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La moderna Copenhague
La moderna Copenhague
La moderna Copenhague
Copenhague es desde hace años una ciudad vanguardista en la implementación de medidas para reducir la emisión de carbono, pero hoy ha decidido ir más allá y colocarse una ambiciosa meta: quiere alcanzar la neutralidad de carbono para 2025. Nuestro destino de hoy: la capital danesa.

Las primeras medidas que suelen observarse en una ciudad para reducir la contaminación generada por sus habitantes son la separación de residuos, la reducción del uso de energía y la promoción de medios de transporte alternativos al auto particular. En estos aspectos, Copenhague se encuentra muy avanzada. Así nos cuenta Martín, quien se encuentra viviendo allí desde hace unos meses: “Cada casa tienen un contenedor con 4 espacios: papel, vidrio, metal y plástico. Cada dos semanas viene un camión especial para retirarlo. Si ven que no cumpliste las normas se te aplica una multa. Un ejemplo es que este sucio o pongas metal en el lugar del plástico”.

No sólo se trata de separar los residuos, sino más bien de pensar a toda la ciudad en función de disminuir la contaminación que genera. Así, según se explica en el artículo del diario El País de España, titulado ¿Puede Copenhague convertirse en la primera capital neutra en carbono?, el programa medio ambiental de la ciudad está basado en tres pilares: la arquitectura, la energía y el transporte público.

Desde el punto de vista arquitectónico, se piensa en la construcción de “ecobarrios”, es decir, edificios con frentes de vegetación con el objetivo de regular la temperatura de estos. Además, se busca la multifuncionalidad de las construcciones, es decir, que los edificios tengan más de un uso. Así, existen estacionamientos que en su azotea tienen una sala de juegos, un supermercado y un área de reciclaje.

A su vez, en lo que hace a la energía, sus habitantes tienen muy en claro que la energía tiene un costo y que por tanto deben invertir para que sus viviendas consuman lo menos posible. Según nos cuenta Martín “cada casa está diferenciada por su nivel de uso de la energía (similar a las heladeras). Entonces cuando alquilas ya podés saber cuál es el estimado de gasto de energía y por tanto en la plata que te va a costar el mantenimiento”. Y agrega: “Una casa de alto consumo energético es más barata de alquiler. Por eso los dueños se ocupan de invertir”.

No podemos no mencionar que la ciudad posee el parque eólico más grande del mundo, el Horns Rev2, que abaste al 40% de la energía danesa, lo que permite dar energía a 425.000 hogares. Hoy se está planeando construir dos parques más para ampliar su capacidad.

Por otro lado, está el punto de trabajo que hace a la movilidad de sus ciudadanos. El 75% de sus habitantes se desplaza a pie, en bicicleta o en transporte público, una cifra que se busca incrementar. Además, la red está pensada para que no necesites el auto: grandes estaciones de trenes con un tiempo de espera máximo de 5 minutos para cada tren, y 375 kilómetros de carriles para bicicletas.

No es fácil llegar a ser Copenhague. Está a la vanguardia en términos medio ambientales y busca constantemente superarse. Esperemos que alcance su objetivo para 2025 y que muchas ciudades más busquen imitarla.

La tarea no será fácil, y requerirá mucha inversión, a la que seguramente a nosotros nos cueste acceder, pero es posible hacerlo. Mientras se incrementan los rumores sobre un “cisne verde” capaz de generar una crisis económica mundial como consecuencia de los desastres naturales desatados por el cambio climático se hace indispensable pensar más como la capital danesa. La separación de residuos puede para nosotros ser un primer paso.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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