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La jueza Lilia Carnero dictó la sentencia.
La jueza Lilia Carnero dictó la sentencia.
La jueza Lilia Carnero dictó la sentencia.
Hace una década, un prostíbulo que funcionaba en la ciudad de Nogoyá fue clausurado, pero continuó funcionando de manera clandestina. El responsable del lugar ya había sido condenado, mientras que ahora fue sentenciada la dueña del lugar por el delito de Trata.
La causa
La causa se originó el 9 de junio de 2013, a partir de llamados anónimos recibidos en la Jefatura Departamental Nogoyá, que advertían que el local ubicado en calle Diamante y Juan José Paso, donde funcionaba el prostíbulo El Padrino, que había sido clausurada el 18 de enero de ese año por la División Trata de Personas, dos personas que antes trabajaban allí cumplirían funciones de “alternadoras”. Para ello, alquilaban habitaciones en una propiedad lindera, atendiendo por la noche a clientes conocidos.

Tras las averiguaciones del caso, se inició una investigación para verificar si se estaba desarrollando el mencionado delito, hasta que el 3 de noviembre de 2013 la Justicia Federal libró una orden de allanamiento en el local junto con la asistencia de profesionales de la Oficina de Rescate y Acompañamiento de personas damnificadas por el delito de Trata de Personas.

Allí encontraron y rescataron a tres mujeres que se encontraban en situación de prostitución, y se hallaron diversos elementos vinculados con el delito investigado.

Luego se pudo constatar que la propietaria del inmueble y responsable del local era E.M., de 64 años, oriunda de la provincia de Misiones, a quien se le imputó haber acogido con fines de explotación sexual a tres mujeres. En concreto, le endilgaron el delito de Trata triplemente agravado por haberse aprovechado de la situación de vulnerabilidad, por el número de víctimas y por haberse consumado la explotación sexual.

Se destacó el informe del mencionado Programa Nacional de Trata. Allí las profesionales mencionaron que entrevistaron a tres presuntas víctimas. Una de ellas manifestó que hacía un mes que conocía el lugar, que una de las hermanas que residía en Nogoyá le había dicho que podría trabajar. Contó que vivía con su hermana y una amiga, que se prostituía desde antes, en Santa Fe y otras localidades de la zona. Asimismo, refirió que tenía un hijo de 2 años con problemas de salud y que era ella la única que lo mantenía.

Otra de las mujeres relató que residía hacía 13 años en Nogoyá, que vivía en ese sitio, donde le pagaba un alquiler a E.M., a quien conocía desde varios años antes y trabaja para ella en el prostíbulo El Padrino, además de hacer trabajos de peluquería y tirar el tarot.

En el informe se refirió que era un hombre, D.L., el responsable del funcionamiento del lugar, como cobrarles a los clientes y pagarles a las mujeres los porcentajes de cada “copa” y de cada “pase”.
La dueña, condenada a prisión
Para la jueza Lilia Carnero, que analizó el acuerdo de juicio abreviado, “todo el cuadro probatorio reunido es suficientemente demostrativo de que D.L. tenía el dominio de los hechos que ocurrían en el prostíbulo allanado”, aunque “fue constatada la intervención de E.M., pues participaba en el funcionamiento, ella era quien les daba alojamiento a varias de las mujeres, especialmente a una de ellas, que resultó ser la única víctima, que se constatara con certeza”.

La magistrada homologó el acuerdo y dictó la sentencia de cuatro años de prisión para la acusada, que cumplirá con la modalidad de arresto domiciliario.
Fuente: UNO Entre Ríos

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