La jugadora de Atlético Sur se irá en septiembre para comenzar los entrenamientos, con varios desafíos y un gran esfuerzo de su familia, ya que hasta el momento no tiene ningún apoyo oficial. Sus compañeras organizarán venta de rosquitas para ayudarla.
“Lo vivo con mucha ilusión, era algo que no esperaba a tan corta edad. Arranqué a jugar a los 6 años, y en Atlético hace más de cuatro años, me encantó el grupo, el compañerismo. Soy hincha de River, es un sueño tremendo. Soy mediocampista, armadora de juego y salí goleadora en varios campeonatos, pero con todas las compañeras juntas a la par”, dijo Valentina.
Valentina confesó que “yo no sabía que había pruebas, me anotaron mis amigas, primero lo pensé como una experiencia y salió todo bien. Fui con mi mamá, mi tía y dos amigas. Entré con mi tía. La primera prueba fue un fulbito reducido, luego precalentamiento y cancha grande. Todo era nuevo para mí, había ejercicios que no sabían cómo se hacían pero salieron bien”.
La joven destacó también que “mis amigas y mis viejos siempre que decían que yo tenía capacidad”.
Sin embargo, no todo es color de rosas. En principio, el club se hace cargo del colegio pero desde el año próximo. Tampoco hay pensión para las juveniles del fútbol femenino, ni alojamiento, a diferencia del fútbol masculino. El entrenamiento es de lunes a viernes o sábado, de 14,30 a 17,30, y será en el Monumental.
El padre de Valentina habló con la Dirección de Deportes de la Municipalidad para la beca para deportistas, pero hasta ahora no hay respuestas en ese sentido.
¿Sus ídolos? Ella responde que “no soy de ver mucho fútbol, pero del masculino me gusta Barco, me gusta gambetear. Y de acá me gusta mucho Coqui, y Yamila Rodríguez me gusta mucho”.
