Luego de confesar el crimen, la joven fue trasladada a la sala de salud mental del Hospital Centenario por encontrarse en estado de shock. Pero antes, cerca del mediodía de este viernes, la chica de 19 años escribió el mensaje en su cuenta de Instagram. Nahir es hija del oficial de la Policía de Entre Ríos, Marcelo Galarza, de quien es la pistola calibre 9 milímetros con la que fue perpetrado el crimen. Los primeros informes periciales realizados en Paraná confirmaron que las vainas secuestradas pertenecen a un arma policial.
"Nahir le sustrajo el arma al padre, y luego de los hechos la depositó en su lugar. El padre fue a trabajar con su arma. La responsabilidad de Marcelo Galarza es la misma que si alguien te roba un auto y mata a una persona. El jamás imaginó que sucedería lo que sucedió", confirmó a Radio Máxima el abogado de la joven, Víctor Rebossio.
Sobre su defendida, comentó que "es estudiante aventajada de Abogacía, aprobó todas las materias y sólo le faltaba una. Era una joven impecable que no tiene antecedentes, y no sé si tiene antecedentes psiquiátricos, pero no descarto alguna alteración mental por causa de hechos externos, ajenos".
La joven había terminado sus estudios secundarios en la Escuela Normal de Gualeguaychú, para luego comenzar la carrera de Abogacía en la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU) Regional Gualeguaychú.
El homicidio se produjo alrededor de las 5.30 de la mañana del viernes en el barrio Tomás de Rocamora, donde Fernando Pastorizzo, de 20 años, recibió dos disparos cuando conducía su moto, el primero de ellos en la espalda. Nahir Galarza se presentó por la mañana como testigo, y en la noche del viernes llegó espontáneamente a Tribunales y se hizo cargo del crimen.