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Mirando un chat de WhatsApp en la pantalla
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Después de tres audiencias vedadas al público y al periodismo, el debate por la Causa Los Charrúas volvió a ser abierto. Atrás quedaron las reuniones a puertas cerradas en las que se escucharon 79 archivos de audio surgidos de la intervención de las líneas telefónicas de los imputados.

La sesión de este viernes, que comenzó pasadas las 9 y 20, se volvió particularmente tensa cuando habló Alexandre Doubña, el joven contratado de la Municipalidad de Los Charrúas, imputado en la causa caratulada “LARROCCA, JULIO CESAR; DOUBÑA, ALEXANDRE EMMANUEL y SEGOVIA, RAMON JOSE S/ FALSEDAD IDEOLOGICA (Y PECULADO EN CONCURSO IDEAL)”.

Doubña, quien es defendido por el experimentado Rafel Briceño, aparece a primera vista como el más “débil” de los tres acusados, tanto por el lugar que ocupaba en la estructura municipal (era contratado), como por tratarse de un joven maestro mayor de obras, y, por tanto, sin trayectoria, ni influencias, ni respaldo económico. A su vez, debe lidiar con una realidad fácilmente constatable y que él admite abiertamente: las certificaciones fraudulentas por las cloacas y el cordón cuneta, que documentaban un avance de obras inexistente, llevan su rúbrica.

Durante la etapa de la investigación penal preparatoria, Doubña colaboró con el Ministerio Público Fiscal, poniendo a disposición correos electrónicos y chats de WhatsApp y de Facebook, con los que abonó la hipótesis de que actuó bajo indicaciones expresas del intendente de entonces, Rubén Chaparro (que admitió su culpa y firmó un juicio abreviado), y del asesor letrado, Julio César Larrocca.

El presidente de la Liga Concordiense de Fútbol, obviamente, tiene otra mirada de los hechos. Una y otra vez se lo ha escuchado decir en las audiencias que cada cual debe hacerse cargo de sus actos. Larrocca postula que él era sólo un asesor legal externo, sin incumbencias en las certificaciones de obras, por lo que la responsabilidad de su confección recaería en quien las firmó -Doubña- y quien era su superior, Rubén Chaparro.

Así planteadas las cosas, el Tribunal, las defensas y Fiscalía siguieron con especial atención lo que Doubña tenía para decir este viernes por la mañana. El joven no sólo habló. También presentó un croquis que resumía sus explicaciones y, por último, presentó un chat de WhatsApp, con fecha de este jueves 17 de agosto, con un exviceintendente de Los Charrúas. A pedido de Briceño, el tribunal aceptó que ese exfuncionario sea citado a declarar en el juicio.
Las principales frases de Alexandre Doubña

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El joven no aceptó responder preguntas, salvo aquellas que le formuló su defensor Rafael Briceño:

-¿De quién recibía usted directivas? -preguntó el letrado.

- De Chaparro y, siempre que estaba, de Larrocca recibía las directivas mayores. En las menores, me dirigía al Secretario de Gobierno, Jorge Sampayo, y a la Secretaria de Hacienda, Roxana Grigolatto.

- Concretamente, ¿alguna de esas personas le indicó que tenía que hacer las certificaciones? -insistió Briceño

- Sí, ya lo dije, Julio Larrocca. El primer certificado vino en razón del pedido de él específicamente, en la oficina de Rubén Darío Chaparro. Por eso yo lo puse en el plano (por el croquis que armó para explicar). Cuando Larrocca venía, su oficina era la misma que la del intendente.

- ¿Puede repetir cómo fue esa conversación, esa directiva?

- Él siempre llegaba y, así como hizo en la apertura, acá, cuando lo habló al Fiscal con el dedo, de la misma forma me hablaba a mí. Él tiene un poder bastante... voz fuerte y, en su momento, a mí no me quedaba otra porque, se suponía, según Chaparro, y según los otros, los que tenían la última palabra eran ellos, o sea, la parte del Ejecutivo y de la Asesoría, que yo tenía que respetar esas condiciones.

A mí, en varias oportunidades, Sampayo (Jorge Sampayo era Secretario de Gobierno) me llamó. En una me dijo que corría el riesgo de renovación de contrato si yo no seguía con las certificaciones. Es más, para explayarme un poco más, y entender por qué el intendente denunciante (Ariel Panozo Zenere) y su asesora legal (Rosa Kuhn) me cazaron a mí algo en particular, es porque a mí Chaparro y Sampayo me obligaban a participar de jóvenes de no sé qué, de la juventud no sé cuánto, del PJ. Yo tenía que ir a pegar carteles en mi pueblo y yo política cero, nunca. Mi papá no me inculcó esos valores. Mis valores son del trabajo y es lo que hice.
La primera certificación, con fotos falsas
En otro pasaje de su declaración, Alexandre Doubña recordó cuando le pidieron que confeccionara el primer certificado falso, del que se derivaron los demás, también falsos:

- Rubén Chaparro, junto a Julio Larrocca y Marcelo Riveras, me reúne para decirme que, como no había dinero, había que certificar un primer certificado falso. ¿Con qué? Con fotos falsas. (…) ¿Por qué yo digo que Larrocca a mí me decía qué hacer? No lo digo porque yo movía la birome y él me estaba diciendo ‘firmá acá’ o me traía un papel y me lo hacía firmar, sin que yo sepa qué era. No. Yo estaba consciente de lo que estaba firmando, en ese momento. Él me dijo que estas cosas en todos los municipios se hacían así. Perfecto. Se los hice a los certificados y se los entregué. (…) ¿Qué pasó? Más adelante, otra vez certificado, nuevamente falso, si con la plata que vino había que volver a certificar y así sucesivamente tuve que, a causa del primer certificado, seguir certificando porque los muchachos me pedían porque no había plata que llegara. Ellos me decían que tenía que certificar para que la plata llegara, pero de ahí en más, si era así o no, yo no lo sé.
Quién y cuándo ordenó hacer el cordón cuneta de 85 cm en vez de 1 metro
Doubña también recordó cuando le ordenaron reducir el ancho del cordón cuneta:

- Tuvimos otra reunión, en la cual una vez estuvo presente Segovia, en la cual Chaparro es el que decide que los cordones cuneta tenían que ser de 85 centímetros. Yo en ese sentido, cómo me iba a oponer a lo que el Ejecutivo me decía. ¿Cómo me iba a oponer si yo era un empleado? Vuelvo a insistir, a mí me renovaban los contratos cada tres meses y el señor Sampayo era el que me decía 'si vos acá no hacés este trabajo, ¿para qué estás?'. Hasta con eso jugaba. Jugaban con mi contrato, hostigándome, diciéndome para qué estaba yo ahí si no les iba a servir en nada. Yo ya tenía familia, una casa.
El apuro al terminar la gestión de Chaparro
Doubña también recordó cómo habría sido la situación cuando se aproximaba la fecha en que Rubén Chaparro debía dejar la intendencia de Los Charrúas a Ariel Panozzo Zenere:

-Llegamos al final de la etapa, cuando se está por retirar el intendente Chaparro, ya llevábamos la certificación al cien por ciento, y entonces me piden a mí -quiero que tomen muy en cuenta esto-, en diciembre me pide Chaparro junto a Riveras la certificación al 100 por 100 de las dos obras. Yo se las presento. Pero de ahí en más, cuando queda en poder de Chaparro, las actas que firmaron de finalización y la declaración jurada de finalización de obras las firman Chaparro y Riveras. Yo no estoy ahí. Sin eso, esa plata no se hubiese podido mover.
La llamada número de 10, entre Larrocca y su esposa
Alexandre Doubña se apoyó en anotaciones que hizo en un cuaderno para repasar el contenido de los archivos de audio que fueron reproducidos en audiencias cerradas. Trajo a colación especialmente el número 10:

- En la llamada 10, Julio Larrocca con la esposa, dice "el 99% de los problemas de mi vida es por meterme en cosas. Si no le hubiese ido a ese pendejo a decir en algún momento 'che, apurá la certificación para que pueda venir la plata', el pendejo ese no me hubiera metido". Está más que claro que está hablando de mí, se refiere a mí. Si él no me hubiese apurado, yo hoy no estaría acá.

Doubña también hizo referencia a llamadas telefónicas donde se llegó a decir que “el rubiecito” (Alexandre Doubña es rubio) estaba muerto como Sampayo (cabe recordar que Jorge Sampayo fue asesinado en 2016).

El maestro mayor de obra dijo: “Se pueden dar cuenta de que me querían echar toda la culpa a mí, el ‘rubiecito’, que tendría que estar ‘muerto como Sampayo’. Todas esas cosas para mí son horribles y van a quedar en mi cerebro hasta el día de mi muerte, porque me han hecho daño, daño, daño”.
Nueva prueba y nuevo testigo
La última parte de la audiencia, pasado el mediodía, derivó en que el Tribunal aceptó que se incorporara como parte de la declaración del imputado a la información extraída del celular de Doubña, donde conversa por WhatsApp con el exviceintendente Alcides Besel.

También los magistrados aceptaron el pedido del defensor Rafael Briceño para que Besel sea citado como testigo a la próxima audiencia.

Según Doubña, Besel admitió en el chat por WhatsApp que “a él le ocultaron toda la información” y que “los que debían estar presos son Julio Larrocca y Segovia”. “Tengo los mensajes. Les dejo mi teléfono a disposición”, dijo el joven, y acercó, decidido, su celular al estrado. Su propuesta tuvo cabida y, en efecto, el chat quedó agregado a su declaración, y Besel será citado a brindar testimonio en la próxima audiencia.

Los defensores Jorge Romero y Enrique Oscar Bacigaluppe, y el propio presidente de la Liga Concordiense de Fútbol, se opusieron a la convocatoria a Besel. Larrocca incluso aclaró que el “Ñato”, como le dicen, no habría sido viceintendente en el período en que se llevaron a cabo las obras cuestionadas, sino que tenía un rol en el corralón.

Pero el tribunal terminó dándole cabida al pedido para que Besel sea citado como testigo en la próxima audiencia.
Fuente: El Entre Ríos

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