Finalmente, ocurrió al iniciarse esta semana, cuando se hizo efectiva su detención en Gualeguay, donde vivía desde hace años y, tras permanecer unas horas en la Jefatura Departamental de Policía, se dispondrá su traslado al penal.
El alto tribunal provincial había confirmado hace tiempo la sentencia dictada en primera instancia, coincidiendo con lo dispuesto por la Cámara de Casación en segunda instancia. Los defensores, no satisfechos con esta decisión, decidieron acudir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero para ello debían solicitar al Superior Tribunal de Justicia provincial que le concediera el permiso.
A principios de agosto, el máximo órgano entrerriano le negó la concesión y ahora, por más que la defensa pueda acudir en queja, el condenado debe comenzar a cumplir la sentencia.
