últimos 15 días, vale hacer una serie de aclaraciones. Primero que nada, ¿qué es GameStop? Una cadena de tiendas de videojuegos de Estados Unidos. La posibilidad de acceder a compras online y de conseguir los juegos a través de la consola, sumado al cierre de muchas de las tiendas en medio de la pandemia, acentuó el declive de esta empresa. El máximo histórico de una acción de GameStop era de 62,3 dólares en 2007. De allí en adelante, estancamiento y decadencia, llegando a valer 2,57 dólares la acción en el mes de abril del año 2020.

¿Qué ocurre cuando, según un análisis fundamental, cae el rendimiento de la empresa? Muchos operadores del mercado se posicionan en corto, “alquilando” la acción a un precio determinado, vendiéndola a ese precio y recomprándola cuando baja el valor para poder devolver ese “alquiler” con una ganancia de por medio. En criollo: apuestan a la baja. Esto era algo que venía ocurriendo con GameStop desde hacía unos meses, ya que muchos consideraban que la acción seguiría abaratándose debido al declive de la empresa misma.

Nada fuera de lo esperado. El punto de inflexión se genera a fines de diciembre, cuando, desde un subforo de Reddit llamado Wall Street Bets, que cuenta hoy con más de ocho millones de miembros (en su mayoría, accionistas minoritarios, jóvenes, que apuntan a ganancias inmediatas en el mercado), se coordina la compra de las acciones de GameStop.

¿Cómo se explica que tanta gente allá querido participar en esta operación? Para lograr que la gente compre operaciones que, a primera vista, son poco atractivas, hace falta crear una trama, como bien decía Matt Levine en uno de sus artículos para Bloomberg. Los principales usuarios del foro lo lograron. En primer lugar, convencieron a varios de que con los cambios que había habido en la dirección de GameStop, existía la posibilidad de que repunte la empresa y, por ende, sus activos. En segundo lugar, atrajeron a muchos jóvenes, enemistados con los lobos de Wall Street y la cúpula del mundo financiero, diciendo que con esta operación lograrían dar en el talón de Aquiles de algunos grandes fondos que habían apostado a la baja. Claro, si a la hora de recomprar las acciones, para devolver el “alquiler”, estas son más caras, se pierde dinero. Y cuando hablamos de fondos, hablamos de millones y millones de dólares.

Para no seguir perdiendo mientras sube la acción, ¿qué hacen los que apostaban a la baja? Recompran la acción para no tener pérdidas. La explicación es, entonces, muy simple: entre los operadores minoritarios que, motivados por el foro, querían adquirir la acción, los inversores de mayor peso, los que necesitaban recomprar y los inversores de mayor peso que veían una posibilidad de lograr ganancias significativas en el tiempo, la demanda y el precio de la acción de GameStop aumentaron descaradamente. Por este motivo es que llegó a valer casi 350 dólares el miércoles pasado.

Como bien explicaba José Siaba Serrate en Ámbito Financiero, esto no fue meramente azar. Los inversores minoristas, conectados a través del mencionado foro y motivados por algunas voces que veían aquí alguna oportunidad para lograr dinero rápido, generaron una volatilidad tremenda del precio de las acciones de GameStop, que se disparó en poco tiempo.

Las multitudes se enamoraron de la trama. Por diversión, por sed de victoria, porque sí o porque realmente vieron una oportunidad, muchos inversores inocentes, de entre 16 y 25 años, compraban la acción y no la vendían, creyendo que seguiría subiendo sin parar. Esto hizo que se mantuviese el precio tan alto durante algunos días. Sin adictos, sin gente convencida de continuar demandando las acciones, la tramoya se desplomaría.

¿Cómo siguió la historia? Robinhood, una de las principales plataformas mediante la cual operan los inversores minoristas, que había crecido mucho durante la pandemia, prohibió la compra de las acciones de GameStop a través de su sitio. Básicamente, contrajo una vía clave mediante la cual se canalizaba la demanda. Esto no solo generó bronca en Wall Street Bets. El repudio provino también de parte de varios políticos norteamericanos, tanto republicanos como demócratas, que exigieron que se investigasen las razones del bloqueo.

Por otro lado, las voces que alentaron al avance de esta masacre, las cuales seguramente sean experimentadas y conocedoras del mercado bursátil, aprovecharon, al igual que los inversores mayoritarios de GameStop, para vender la acción en un precio muy sobrevaluado. Esto hizo que perdiera peso y poder la operación. Mientras tanto, continuaban motivando a los ilusos a que no vendieran sus acciones y que cerrasen filas, que mantuviesen la línea (“Hold The Line”, como dice el líder de Wall Street Bets). A medida que desaparecen los incentivos para comprar la acción de GameStop, que no tiene ningún sustento objetivo para valer lo que valió a lo largo de esta última semana, estos jóvenes y principiantes inversionistas van quedando atrapados, con la acción en sus manos, sin poder venderla y habiéndola comprado mucho más caro de lo que la venderán.

En resumidas cuentas, pierden muchos de los que se sumaron a la inercia y una buena parte de los inversores profesionales que habían apostado a la baja. Ganan los que tenían este activo de antemano, llevándose una muy grata sorpresa, y los que movieron los hilos de esta historieta (siguen diciéndole a los pobres amateurs que aguanten, que lograrán vencer a los poderosos), que probablemente pusieron mucho dinero en juego y vendieron cuando notaron que ya no había forma de que la acción no se volviese a caer a pedazos.

La conclusión permanece abierta. Habrá que ver si se salen con la suya los que vendieron a un precio sobrevalorado, sabiendo que puede haber accionar político y un importante pedido de represalias de parte de los que se sintieron engañados. Por otro lado, la epopeya de GameStop, y de otros activos que tenían muchos apostadores bajistas, está llegando a su fin, pero aún no conocemos el total de las pérdidas ni si existe la posibilidad de que se repita esta manera de proceder. Así como se investigará la restricción impuesta por Robinhood, está claro que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y otras entidades financieras pensarán medidas para evitar que esto pase seguido.

Sin duda un tema que debe ser comprendido y seguido de cerca. La democratización del mercado financiero tiene sus consecuencias, como esta, y habrá quienes intenten reprimirla y quienes harán lo imposible por defenderla.
Fuente: El Entre Ríos

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