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Cristina y Urribarri, en el tren
Cristina y Urribarri, en el tren
Cristina y Urribarri, en el tren
Ni la realidad es un montaje teatral, ni la vida una representación en un escenario. Aunque así se creyó durante el cristinismo, durante el cual se suponía que lo principal pasaba por elaborar un relato. Salpimentado por "La Mancha de Rolando" del amigo de Boudou o por la agrupación "Fuerza Bruta", con la que se nos sacudió excelentemente durante los festejos del Bicentenario. O también, con aparente seriedad, publicando los índices oficiales de precios, que minuciosa y tramposamente dibujaban secuaces de Guillermo Moreno.

En nuestra provincia durante esa época tampoco nos privamos de nada, y una de las cosas que se vio, fue a nuestro gobernador de ese entonces, disfrazado de ferroviario. Remembranzas de su padre, un excelente funcionario del riel, uno de cuyos últimos destinos fue el de Jefe de Estación de Arroyo Barú, una de las localidades –esas "aldeas estaciones"- que, como es también el caso de Ubajay, ha podido absorber con éxito el cimbronazo que significaran los ferrocarriles parados.

Algo que explica la pasión del ex funcionario de intentar vestirse de "trabajador ferroviario", ropaje que no le calza ni por defecto, ni por exceso. A la vez que, yendo más allá, nos haya brindado a todos la obra teatral que pasará a la historia como "La falsa resurrección del sistema ferroviario entrerriano".

Algo que viene a recordarnos – en el caso que no lo tuviéramos presente- la nota periodística aparecida en un portal digital paranaense, donde se señala que "el sistema ferroviario en la provincia de Entre Ríos quedó al borde de la desaparición." Afirmación que merece en realidad una grave objeción, cual es la de que nunca puede hablarse de "resurrección" de un sistema, ya que de esa manera lo confundimos con un montaje, con el que para colmo de males se embaucó a muchos entrerrianos ilusionados de verdad frente a ese mensaje. Observación que se ve corroborada por una serie de puntualizaciones que se hacen en la misma nota.

Comenzando así por hacer presente, para los que ya lo han olvidado que "en poco más de dos años quedaron suspendidos los servicios entre Paraná-Concepción del Uruguay y Paraná–Federal". Y que poco tiempo después, correría la misma suerte el tren que unía Basavilbaso y Villaguay. También se cancelaron los viajes entre los tramos Paraná y Oro Verde y Paraná y Villa Fontana. Dado lo cual solo se mantiene actualmente el transporte ferroviario entre Paraná y Colonia Avellaneda. Lo que no queremos menospreciar aludiendo al "servicio de un trencito", aunque sí sería cierto que ese medio sobrevive a duras penas, y que el número actual de frecuencias resultaría insuficiente para que el servicio prestado a los usuarios satisfaga plenamente la necesidad de los mismos.

Características del transporte en ese tramo que se las describe haciendo referencia al hecho que el tren que une Paraná con Colonia Avellaneda presta servicios de lunes a viernes ,con seis frecuencias disponibles, a 1 peso el pasaje, y con un promedio de 700 pasajeros diarios. El viaje tiene una duración de aproximadamente 40 minutos y en su mayoría es utilizado por los vecinos de Colonia Avellaneda que viajan hasta Paraná para cumplir con obligaciones laborales, por estudio y también están aquellos que hacen el trayecto exclusivamente para abastecerse de agua (¿?) en la estación ubicada en calle Racedo.

Nada que ver con el ferrocarril que unía a Paraná y Concepción del Uruguay, en un trayecto total de trescientos kilómetros de recorrido con un único servicio semanal, con salida el viernes y regreso el domingo. Lo que lleva a la pregunta ¿de qué manera podía competir un transporte de esas características con el de ómnibus que recorren trayectos parecidos todos los días y en diferentes horarios?

Existen quienes dicen, y se presupone que se trata de voces expertas, que en lugar de esta resurrección de opereta, de haberse querido hacerse bien las cosas, con la infraestructura disponible se hubiera podido llevar a cabo una verdadera reconstrucción del sistema. De ser las cosas así, se hace necesario intentarlo, prestando especial atención al transporte de cargas.

¿Pero realmente se quería hacerlo de verdad, o solo se trataba de montar un espectáculo circense? Es que no solo nuestro ex gobernador hizo subir a la entonces presidenta a una cosechadora "made in Entre Ríos", en las mismísimas puertas de la Casa Rosada, maquinaria que integrara una epopéyica procesión gubernamental a Angola. Sino que también viene al caso acordarse de la verdadera farsa montada respecto a un servicio ferroviario internacional, el "Tren de los Pueblos Libres" en su segunda edición, que iba a unir Buenos Aires con el Uruguay a través del puente del complejo de Salto Grande. Un proyecto que casi no pasó de un embarazo, porque su alumbramiento significó un mal parto –se podía decir lo mismo con palabras más gráficas, pero que como suenan a groseras nos cuidamos de escribir- a pesar de la presencia en ese trance de las más altas autoridades de ambos países, ya que no solo significaba la apertura de un nuevo medio de comunicación, sino una prueba más de la confraternidad entre dos pueblos hermanos. ¿Cuántos "medios viajes" se llevaron a cabo desde 2011 a 2012? No lo recordamos ni creemos que valga la pena procurar verificarlo, pero lo que resulta de interés es conocer cuánto costó a las arcas provinciales –cuanto nos costó a todos en realidad- que el gobernador de entonces se entretuviera jugando "con los trencitos". Seguramente tanto más que lo que se despilfarró y robó en la organización de la Cumbre del Mercosur que inauguró Cristina en diciembre de 2014 en Paraná, aunque mucho menos que lo que se invirtió en el balneario marplatense de La Perla en las épocas en que al entonces gobernador se le había ocurrido ser candidato a Presidente de la Nación.

Para concluir con lo que se ha convertido poco menos que en una filípica, solo restaría atender a dos cosas. ¿Qué hacían los sindicatos de los empleados públicos de nuestra provincia –por no aludir a nosotros, tantos de quienes deberíamos sentir vergüenza ajena- cuando se tiraban al viento tantos pesos como si fuera papel picado? También, el actual gobernador que cae bien a todos los entrerrianos, para provecho de todos e inclusive del suyo, ¿no podrá procurar sacar a la luz la cuantía de esos y tantos otros despilfarros?

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