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El tira y afloja entre Estados Unidos y China es constante. No cesa. Hoy los ojos están puestos en el futuro de TikTok, una de las más exitosas aplicaciones de los últimos tiempos ¿Por qué a Trump le importa una plataforma donde simplemente se suben videos? ¿Qué tiene que ver China en esto?

Videos de hasta 1 minuto. Bailes, comedias musicales, imitaciones, trucos de magia, etc. El nuevo vicio de la juventud (aunque son varios los adultos que no logran evitar caer en la tentación), TikTok, tenía en enero ya más de 800 millones de usuarios en todo el mundo (300 millones más que en enero de 2019). Como si fuera poco, un 10% de los usuarios está radicado en los Estados Unidos.

TikTok, a diferencia de otras redes sociales que usan los estadounidenses o los ciudadanos de países occidentales, pertenece a una empresa tecnológica china, ByteDance Ltd., algo que preocupa a Donald Trump. Así como él lleva adelante una campaña contra Huawei porque se cree que su diseño de telecomunicaciones sería utilizado por las autoridades chinas para espiar organismos y usuarios norteamericanos, el presidente estadounidense piensa también que, por motivos de seguridad, TikTok no debería ser controlada desde China (al menos en su país).

Si bien desde ByteDance sostienen que la información de los usuarios está protegida, al igual que la neutralidad y la transparencia, la Casa Blanca está convencida de que la información que circula a través de la aplicación es compartida al gobierno chino. Preocupa también su incidencia, por más pequeña que sea, en el desarrollo de la campaña presidencial. Fue a través de TikTok donde jóvenes anti-Trump coordinaron entre sí para comprar tickets para la primera manifestación del magnate, en junio, en su campaña para ser reelegido. Un millón de trolls ilusionaban a Trump con que llenaría no solo el estadio sino también las calles de Tulsa, Oklahoma. El resultado fue desastroso: al presidente le jugaron una mala pasada y hubo varias butacas vacías.

La decisión tomada hace algunos días es tajante: en caso de que la filial norteamericana de TikTok no sea adquirida por una empresa de los Estados Unidos antes del 15 de septiembre, la aplicación dejará de funcionar en dicho país. Trump ya entabló conversaciones con el directorio de Microsoft, que se mostró interesado en seguir con las negociaciones. Para agregarle un poco de gracia (o locura) a la cuestión, dijo que en el acuerdo debería haber una buena suma de dinero que se le entregue al Tesoro de los Estados Unidos, ya que según el presidente estadounidense la negociación es posible gracias a la intervención del estado.

Desde ByteDance no ocultan su disconformidad con la situación. Poco pueden hacer para evitarla. Por lo pronto, les quedan dos opciones: negociar con una empresa norteamericana y/o mudar la sede central de TikTok a otro país. Las autoridades chinas respondieron a Trump argumentando que éste solo busca intimidar en base a acusaciones falsas y armadas sin sustento. No solo ello, sino que de alguna manera amenazaron, discursivamente, con que esto puede ser otro puntapié en la batalla tecnológica y de redes sociales.

Los argumentos, validos o no, parecen tener razones de fondo bastante lógicas. Estados Unidos, o más bien su presidente, busca ponerle un freno a los avances en desarrollo e innovación que vienen desde China. Ser la potencia más grande del mundo no se trata solo de tener armas, buenas relaciones geopolíticas o incidencia en las relaciones, discursos y organizaciones internacionales. La carrera tecnológica es tan importante como cualquier otra disputa (más aún si esas aplicaciones pasan a formar parte de la vida cotidiana de los jóvenes norteamericanos) que cruce al gigante asiático con el gigante norteamericano, y por eso Donald Trump hará lo que sea necesario para ganarla. Mismo que eso implique tomar cierto tipo de decisiones que pueden sonar autoritarias, como privar a sus ciudadanos de tener acceso a la tecnología que prefieren, algo que pareciera ser inimaginable en Estados Unidos.

Si en China no se pueden usar plataformas como WhatsApp, Twitter, Facebook, Google, Instagram, o YouTube, ¿por qué debería de molestarle al gobierno chino esta decisión? Es obvio que a pesar de ello se va a repudiar el accionar de Trump. Como mencionamos anteriormente, el trabajo norteamericano para apaciguar el crecimiento tecnológico chino en países occidentales es muy grande, y la vía diplomática es una de las opciones para defender sus industrias. No debería sorprender que haya una respuesta de China, por más leve que sea, frente a cómo pueda terminar esta novela de TikTok.

Cierres de consulados (el consulado chino en Houston y el consulado estadounidense en Chengdu). Amenazas con abandonar las instancias diplomáticas o exigir resultados en éstas (Trump está enemistado con la OMS mientras China sigue ganando espacio en la ONU). Cruces y comunicados sobre lo que ocurre en un país o en el otro (las autoridades estadounidenses repudiando el fin de la libertad en Hong Kong o las autoridades chinas mostrando preocupación por el crimen racial de George Floyd, por dar algunos ejemplos). Bloqueos comerciales, disputas tecnológicas y más, como hemos visto. El escándalo de TikTok es parte de ese mundo, muy difícil de descifrar, en el que la polémica y creciente China intenta desafiar a la gran hegemonía estadounidense.
Fuente: El Entre Ríos

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