“Tipo 15.30 teníamos ingreso a la torre”, comienza diciendo la crónica. “A esa hora recibimos el alerta en los teléfonos de que se vendría una tormenta con hora a las 17”. No obstante ello, decidió seguir adelante para aprovechar al máximo su estadía: “Pensamos: ‘Subimos y para las 17 ya estamos abajo’”.
De repente, la gente corría en la parte exterior. “Vimos algunos niños y les hicimos un lugar junto a sus padres”, contó respecto a su reacción, a la vez que podía sentir de qué manera caía el granizo, “porque entre las estructuras de la gran torre se filtraban algunos trocitos de hielo que llegaban hasta nosotros”.
El contingente estuvo en esa posición por aproximadamente 20 minutos hasta ser evacuado, algunas personas a pie y otras vía ascensor: “Fue solo en el momento -describió- en que salimos del lugar en el que estábamos, cuando pudimos ver desde el segundo piso de la torre el Campo de Marte pintado de blanco y las terrazas de la torre colmadas de hielo”.
Para las 17, hora en la cual se encontraba originariamente previsto el temporal, ya se encontraba en la base. “Bastante mojados, pero contentos
porque subir a la torre sube cualquiera, pero una granizada no se vive todos los días”, concluyó, dando testimonio de un inolvidable paso por la estructura de 312 metros.