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El director departamental de Escuelas Colón, Eduardo Paredes, y la responsable de Arquitectura Zonal Betiana Rossier, encabezaron este lunes una conferencia de prensa en el edificio de la Escuela Normal Superior ROU (Bolívar 828), para dar a conocer el informe técnico requerido a partir de un supuesto temblor ocurrido en el mes de abril en ese lugar. Participaron directivos, supervisores y referentes de Agmer. “En algún momento analizaremos si esta situación fue provocada, premeditada o sin sentido”. En estos días de espera, la mayoría de las cosas que pasaron fueron muy desagradables” y resaltó “el nivel de agresividad con que se manejaron algunos”.

El funcionario habló de “la pesadilla de casi dos meses, que nos llevó a trabajar de una forma en la que no queríamos. Principalmente yo no quería, pero cedimos a algunas presiones”.

Y al respecto profundizó: “Nos sentimos muy presionados por algunos papás. Entendíamos el temor de algunos, pero el nivel de violencia con el que se trataron algunas cuestiones en la puerta de la escuela y de departamental, es injustificable”.

Antes de dar la palabra a la Arq. Rossier, el director departamental anunció que este miércoles los niveles inicial y primario volverán a ocupar el edificio, en tanto el nivel superior lo estará haciendo la semana próxima.
Informe
“Estamos a 49 días de aquel 24 de abril en que fueron suspendidas las clases y luego llevadas a otra modalidad”, comenzó diciendo la titular de Arquitectura Zonal.

“Ese día me sentí muy agredida. La violencia nunca puede ser el camino. Creo que no merecí ese trato”, sostuvo siguiendo la línea que había iniciado Paredes, para dar paso luego “al diagnostico estructural que nos avala la vuela a clases”.

El informe fue ejecutado por una consultora privada, debido a que las gestiones con la Universidad Tecnológica nacional “no llegaron a buen puerto”.

“Quien realizó la tarea es el Ing. Iñaki Maldonado (Matrícula 5510), quien la semana pasada constató ocho puntos en los que hubo una primera instancia de evaluación, análisis estructural y de los planos y estudios del suelo”.

Haciendo hincapié en el diagnostico y la conclusión, la arquitecta citó textualmente: “La estructura de hormigón armado que soporta el peso y lo transmite al suelo, formada por losas, vigas y columnas, no presenta visiblemente ningún tipo de deterioro o falla… Las losas no presentan panzas o flechas excesivas visibles, no tienen deflexiones en los distintos ejes, no hay grietas o fisuras, no hay descascaramientos o desprendimientos de material. No se observan los hierros de la parrilla, lo cual asegura el recubrimiento correctamente colocado”.

“Como conclusión, puede decirse que la estructura se encuentra en óptimas condiciones para su funcionamiento”.

Explicando lo que motivó el estudio, el escrito menciona lo que habría sucedido ese día: “La escuela realiza un simulacro de evacuación, conforme a lo que establecen los reglamentos. Durante el simulacro, los chicos se encuentran dentro del aula y en un determinado momento tienen que salir y evacuar el edificio. En uno de estos simulacros, una docente se encontraba en un aula de planta alta y al salir los chicos del aula contigua, siente unas vibraciones y se comunica con sus directivos”.

Sobre esto, explica: “Las vibraciones son un fenómeno físico que siempre existen en todas las estructuras. En este caso, hablamos de vibraciones transmitidas por el movimiento de personas”.

En cuanto a la sensibilidad humana a este tipo de fenómenos, “es muy aguda, pudiendo sentir amplitudes de desplazamientos tan bajas como 0,01 mm”.

Concluye en que “estas vibraciones no afectan la resistencia de las estructuras, pero sin embargo sí se sienten afectadas las personas mediante la desconfianza o por la molestia generada… Es más bien una incomodidad ante ellas que una cuestión patológica del edificio, el cual se aprecia en buenas condiciones estructurales”.

“Las vibraciones no van a desaparecer; más bien habrá que convivir con las mismas y entender que por sí solas no generan fallas en la estructura, ya que al día de hoy el edificio se encuentra en perfectas condiciones”.

Finalmente, Rossier repasó las distintas gestiones realizadas en este tiempo, en el cual “vinieron un total de siete ingenieros civiles”.

El informe escrito quedará plasmado en un acta, a disposición de quien lo solicite.
Fuente: El Entre Ríos

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