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El frigorífico de Santa Elena comenzó a funcionar en noviembre de 2020, con la elaboración de picadillos y viandas para el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que lo distribuyó en diferentes programas para los más vulnerables.

La primera producción fue de 10 mil latas de picadillos. Sin embargo, poco más de un año después la producción fue paralizada y los operarios quedaron a la deriva. Sergio Taselli, titular de Santa Elena Alimentos SA, que explota la fábrica, optó una vez más por el silencio.

Ante el clima de zozobra e incertidumbre, los obreros se instalaron en la puerta del establecimiento desde donde reclaman la reapertura y piden el acompañamiento de la comunidad. Una foto que se ha repetido desde que Taselli adquirió el establecimiento en 2006. En el medio, denuncian que la firma de Taselli se llevó máquinas clave para la producción y que ello es señal de un vaciamiento.
Aquella privatización de los ´90
El conflicto, paradójicamente, coincide con una fecha poco feliz en la historia del pueblo. Y es que el 14 de marzo de 1991, allí mismo, el entonces presidente Carlos Saúl Menem celebró la privatización del frigorífico de la ciudad. El grupo que adquirió el establecimiento fue el de Rodolfo y su hermano Cristian Constantini, que fundaron Euromarché, una empresa creada especialmente para adquirir la firma. Luego pasó a Huancayo S.A. y a Frigorífico Rioplatense SA como primer controlante.

“Quiero felicitar a los empresarios que se hacen cargo de este frigorífico. Si nosotros hubiéramos posibilitado que el frigorífico siga en manos del Estado provincial, dentro de un año quizás no hubiéramos tenido ni cien obreros en este frigorífico o el frigorífico hubiera estado cerrado. Ahora sí hay presente y futuro para los trabajadores y los hijos de los trabajadores”, dijo Menem, acompañado entonces por el gobernador Jorge Busti y su vice Domingo Daniel Rossi, que actualmente lleva adelante su quinta gestión en el municipio del departamento La Paz.
El testimonio de los trabajadores
En este nuevo marco de conflicto, que vuelve a remitir a un viejo anhelo de la localidad. Sergio Espinoza, Eloísa Lovaiza y Sergio Figueredo, tres representantes de los obreros que se manifiesta por la reapertura, cuentan cómo viven la situación. “El 31 de diciembre de 2021 se terminó el contrato. Eran contratos mensuales, que vencían mes a mes. Nuestro reclamo es que estamos exigiendo que nos devuelvan el puesto de trabajo. Hace cuatro meses que no tenemos respuestas. Empezamos a quedar afuera con la promesa de que en 15 días volvíamos, después pasó un mes y ahora llevamos algunos cuarto o tres meses sin trabajo”, explicó.

“Al principio el argumento es que las licitaciones nos salían y ahora es que cayeron. Nosotros no hemos tenido respuestas para volver a ingresar a la planta. Otra de las medidas que tomamos es que no se lleven más máquinas de las que se llevaron. Se llevaban las máquinas con promesa de que las iban a reparar, pero nunca más volvieron”, señaló.

En ese sentido, el trabajador señaló que hubo interesados en hacer trabajar la planta –como una firma de Oro Verde-, pero “quien no está interesado en hacerla funcionar es el dueño”. “Nosotros queremos que vuelva el trabajo. Si él no la quiere trabajar, que la venda, alquile o la entregue”, sostuvo.

Espinoza relató que hace un año y ocho meses la fábrica comenzó a operar, haciendo picadillos y viandas, que llegaron a ser 67 trabajadores activos, incluidos los guardias, pero que con el paso del tiempo el plantel se redujo.

“Del empresario no hemos tenido ninguna respuesta. La señora que es apoderada legal –NdlaR, Alicia Dolores Mauri- nos dijo que las licitaciones habían caído y respecto a las maquinas que no tenía conocimiento de que las iban a llevar. Llevarse esas máquinas es llevarse el trabajo de casi 60 personas. Por eso nos plantamos para custodiar el trabajo. Las quieren llevar para armar una planta en Pilar”, refirió el operario.
La reunión con el intendente
La semana pasada, los trabajadores mantuvieron una reunión con el intendente Rossi. Al respecto, Espinoza señaló que el jefe comunal los apoyó, pero les manifestó que no ha podido comunicarse con el empresario por un encono judicial: existe una demanda del municipio por el pago de tasas por parte de Santa Elena Alimentos; y a ello se suma la demanda de la firma contra la Administradora Tributaria de Entre Ríos (ATER). Dichas demandas fueron reveladas periodísticamente, en enero de este año. En los últimos días los trabajadores han recibido el apoyo de la comunidad y organizaciones sociales, que se acercaron para hacer una olla popular, sin embargo, sostiene que la solución está en la esfera política. “Esto no lo vamos a solucionar nosotros parándonos ahí afuera, esto es un problema político”, subrayó Espinoza.

Por su parte, Eloisa Lovaiza, quien se desempeñaba en la parte administrativa de la firma, aseguró que la última vez que se despachó producción fue en noviembre de 2021: “La producción se armaba y los camiones e iban al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación o hacia Pilar”.

“La gente tiene que entender que no es que la fábrica no sirve más: está intacta. Ahí se puede trabajar”, dijo y agregó que lo que sigue sucediendo es que “Santa Elena crecer pero cada vez hay menos trabajo”.

En tanto, Sergio Figueredo, contó que ingresó a la planta como operario, puesto que se recibió del Instituto Fernando Torres Vilchez, de educación técnica, y tuvo experiencias laborales en el rubor en Rosario.
Interesar al gobernador
Sergio es parte de una camada joven de trabajadores que deben ponerle el cuerpo al reclamo por la reapertura de la fábrica. “Hemos tomado una iniciativa y queremos ser responsables en lo que decimos y hacemos. Vamos paso a paso y pensando, acompañados de quienes vengan a aconsejarnos. La iniciativa la tomamos y eso implica una responsabilidad. Tratamos de ser serios a la hora de tomar decisiones”, manifestó.

“Dimos un paso de prender una llama de ilusión, pero no esto no depende sólo de nosotros. Depende de cuestiones políticas y de la ciudadanía en general para presionar a los políticos. Necesitamos a todos unidos, dejando de lado las diferencias políticas para dar solución a la falta de trabajo en la ciudad”, completó.

Al final, Espinoza retomó la palabra para interpelar a las autoridades municipales, provinciales y nacionales. “Taselli no va a aparecer. En años anteriores hacía lo mismo y nunca apareció. Simplemente el pedido que hacemos es que nos acompañante. Nosotros queremos trabajar. Si no es para mí, que sea para mis hijos, nietos o por un santaelenense más que no se tenga que ir como se fueron tantos”, expresó.

“Queremos llegar con nuestro reclamo al gobernador y a las autoridades nacionales para que nos acompañen, para que Santa Elena sea lo que fue en una época”, cerró.
Fuente: Entre Ríos Ahora.

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