A bordo de un vehículo marca Corsa, que se encontraba afectado al servicio de remisería, arrolló deliberadamente al animal con las ruedas delanteras, luego retrocedió, volvió a aplastarlo, detuvo la marcha un instante y volvió a acelerar pasándolo por encima nuevamente con las ruedas traseras, provocándole graves heridas que ocasionaron la muerte minutos más tarde. El hecho fue tipificado según la ley 14.346, artículo 3º, inciso 7, que castiga con pena de 15 días a un año de prisión la conducta de lastimar y arrollar animales intencionalmente, causándoles torturas o sufrimientos innecesarios, o matarlos por el solo espíritu de perversidad.
Aunque el hecho ocurrió días antes de navidad, se hizo público unos días más tarde al viralizarse en las redes sociales las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de una vivienda donde aparece la secuencia de cómo ocurrió el episodio. La causa se inició de oficio el mismo día que se conocieron las imágenes. El 23 de enero se le tomó declaración de imputado y, dado que el mismo carece de antecedentes penales y el delito en cuestión tiene una pena menor, se suspendió el juicio a prueba por el término de un año.
Durante la audiencia, presidida por la jueza de Garantías Natalia Céspedes, y en la que participaron el abogado Carlos Scelzi (defensor oficial) y el fiscal Alejandro Perroud, se determinó que como regla de conducta el imputado deberá realizar una donación mensual a la agrupación Bienestar Animal de Colón, durante el término de un año. Además, ofreció disculpas a la dueña del animal, aunque esta no estuvo presente en la audiencia.
