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Abrazo de Francisco con el rabino Skorka
Abrazo de Francisco con el rabino Skorka
Abrazo de Francisco con el rabino Skorka
Existe esa curiosa mezcla de periodista y analista –constituida por aquellos que no se limitan a informar sino que procuran efectuar un examen a la vez profundo y minucioso de aquello que informan- que va más allá del comentario trivial al que nos tienen acostumbrados muchos pretendidos “dueños de los micrófonos”- el que se caracteriza por especializarse en abordar los procesos, decisiones y anuncios que se dan en los centros del poder.

Se trata de personas que pasan por ser especialistas en desentrañar a través de señales en apariencia poco claras lo que se cuece precisamente en las cocinas del poder, sobre todo en los casos en que su opacidad es mayor, dado lo cual esos centros aparecen exhibiendo diversos grados de hermetismo.

Es así como en una época era frecuente escuchar hablar de los “kremlinólogos”, o “sovietólogos” en referencia a especialistas en lo que sucedía en el Kremlin, en la época que existía la Unión Soviética como eje de un verdadero imperio, que incluía a países satélites todos ellos ubicados detrás de lo que se dio en llamar la Cortina de Hierro.

Sucede lo mismo con los “sinólogos” que reciben una atención cada vez mayor, paralela al proceso que está llevando a China a convertirse en una primerísima potencia mundial. Y como no podía ser de otro modo, teniendo en cuenta el papel que ha jugado y juega la Iglesia Católica en la historia, en su caso se habla de “vaticanólogos” haciendo referencia al Vaticano, donde se encuentra el asiento de los sucesivos Papas.

De allí la importancia, que no será seguramente apreciada en toda su medida, de un reciente anuncio del papa Bergoglio, de efectuar la apertura total de los archivos secretos vaticanos sobre el Pontificado de Pío XII, el Papa acusado tantas veces de no haber condenado el Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial.

Parte de esos archivos ya habían sido publicados, pero ahora Francisco quiere, para que no haya más dudas, que se publique todo lo referente al polémico Pontificado del papa Pacelli.

Un acontecimiento que, según uno de los especialistas a los que hemos aludido, se efectúa justo “en el momento en el que el Papado de Francisco se ve envuelto en uno de los mayores escándalos de la Iglesia al conocerse la dimensión imponente de los escándalos de pedofilia”.

De esa manera, según la misma fuente, Francisco viene a mostrar coherencia consigo mismo, si se tiene en cuenta el hecho que él ha sido, sin duda, el Pontífice de la Iglesia que más ha dialogado con el mundo judío, ya que considera el judaísmo como la cuna del cristianismo.

Y apuntalando esa circunstancia se recuerda que cuando aún era cardenal arzobispo de Buenos Aires, sorprendió al publicar el libro de conversaciones “Sobre el cielo y la tierra”, con el rabino Abraham Skorka, con quien siempre mantuvo y mantiene una relación de amistad.

Redondeando el argumento señala que “Skorka fue una de las primeras personas recibidas en el Vaticano por Bergoglio, y con él conversó largamente; uno de los temas de aquella conversación en 2013 fue la posibilidad de abrir los archivos secretos del Vaticano sobre el Holocausto.”

“Francisco es consciente de que en un momento en el que la Iglesia se ve acorralada por los escándalos de sus sacerdotes, obispos y hasta cardenales, y asediado por la parte más conservadora, su decisión de entregar ahora los secretos sobre el pontificado de Pío XII —el Papa más criticado por la Iglesia progresista—, podía significar una nueva provocación. (N. del E.: más que de “provocación” consideramos que lo adecuado habría sido hablar de “desviar la atención”) Por ello, en su anuncio se ha prevenido con una especie de juego diplomático dando a entender que no tiene miedo, porque está tranquilo que la leyenda negra sobre Pío XII podría hasta resultar esclarecida positivamente para la Iglesia.

“Según Francisco, -prosigue el vaticanólogo- saliendo ya al paso de lo que podrían encerrar los archivos, las gestiones de Pío XII sobre el nazismo podrían ser vistas como intentos “de mantener encendida, en los periodos más oscuros y más crueles, la llama de las iniciativas humanas, de la diplomacia oculta, pero activa”.

¿Una absolución anticipada de lo que puedan revelar los archivos? Seguramente no. Francisco les dice al mismo tiempo a los historiadores que la investigación examinará el legado de Pío XII “con la crítica apropiada”.

Por otra parte, el articulista no pasa por alto el hecho que “lo cierto es que una de las peticiones más repetidas del mundo judío al papa Francisco ha sido, desde que llegó al Pontificado, la apertura de esos archivos secretos que sus antecesores fueron concediendo con cuentagotas sin que se supiera hasta ahora si quedaban o no documentos aún desconocidos, como la supuesta carta de Hitler a Pío XII. Se conoce solo un papel con el acuse de recibo de dicha carta, la cual nunca apareció.”

Relata el mismo que “una vez, en Roma, el entonces jefe del espionaje militar del Gobierno italiano me confió, en una entrevista, que nadie como el Vaticano posee mejores servicios secretos en el mundo, ya que cuenta con una red de información capilar que abraza todos los continentes en los que opera la Iglesia Católica. Y es cierto que también el Vaticano es poseedor de secretos únicos que no figuran en ningún otro archivo del mundo.”

Como consecuencia de lo cual se atreve a vaticinar que “Francisco pasará a la historia si de verdad consigue que se esclarezca, sin ocultar papeles, todo lo que aún queda oculto en los archivos vaticanos sobre el Holocausto y la Iglesia. Se le acusa a veces de ser político y de izquierdas. Sí, es un seguidor del primer cristianismo, que seguramente no fue retrógrado.”

Es por eso que poniendo las cosas en contexto temporal hace referencia a la dimensión del anuncio “en este momento histórico de recrudecimiento de las tentaciones nazistas con la profanación gratuita de las tumbas de judíos en Francia, y la multiplicación de los gobiernos y partidos con nostalgias de nuevos holocaustos, el gesto —que yo llamaría profético— de desempolvar los secretos vaticanos sobre el Holocausto es el mejor acto de resistencia del papa Francisco a la nueva barbarie que empieza a amenazar al mundo.”

Es por eso que inclusive más importancia que al anuncio en sí, damos todavía más valor a una manifestación de Francisco al momento de efectuarlo. Fue cuando dijo que “la Iglesia no teme a la historia, sino que la ama” y es por eso que confía a los historiadores “ese patrimonio documental”.

Ello nos está mostrando el verdadero valor de ejemplaridad que la Iglesia Católica daría a todos los gobiernos del mundo, avanzado en transparentar –algo a que contribuiría, se nos ocurre, un “clericalismo” amenguado, unido a una revalorización del rol de los laicos, y de las mujeres consagradas o no en el gobierno eclesiástico- todo su accionar en todo aquello que sea necesario, mientras sea prudente hacerlo, en una mundo donde más parece entremezclarse fantasía y realidad, y en el que da la impresión que se asiste al “enseñoramiento de las noticias falsas”.

Inclusive cabe agregar que no habría ocurrido el “escándalo de la pedofilia” en el seno de la Iglesia, si en lugar de una política de disimulo más que secular, se hubiera entonces aplicado otra de total transparencia en la materia.

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