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El senador provincial por el Departamento Federación, Rubén Dal Molín (Juntos por el Cambio), puso en duda que la quita de subsidios a la energía eléctrica, gas y agua potable, desde el aspecto fiscal, reduzca el déficit primario del Estado. “Para Entre Ríos, poco cambiará”, comenzó diciendo. “En términos comparativos, seguiremos siendo la provincia que, ante sus semejantes, tiene una tarifa alta para la prestación de este servicio. Por un lado, por el valor agregado de distribución, es decir, por el costo operativo que tiene Enersa y, en segundo lugar, por el componente impositivo, que comienza cuando el mismo Estado provincial le cobra a su propia empresa Ingresos Brutos (IIBB). Para tener en cuenta, en 2021, esa cifra fue de 644 millones de pesos y este año, rondará los 1.300 millones”, detalló luego.

Para Dal Molín, el impuesto a los Ingresos Brutos para la electricidad “es distorsivo” y dejó planteado que esa situación seguirá “si no se establecen consensos y armonizaciones para igualar impuestos con provincias vecinas”.

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El legislador sostuvo que “la armonización, objetivo también de los consensos, tiene que ver con igualar impuestos con provincias vecinas, de manera tal, de evitar traslados de empresas o favorecer inversiones en términos igualitarios”. Como ejemplo, mencionó que “hay empresas citrícolas o de la industria maderera, ubicadas en nuestro norte entrerriano, que trasladaron sus plantas a Corrientes, por diferencias impositivas y el costo de energía eléctrica”.

Ante esta situación, aseguró que “Entre Ríos pierde competitividad” y contrastó algunos datos: “En Corrientes la industria manufacturera tiene alícuota cero, en Entre Ríos es de 1,5%. En Corrientes no existe impuesto en la energía eléctrica, en Entre Ríos sí”.
Fuente: El Entre Ríos / Prensa Rubén Dal Molín

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