-¿Por qué?
-Por nuestra fe. El argumento tenía que ver con las convicciones religiosas.
-¿Aparece volcado en un escrito o se lo dicen verbalmente?, ¿está documentado que le dicen que no por cuestiones religiosas?
-Hay un informe escrito que avala todo lo que estoy diciendo y en el cual argumentan que nuestra creencia, nuestro modo de vida y nuestra filosofía de vida, digamos, no condicen con la viabilidad de una adopción.
En entrevista en el programa Despertá con Nosotros, por Oíd Mortales Radio, Duarte relató la experiencia vivida, a la par que pidió un urgente cambio del “sistema”. “Hay una falla del sistema y esto es lo que venimos a visibilizar”, enfatizó.
Desde Oíd Mortales Radio y El Entre Ríos se consultó al equipo del Registro Único de Adoptantes. Con mesura, explicaron que no pueden divulgar detalles de ningún caso. “Estamos obligados a resguardar el secreto profesional y a proteger la intimidad de las personas”, dijeron. A su vez, dejaron en claro que “no se discrimina ni por creencias religiosas, ni por elección sexual, ni por ideas políticas” al momento de decidir respecto de la aptitud de los aspirantes a la adopción.
“Nos expresamos de acuerdo a nuestras creencias”
Al reconstruir momentos de la evaluación que les hicieron desde el RUAER, David Duarte recordó: “Te dicen que el chico tiene esta complejidad, viene de un hogar de drogas o viene de un hogar de violaciones o viene de un hogar vulnerable, etcétera. Ellos te manifiestan todas las complejidades y te ponen un supuesto, para ver cómo te manejarías con eso. Nosotros, de acuerdo a nuestra creencia -somos una familia común, normal, de bien, como cualquier otra familia de la ciudad, no somos mejores que nadie, somos profesionales, somos trabajadores, somos gente de bien, lo normal- nos expresamos con respecto a eso de cómo nos manejaríamos y sobre todas las cosas partimos de la base del amor. Cobijar a un niño tiene que ver con el amor, no hay nada mejor que eso y que sane a ese chico, digamos. Obviamente, cuando se habló de todas esas cuestiones, siempre íbamos al mismo punto y es casi incomprensible de parte de este sistema -digo de este sistema porque es este sistema el que está fallando- es casi incomprensible debatir desde ese lugar. Es como un juicio de valor que ellos emiten hacia una persona diciendo ‘vos no sos apto’. Por qué… bueno, tu ideología… o sea, vos tenés que encarar el tema desde otro lugar y no desde lo espiritual, sino desde otros lugares”.-¿Cuántos profesionales intervienen? ¿En algún momento les sugirieron terapias? ¿Las hicieron?
-Las sugerencias están de ir a terapia. Estamos rodeados de profesionales, rodeados de amigos, estamos asistidos con profesionales. O sea, cumplimos a rajatabla y al pie de la letra todo eso. Porque si se evalúan las emociones, obviamente uno tiene que estar más a tono, o sea, responder a eso, si por ahí quedan dudas o algo. Hemos propuesto incluso la posibilidad de presentarles unos psicotécnicos. No los que hicieron en ese momento, pero los hemos puesto a disposición. Hemos ofrecido muchas herramientas nuestras, profesionales privadas. Algunas aceptaron, otras no. El equipo técnico son tres personas. Al principio eran dos, hoy son tres. Son dos psicólogas y una persona que trabaja en la parte de asistencia social, conocidas en la ciudad. Después del primer proceso, esperamos dos años, nos volvemos a inscribir y fuimos al segundo proceso que comenzó en el 2023. Terminó hace una semana. Pasamos exactamente lo mismo. Copia y pegue, digamos.
-¿Pusieron algún límite de edad al niño/a que adoptaran?
-Cuando vos te inscribís tenés que poner sí o sí en el formulario qué buscas, si primera infancia o segunda infancia o bebés.
-¿Qué eligieron ustedes?
-Segunda infancia, chico de cinco, ocho, diez años. Además sumamos la posibilidad de hermanos. O sea, no teníamos problema con eso.
-¿Ustedes tienen alguna instancia para apelar esta decisión del RUAER? ¿O se cierran todas las puertas para siempre?
-Existe. La ley te ampara. No solamente defiende el derecho de los niños, sino que también defiende el derecho de los aspirantes. Hay leyes, hay recursos que uno puede hacer; un perito de parte, por ejemplo, al que se pueda recurrir y poder hacer que se evalúe otra vez. ¿Por qué? Porque es un juicio de valor sobre las capacidades de las personas que no se puede hacer desde un escritorio.
“El Estado está en problemas”
Además de reflejar su propia historia, David Duarte cuestionó el funcionamiento del sistema de adopciones, al señalar presuntas contradicciones.“El Estado está en problemas porque por un lado me hace no apto a mí, pero por el otro lado, ellos mismos te cuentan que están teniendo muy malas experiencias con las vinculaciones de los chicos. Los chicos están siendo vinculados a una casa, a un hogar, a una futura familia, pero luego de un tiempo se desbordan, no saben qué les pasa, entonces vuelven a la institución. Y así están, de institución a casa, de institución a casa, y así pasan los años. Un chico entra a los cinco años a una institución y a veces pasa cinco años hasta que pueda llegar a un hogar, a una casa. Los chicos tampoco están siendo preparados para poder convivir con una familia, o sea, tampoco son enseñados. Hay una falla del sistema. Y esto es lo que venimos a visibilizar”, remarcó. Y concluyó: “la ley de adopción argentina tiene que revisarse completa, es así. Esto es lo que venimos a traer y a dejar en la mesa para el debate”.
-¿Les trajo alguna consecuencia, sea positiva o negativa, haber visibilizado o haber comenzado a visibilizar todo esto? ¿Recibieron algún llamado de los organismos pertinentes?
-No, estamos esperando. Todavía nada.