Su viaje se relaciona con la actuación del ejército nacional que entonces realiza infructuosos esfuerzos para dominar la segunda revolución jordanista, no obstante haberse enviado a Entre Ríos más soldados que a la guerra del Paraguay, según lo denuncia el diputado Moreno al autorizarse una nueva movilización de 20.000 hombres.
Sobre esta visita, Leopoldo Lugones, en su libro "Sarmiento ", comenta: "El presidente desembarca en Rosario, con dos ametralladoras, arma nueva que acaba de introducir junto con una dotación de artillería de sitio; y so pretexto de probarlas, acribilla de proyectiles el edificio del Colegio Nacional en construcción. Vuelve a hacer lo mismo en el Paraná, (con el edificio de la Escuela Normal que fue sede del gobierno de la Confederación), mientras la prensa opositora clama contra esa locura. Es el mensaje que manda a los rebeldes. La montonera acostumbrada a llevarse por delante las piezas de tiro lento, queda notificada. Después arregla en una conferencia la campaña".