El conjunto bávaro logró el quinto título de su historia y volvió a levantar la “Orejona” después de 7 temporadas, ya que su última obtención había sido en la edición 2013/2014. PSG quedó a las puertas de su primera consagración continental y en la definición presentó como titulares a los argentinos Leandro Paredes y Ángel Di María, quienes fueron sustituidos en la segunda mitad. Mauro Icardi integró el banco de suplentes y no tuvo minutos.
El partido tuvo un desarrollo interesante entre dos equipos con posturas distintas: Bayern, con un andamiaje colectivo aceitado y PSG apostando al desequilibrio individual de sus estrellas, Neymar y Mbappé. Justamente estos dos hilvanaron la primera clara sobre el primer cuarto de hora, pero Neuer achicó bien y salvó a su equipo.
En la réplica, el goleador de Bayern, Lewandovski, estrelló su remate en un poste tras una media vuelta. Y al rato Di María definió alto una buena ocasión, dentro de un juego que en ese pasaje se transformó de ida y vuelta. Prosiguiendo ese ritmo, Lewandovski cabeceó y obligó una notable atajada de Navas, quien finalmente salió como titular en el arco del cuadro parisino.
No obstante, la más clara de la etapa, en la que Bayern fue un poco más que su rival, la tuvo PSG cuando Mbappé aprovechó una mala salida de Alaba y habilitó a Herrera, quien ante la salida de Neuer le devolvió el balón al francés, que sorprendido, definió mal.
El complemento trajo consigo el único gol de la noche portuguesa cuando a los 14’ Goretzka mandó el centro al segundo palo y Coman, de cabeza, señaló el tanto de la consagración.
Marquinhos, tras gran maniobra de Di María, tuvo la chance propicia para empatarlo, pero su disparo quedó en manos de Neuer, sin dudas la figura del partido.
El cuarto de hora final encontró a los alemanes buscando sostener el balón hasta que surjan los espacios para conseguir el segundo tanto. PSG dependió exclusivamente de alguna genialidad de Neymar, que intentó, pero no tuvo ninguna ocasión clara para el empate.
El pitazo final del italiano Daniele Orsato dio inicio a los festejos del Bayern, indiscutido campeón, que coronó la Triple Corona (también se quedó con la Liga y la Copa de Alemania) y alcanzó los 30 partidos -29 triunfos y un empate ante Leipzig- sin derrotas.
