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El cambio en general se utiliza como sinónimo de adelanto. Sin embargo hoy puede decirse que también es sinónimo de retraso.

Por María de los Ángeles Petit

La eliminación, pérdida o modificaciones negativas de derechos adquiridos por la lucha constante de diferentes sectores de la sociedad nos hacen retroceder a puntos de debate de conceptos y de ideas que ya estaban superados en muchos ámbitos. Inclusive el judicial.

En el discurso y en los hechos las mujeres y nuestras parciales conquistas de igualdad estanos siendo atacadas y reducidas a términos extremos como “feminismo radical” afirmando que nuestros derechos son productos de una pelea ridícula entre hombres y mujeres y eso ha traído como consecuencia una mayor intervención del Estado.

Por supuesto que eso depende del rol que se le asigna al Estado, una definición imprescindible, fundamental y elemental para comprender muchas, o todas, las reformas que se pretenden imponer.

La lucha por nuestros derechos a ser tratadas en forma igualitaria y a vivir en una sociedad sin violencia por el hecho de ser mujeres no es una pelea contra el hombre. Es, muy al contrario, lograr cumplir aquellas funciones para lo cual estamos intelectualmente igual de capacitadas y cobrar por nuestro trabajo en la misma proporción.

Es reconocer y que nos reconozcan como personas independientes para tomar nuestras propias decisiones sin tener que esperar que nos den permiso y no recibir un golpe a cambio.

El desconocimiento de los conceptos y del proceso que nos llevó a lograr poner en la agenda política estos temas es quizás lo que más lastima.

Hoy, las mujeres comenzamos a vivir una etapa peligrosa.

La prácticamente eliminación del espíritu de la Ley Micaela, la eliminación tácita de la participación política electoral nacional, los despidos sin causa en municipios de mujeres contratadas o la imposición de nuevas cargas horarias que impiden directamente trabajar son solo la punta del iceberg.

El despido de Emilia Bilen ex esposa del ex Intendente Martin Piaggio en Gualeguaychú por ideología política nos pone en alerta sobre la violencia institucional que sin tapujos hoy enfrentamos.

Un machismo exacerbado por el poder debe ser frenado, legal y políticamente.

No podemos volver hacia atrás.

Siempre adelante.

Como siempre.
Fuente: El Entre Ríos

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