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Bajo el título “Nuevas formas de democracia”, Pascual Viollaz (80) reflexionaba desde Villa Elisa sobre “la demagogia, lo caro que resultan las elecciones y la corrupción” de este sistema de gobierno, abriendo el juego a otros lectores para que sumaran sus ideas. Ese artículo, correspondiente a la edición impresa del domingo 24 de abril de 2016, apareció publicado en página Nº 5 del periódico.
Nuevas formas de democracia

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Se ha dicho que la democracia es un sistema muy malo de gobierno, pero que las otras formas son peores. Entre sus males está la demagogia, lo caro que resultan las elecciones y la corrupción.

En realidad, se ha hablado mucho criticando a la democracia, pero poco se ha pensado en cómo remediar sus males.

En la antigua Grecia, hace más de 2000 años, para disminuir la demagogia se propuso un sistema por sorteo: se elegía un cierto número de ciudadanos, por ejemplo 500 y entre esos 500 se hacía un sorteo para elegir, por ejemplo, a los 100 que iban a gobernar la ciudad. Quizás parezca un método poco eficiente dejar que el azar sea el que, en última instancia, decida cuáles serán los gobernantes. Pero, si hacemos un poco de historia, no creo que los gobernantes que ha tenido la Argentina superen en calidad y ética al promedio de su población. Y en este caso, se sortearía entre los más votados.

Supongamos una ciudad de 10.000 votantes que tenga que elegir 20 ciudadanos para gobernarla. Se podría hacer el siguiente sistema: se eligen 200 personas (2% del total) y se sortea entre las 200 personas a los 20 gobernantes. O sea, para ser elegible, si todos tuvieran igual número de votos, cada uno tendría que conseguir 50 votos. Es decir, si alguien tuviera interés en entrar en la política, no tendría que tener dinero sino solamente conseguir 50 votos (o menos, si no están distribuidos igualmente). También se podría poner una cláusula, según la cual si se tiene menos del 0,2% de los votos, queda excluido del sorteo y se sortearía entre los restantes.

Una variante sería decir: queremos que los que han recibido muchos votos -por ejemplo, que han recibido más del 10% de los votos- deban entrar directamente sin participar en el sorteo, hasta un 30% del total de los gobernantes y el resto se completa por sorteo.

Cada 8 años se haría un plebiscito para ajustar el valor de los parámetros, los cuales no se podrían cambiar en más de un 20%.

De esta manera, se incentivaría el interés por participar en política, se disminuiría la demagogia, se abarataría el costo de hacer política y bajaría la corrupción…

El sistema actual es caro y eso fomenta la corrupción, pues necesita dinero para las elecciones que es proporcionado por los grandes monopolios para asegurarse sus ventajas en el futuro.

Sería interesante probar un sistema así para el gobierno de pequeñas ciudades.

Creo que la democracia es un buen sistema de gobierno que funciona mal porque el sistema para elegir los gobernantes es malo y necesita ser mejorado.

Es posible que a cualquier lector se le ocurra un sistema mejor: lo que quiero es abrir el diálogo para encontrar un mejor sistema de gobierno que el que tenemos.

Ing. Pascual Viollaz
Participación ciudadana
Conocido por su activa participación institucional, académica y ciudadana, Viollaz era uno de los más asiduos concurrentes a las audiencias públicas, convocadas anualmente desde la Municipalidad de Villa Elisa para relevar necesidades e iniciativas populares, para su posible inclusión en el siguiente presupuesto local.

Entre otros planteos, se recuerda la realización de estas instancias de participación ciudadana en los meses de abril y octubre para favorecer la asistencia de vecinos que podían resentir su presencia por las bajas temperaturas de junio, como así también que sean presididas por algún representante de la comunidad.

Respecto a obras y servicios públicos, la eliminación de lomos de burro, utilizar aspiradora en vez de sopladora para limpiar las plazas y recolectar las pilas, eran algunos de los temas que lo preocupaban.
Fuente: El Entre Ríos

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