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Los medios de comunicación han incrementado notablemente las visitas. Su rol como referentes de información confiable en medio de la pandemia ratifica la misión del periodismo profesional. Sin embargo, el colapso de los ingresos por ventas y publicidad amenaza a toda la actividad periodística. En este informe, tres señales positivas y una amenaza para el periodismo en tiempos de pandemia.
La amenaza económica
Al igual que en Argentina, en gran parte del mundo los medios impresos han dejado de circular. La medida ha impactado fuerte en los ingresos de los diarios, sumado a la fuerte caída de sponsors privados que en estas circunstancias apenas si intentan sobrellevar sus emprendimientos. Este momento entraña una crisis profunda: la inviabilidad económica de los medios de comunicación que intentan, a las corridas, reconvertir sus ya desgastados modelos de negocio. Esta semana, Isabel Mercado del diario Página 7 de Bolivia afirmaba: “los ingresos prácticamente se han esfumado, poniendo a las empresas periodísticas independientes –que no son sustentadas sino por sus propios ingresos- ante un desenlace imprevisible”. Y las cifras lo respaldan: la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) detectó que en los últimos años han cerrado diarios de 1.300 pequeñas localidades de EStados Unidos. Y el 20% de los periódicos de grandes ciudades, unos 1.800, han quebrado o se han fusionado desde 2004 a la fecha. En el medio, el 50% de los periodistas de EEUU se han quedado sin trabajo.

Los muros de pago o los servicios de suscripción que con la modalidad de “pagar para leer” sigue siendo una incógnita en términos de la sustentabilidad. Por eso parece oportuna la observación de Ricardo Trotti, director Ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP): “La sustentabilidad de los medios seguirá como el gran desafío... Los medios tendrán que seguir diversificando sus ingresos más allá de los contenidos noticiosos, organizando eventos, manejando la comunicación a otras empresas y dedicándose al e-commerce”, señalaba esta semana en su columna para el diario La República de Perú.
Crece el consumo de noticias
Pero en toda crisis también hay oportunidades. Y esta parece ser una gran oportunidad para el periodismo que recibe señales alentadoras en medio de la situación. Varios estudios confirman que el tráfico hacia los portales de noticias se ha incrementado notablemente.

Recientemente, un informe de Facebook dio cuenta de un “incremento sin precedentes del consumo de artículos informativos” en la plataforma creada por Mark Zuckerberg. El dato proviene de un paper interno de Facebook elaborado por el científico de datos de la red social, Ranjan Subramanian que confirma esta fuerte tendencia a consultar fuentes confiables en tiempos de incertidumbre y temor.

El País de España publicó un reporte estos días en el que confirman la tendencia: “Este salto de audiencia a los medios más serios lo han visto también en NewsWhip, plataforma que analiza el tráfico a medios desde redes. En marzo detectaron un nivel de interacciones “sin precedentes” en inglés. Para tener dimensión del crecimiento en la demanda de noticias, la cadena NBC llevaba 67 millones en marzo; más de tres millones de visitas al día”, explica el informe.
La confianza en los medios
Este fuerte incremento del consumo de noticias aparece asociado a un nuevo comportamiento de los usuarios en redes sociales. Ricardo Trotti de SIP reafirma este nuevo panorama: “La tendencia más notable y auspiciosa está en el redescubrimiento del mensaje creíble como marca registrada del periodismo. La credibilidad y la confianza del contenido noticioso se reafirma como sostén prioritario de los medios”.

Algo que también alega Fernando Ruiz, presidente de FOPEA, al remarcar que “esta confianza en las noticias que generó el coronavirus abre una nueva oportunidad para el periodismo, que deberá demostrar otra vez que merece la confianza de los lectores y usuarios”, señaló esta semana en Radio Franca.

En medio de la situación, el periodismo muestra dos señales muy interesantes. Una rápida confluencia de esfuerzos para garantizar una buena cobertura informativa a través de alianzas, y un retorno a las viejas prácticas de verificación de la información, a veces relajadas por la tiranía del clic. En esa línea, Cristina Tardáguila, directora asociada de la Red Internacional de Verificación de Hechos (IFCN), calificó a COVID – 19 como "el mayor desafío que los verificadores de hechos hayan enfrentado", asegura. IFCN lidera una alianza global que está haciendo grandes esfuerzos para mantener fuera de combate la desinformación que afecta los entornos digitales.

El observatorio creado por investigadores italianos liderados por Manlio de Domenico, de la Fundación Bruno Kessler (Trento, Italia) confirma este nuevo hábito de usuarios que buscan información confiable. Luego de estudiar millones de tweets asociados a la pandemia, “Es como si el temor al contagio alterara el comportamiento. La conclusión es que cuando la gente ve que su vida puede correr peligro, deja de retuitear cualquier cosa. De repente, todo el mundo sabe dónde está la información que tiene más probabilidades de ser seria y fiable”, reflexiona.
Fuente: El Entre Ríos

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