En primer lugar, en el comunicado remitido a El Entre Ríos, la dirigente hace referencia a un mural pintado en la Escuela Secundaria a la que asistió, en Gualeguaychú. “Es una muestra clara de lo que sienten muchos jóvenes”, aseguró.
Sugirió, luego, que “a unos días de que arranque el mundial quizás sea necesario recordar que no estamos jugando un partido. El fanatismo debería quedar en la cancha”, pidió y añadió: “Muchos jóvenes elegimos involucrarnos en política para dar las discusiones que necesitamos”, dijo y mencionó los principales temas.
A continuación, la columna de opinión completa de la abogada gualeguaychuense:
Caminando por las calles de Gualeguaychú me encontré con este mural de chicos de la Escuela Normal, mi escuela. La construcción de murales es parte de la expresión artística sobre los problemas más importantes que vemos cuando estamos en los últimos años de la secundaria.
No sorprende, pero duele. Es una muestra clara de lo que sienten muchos jóvenes.
No es bronca, es falta de esperanza. En la política, en que las cosas puedan cambiar.
La ministra de trabajo en las últimas horas salió a decir, literalmente que este mes -por el mundial- la inflación no es tan importante.
En Entre Ríos, crecen los rumores sobre la intención del kichnerismo de cambiar las reglas del juego incorporando la Ley de Lemas. Una degradación democrática. Otro golpe institucional que no hace más que poner en manifiesto lo que el gobierno nos dice todos los días: lo que les preocupa, lo que sueñan, lo que eligen, no importa: Acá solo se discute poder.
Hoy más que nunca pedimos a gritos a la dirigencia política responsabilidad. Al gobierno que tiene que la responsabilidad mayor pero también a la oposición. Necesitamos creer qué hay un futuro de progreso posible.
Las chicanas, las peleas, los reclamos, el internismo sin discusión de ideas, solo nos sumergen en la desesperanza.
No podemos convertirnos en aquellos que juegan al juego de la silla en un país donde la mitad de los jóvenes son pobres, la mitad de de los adolescentes no terminan el secundario, solo uno de cada diez accede a la universidad.
Los que no se pueden ir, no pueden estudiar. Los que pueden estudiar, se quieren ir.
Necesitamos gestos de la dirigencia política de que el cambio es posible y que no es meramente una discusión de nombres.
A unos días de que arranque el mundial quizás sea necesario recordar que no estamos jugando un partido. El fanatismo debería quedar en la cancha.
Muchos jóvenes elegimos involucrarnos en política para dar las discusiones que necesitamos: reformar el Estado, generar trabajo, mejorar la educación, cuidar el ambiente, acompañar a los emprendedores, mejorar el acceso a la salud en general y a la salud mental en particular.
Nos involucramos porque soñamos y creemos que la realidad puede cambiar. Queremos y nos sentimos responsables de dar todas esas discusiones. Por eso, pedimos una vez más que todos seamos parte y protagonistas del cambio que queremos ver en la sociedad.
